Marc López, en un encuentro de la Copa Davis de 2016
Marc López, en un encuentro de la Copa Davis de 2016 - EFE
Tenis

Marc López: «Tengo claro que los buenos son los que están a mi lado»

El mejor tenista español de 2016, campeón de Roland Garros con Feliciano López y oro olímpico con Nadal, admite que el éxito le llega después del fracaso

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Hace un par de semanas, Marc López (Barcelona, 31 de julio de 1982) fue premiado por la Asociación de Periodistas de Tenis, un galardón sin portada de revista ni minutos de televisión para premiar al que ha sido el tenista español de este 2016. Ha ganado Roland Garros con Feliciano López, se colgó el oro olímpico en Río con Rafael Nadal y recientemente ha repetido con el mallorquín en el Campeonato de España. «Un año increíble, sí», resume para ABC al otro lado del teléfono, apurando las fiestas navideñas antes de empezar, el jueves 29, la primera gira de un nuevo curso.

Marc López, que sigue siendo «Bolet» para todos sus amigos en el vestuario -de bolita, pues de pequeño tenía una figura redonda-, es un hombre feliz, encantador en el trato y reinventado para el tenis después de fallar en primera instancia.

«Soy doblista por fracasar en individuales, un tenista frustrado. Así de claro. Todos los que jugamos en dobles hemos fracasado en individuales, es una realidad. Jamie Murray, Marcelo Melo, Bruno Soares... Todos juegan dobles y están muy arriba, pero querían otra cosa. No lo lograron, como yo, y por suerte el tenis tiene otra disciplina como la del dobles».

Parejas de máximo nivel

Y tan bien que le ha ido, décimo del mundo y con un palmarés tremendo cuando no hace tanto deshojaba la margarita. «He logrado cosas que en individuales no hubiera conseguido jamás. No hubiera ganado un Grand Slam, ya se lo digo. Tampoco hubiera estado en unos Juegos, lo dudo mucho. Y, claro, tampoco tendría una medalla de oro», afirma sin edulcorar la realidad de su botín. López, de reflexiones sensatas, es el primero en aceptar que 2016 es prácticamente irrepetible, pero sabe de sobra quién es en este negocio. «Hay muchos tenistas que están más de moda que yo. Yo solo juego el dobles. En 2016 he ganado dos competiciones muy importantes, aunque es verdad que con esas dos parejas todo es mucho más fácil».

Ese mensaje lo repite continuamente, como restándose mérito de cada conquista. «Parece que lo haga, pero es que es lo que pienso realmente. Llevo muchos años y sé quién es el bueno de la pareja. Claro que juego bien, o al menos algo tendré, pero los buenos son los que están a mí lado, ellos llevan el peso. Y es algo que a mí me gusta. Si juego con Rafa, él es el bueno. Y lo mismo con Feliciano o con Marcel (Granollers). Yo solo juego el dobles, que se me da bien, pero ellos son mejores». Tal cual. Hace vida normal y no se preocupa por si habrá mucha gente en el cine o si podrá cenar tranquilo en el restaurante de moda. «Alguna vez me reconocen por la calle, y quizá más tras los Juegos, pero no se crea. Soy una persona normal que pasa desapercibida allá donde va».

Porque Marc López es el bajito que se dio a conocer por jugar en la Davis con Granollers, Marc López es el doblista que estuvo en el Masters, Marc López es... «¡El amigo de Rafa, vaya!», interrumpe el protagonista con una sonrisa, que entiende esa asociación. «Quien me ponga esa etiqueta es gente que no sabe mucho de tenis. Estoy encantado de que me conozcan por ser su amigo, claro. Pero quien entiende este deporte sabe que me dedico a esto desde los 10 años. Que conste que no me molesta, ¿eh? Me gusta que me conozcan por eso, pero no soy solo el amigo de Rafa».

Con él, con Nadal, se subió al tren de nuevo cuando meditaba el adiós, agradecido como nadie al héroe ya que encima han compartido miles de alegrías, ninguna equiparable a la de Río. «En el momento más delicado de mi carrera, me echó una mano. A final de 2008, después de haber intentado ser jugador de individual, de haberme quedado a las puertas del top 100 (llegó a ser 106), bajé mucho. No conseguí superar la barrera del 100 y perdí la ilusión y las ganas de seguir luchando. En ese momento estaba muy abajo, en un momento crítico. Y Rafa, que siempre había estado con Tomeu Salvà como pareja, me propuso jugar el dobles en Doha. Ganamos el torneo y ahí se me encendió la luz, vi que podía dedicarme a eso. Ya en 2010 estaba 13 del mundo y me dediqué a esto. Un acierto».

A él le encanta esa modalidad semidesconocida en España más allá de las tardes con Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal. Con los años, salen más parejas, algunas incluso por conveniencia, pero Marc López siempre ha encontrado a su media naranja. Ahora es la mitad de Feliciano López en la mayoría de los torneos y llegaron a clasificarse para la Copa de Maestros, terminando el año como el quinto tándem del planeta. Eso sí, sin focos ni ecos. «Entiendo que no venda ni la mitad. No tiene tanto atractivo como el individual, y es comprensible. Pero hay a quien le divierte, aunque se sigue un partido de dobles si juega Rafa o alguien importante. Yo gané Roland Garros con Feli y no había mucha gente viendo la final... No me afecta y creo que tiene la repercusión que se merece, no hay queja».

El catalán, casado hace un año, quiere apurar al menos dos cursos más, exprimir al máximo sus habilidades en el dobles. ¿Pero, con su tenis, no le daría para jugar en individuales? «¡Uy, ahora ya no! El tren pasó en su día. Me encantaría, ¿eh? Yo cuando empecé quería triunfar en individuales, pero desde 2010 que dejé ese circuito. Me gustaría volver atrás e intentarlo, pero ya no. Así está bien». Sí, parece que está bien.

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