Masters 1.000 de Cincinnati

Plaga de lesiones en el top 10

Siete tenistas de la elite no están en el Masters 1.000 de Cincinnati por lesión, una cifra que demuestra la exigencia del calendario

Raonic, tras caer la pasada semana en el Masters 1.000 de Canadá AFP
Enrique Yunta

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En Brisbane, recién estrenado 2017 y todavía con los músculos perezosos, la organización del torneo australiano se frotaba las manos porque volvía a tener un cartel estupendo. En un torneo menor, un ATP 250 y con un cuadro de solo 28 jugadores, cinco top 10 se exprimían en el cemento oceánico, magnífico el evento que consagró a Grigor Dimitrov. Sirven estas líneas para comparar esa situación con la de Cincinnati, un Masters 1.000 –torneo obligatorio– venido a menos y al que le ha quedado una representación muy devaluada. Con la renuncia ayer de Milos Raonic, siete de los diez mejores jugadores del mundo están en el enfermería , confirmando que hay grietas en las alturas fruto de la exigencia de un calendario agotador.

De este modo, se ausentan en la pista dura de Ohio los siguientes jugadores: Andy Murray , con problemas en la cadera; Roger Federer , aquejado de molestias en la espalda; Novak Djokovic , lastrado por el codo y sin que se le espere hasta 2018; Stan Wawrinka , operado de la rodilla e igualmente baja para lo que resta de curso; Kei Nishikori , con dolor en la muñeca; Marin Cilic , lesionado en los aductores; y el mencionado Raonic , que sufre también con su muñeca izquierda. De los favoritos, pues, juegan Rafael Nadal ( dos del mundo, aunque el lunes que viene ya será el uno ), Alexander Zverev (7) y Dominic Thiem (8). Y no hay que olvidar que también se han caído otros ilustres como Gael Monfils (21 de la ATP).

Es, en buena parte, el resultado de un calendario asfixiante que tiene a los tenistas con la lengua fuera, con desplazamientos de punta a punta y expuestos a jugar cada semana para mantener el ranking y apurar al máximo una carrera presumiblemente corta. Federer, ya cerca de las 37 primaveras, se ha dejado de palizas y ahora dosifica más que nunca su agenda, jugando donde realmente se ve con opciones, anteponiendo su salud a otros intereses. Nadal también ha reducido la exigencia de su planificación , y otras raquetas ven el ejemplo a seguir para no caducar antes de lo esperado. Los años no castigan en este deporte, aunque también es cierto que cada día se alarga más la vida de un tenista.

El escenario es propicio para que Nadal estire su buen curso con un resultado óptimo en Cincinnati. Lleva cuatro títulos, todos en tierra, y arrastra esta semana la herida de Montreal, eliminado en octavos de final por Denis Shapovalov . Sin embargo, el español, que juega hoy contra Richard Gasquet (14-0 en el cara a cara), se mueve con la ilusión del ascenso a la cima, número uno haga lo que haga. Lo celebra, al igual que se congratula de estar sano y salvo a lo largo de 2017. De momento, no le afectan los males que castigan a sus compañeros de la elite.

Invitación a Sharapova

Mientras, el Abierto de Estados Unidos (empieza el 28 de agosto) concedió ayer una invitación a la rusa Maria Sharapova . Se desmarca así de los otros grandes, que rechazaron darle un «wild card» cuando regresó tras dar positivo.

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