Centro del grupo chino Aier Eye
Centro del grupo chino Aier Eye - ABC

Aier Eye, así es el gigante chino que fijó su mirada en Clínica Baviera

El grupo ha lanzado una opa sobre la firma oftalmológica española, aunque sus fundadores la seguirán gestionando

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La compra esta semana de la empresa oftalmológica Clínica Baviera por parte del grupo chino Aier Eye ha vuelto a poner de relieve el interés del capital asiático por las inversiones en España. Aunque los socios fundadores, Eduardo y Julio Baviera, mantienen el 10% de la sociedad y seguirán gestionado la compañía como consejero delegado y director médico, respectivamente, la mayoría del accionariado pasa ahora a manos chinas. La opa permitirá a la firma oriental dar el salto a Europa, donde Clínica Baviera cuenta con más de 75 centros en España, Alemania, Italia y Austria, y continuar así con su espectacular expansión.

El proceso de consolidación dara lugar a un gigante del sector. «Con esta operación queremos formar el primer grupo oftalmológico del mundo que estará presente en tres continentes.

La entrada de Aier en el accionariado de Clínica Baviera supone contar con un socio oftalmológico fuerte con el que unir conocimiento y experiencia, y afrontar los próximos años con la mayor fortaleza posible», ressaltaba esta semana Eduardo Baviera.

Fundado en 2002, Aier Eye abrió su primer hospital oftalmológico al año siguiente en Changsha, capital de la provincia central de Hunan. Con unos 10.000 empleados, de los que 2.000 son oftalmólogos, hoy cuenta con 130 centros por todo el país y dos clínicas en EE.UU., según Efe. Gracias a su novedoso modelo de negocio, que sigue las pautas occidentales en lugar de los anticuados parámetros de hospitalización aún vigentes en China, Aier se ha convertido en la primera institución oftalmológica de esta gigantesca nación, donde viven el 18% de los ciegos del mundo. Con la pérdida de visión creciendo a un ritmo del 6% anual, Aier ha curado ya a más de 20 millones de pacientes con sus cuatro tipos de intervenciones: cirugía láser para corregir la miopía, operaciones de cataratas, tratamientos especializados como trasplantes de córnea y servicios de optometría con venta de lentes de contacto. Al crecimiento de Aier contribuyó de forma decisiva el préstamo de 64 millones de yuanes (8,7 millones de euros) otorgado en 2006 por la Corporación Financiera Internacional (IFC), que pertenece al Grupo del Banco Mundial y apoya a compañías con fines sociales. Con este dinero, Aier pudo expandir su red de hospitales, mejorar sus servicios y, tres años después, salir a Bolsa. En la actualidad factura unos 400 millones y sus beneficios superan los 50 millones. Clínicas Baviera, por su parte, facturó 91,5 millones en 2016, un 7,1% más que en 2015, y logró un resultado neto de 7,9 millones, un 64,2% más que en el ejercicio anterior.

Apuesta por la eficacia

Con una gestión muy centralizada, Aier Eye ha logrado mejorar la eficacia de sus hospitales y reducir costes, acabando de paso con el estigma que arrastraba la sanidad privada en China, considerada de mala calidad y muy cara. Gracias a la implantación de un modelo operativo que se va repitiendo a distintas escalas, Aier dispone de una amplia red de clínicas repartidas por todo el país que se van apoyando según las necesidades de sus pacientes. Si una operación es demasiado complicada para uno de sus centros en una ciudad secundaria o terciaria, acuden los especialistas debidamente preparados de otros hospitales mayores. O, si una clínica no dispone del equipo médico adecuado, el paciente es trasladado a un centro superior. Subiendo de nivel desde las consultas de los pueblos hasta los centros urbanos, su buque insignia es el hospital de Shanghái, que además se dedica a la investigación.

Pagando un 25% de impuestos y a sus médicos un salario más alto que la sanidad pública, Aier ofrece unos servicios tan avanzados, y caros, que le permiten subsidiar operaciones de menor envergadura para pacientes pobres. «Primero somos un hospital, luego una empresa. Tratamos de ayudar a todo el mundo para que disfruten de atención sanitaria», se enorgullece su presidente y fundador, Chen Bang, en un informe de la Corporación Financiera Internacional. Por su buena reputación, Aier consiguió entrar en 2006 en la estructura de la Seguridad Social china, atendiendo a sus pacientes en centros concertados. En teoría, la atención médica es gratuita y universal en el país pero, en la práctica, los servicios son limitados y básicos y los pacientes tienen que desembolsar altas sumas de dinero para recibir tratamiento adecuado. Desde que firmó el convenio, la facturación de la compañía ha aumentado porque un tercio de sus ingresos procede ya de los pacientes que acuden desde el seguro público. Además de preocuparse por los ojos de sus clientes, Aier ha demostrado tener buena vista para los negocios.

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