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Masters 1.000 Shanghái

Resbalón de Nadal

El balear sucumbe en la semifinal ante Tsonga en un partido con muchos altibajos de ambos tenistas (4-6, 6-0 y 5-7)

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Se descubrió por fin Rafa Nadal en el Masters 1.000 de Shanghái. Poderoso con su servicio, encontró el revés para acribillar a Stanislas Wawrinka en los cuartos de final. Un 6-1 y 6-2 contundente que le daba un impulso enome a su confianza. Se plantaba por fin en la semifinal de un torneo con letras mayúsculas y había tenis en su raqueta y en su mano para soñar con otro encuentro a lo grande en el último día del Masters 1.000. Pero llegó Jo-Wilfried Tsonga y lejos de amilanarse como hiciera el suizo en la ronda anterior, supo esperar su oportunidad al resto y escarbar en la mente del balear para hallar el agujero que todavía falta por llenar.

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No puede irse triste Nadal de Shanghái. Después del aviso que dio en la final del Open de China al tutear de nuevo al todopoderoso Novak Djokovic -a pesar del resultado-, al balear se le atisban maneras de quien fue. Nueve derechas ganadoras y seis reveses en la balanza positiva frente a los 17 errores no forzados. Pocos, en comparación con los 40 «winners» y 40 fallos de su rival. Pero dentro de su recuperación, todavía falta cerrar los huecos, las desconexiones. Una de ellas la aprovechó Tsonga para llevarse la victoria: un servicio errático del español -una doble falta- que cedió en favor del francés con empate a 5 en el definitivo set.

Ya desde el principio del encuentro se vio a un Nadal que recordaba tiempos mejores. Agresivo, se puso por delante 2-0 en una clara señal de que quiere seguir dando pasos hacia su mejor versión. Pero todavía queda. Por eso Tsonga halló la manera de arrebatarle la ventaja y encadenar tres juegos seguidos. Ni las zapatillas le agarraban a la pista ni su tenis pudo encontar el giro de guión necesario. El francés cerró el puño con la primera manga en su interior.

Pero tan inconsistente fue uno para recuperar la desventaja, como Tsonga para mantener la compostura en el segundo parcial. Con un paso al frente, Nadal acribilló al 15 del mundo con siete juegos consecutivos. Incontestable la superioridad del balear que no descansó hasta el 6-0. Pero todavía queda. El tercer set se decidió por esa doble falta del español en el undécimo juego. Un bajón en la mentalidad, un agujero en su recuperación. La presión todavía es un problema. Pero la senda parece la correcta.

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