Robredo dio a España el primero punto ante Rusia
Robredo dio a España el primero punto ante Rusia - EFE
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Copa Davis

Robredo impone galones

El español supera al joven irreverente Andrey Rublev por 6-2, 6-3 y 6-3 y da a España el primer punto en la eliminatoria contra Rusia

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En Vladivostok, en la otra punta del mundo, España se busca la vida en una competición que ha dominado con maestría durante este siglo de triunfos. Ahora se compite por volver a la elite y en Rusia se debe dar el primer paso, expuesto el combinado nacional a una serie incómoda y desapacible, una serie marcada por la polémica desde el inicio. Con todo, parece que vuelve la paz ahora que Conchita Martínez toma las riendas que quería coger Gala León y España ya manda en la eliminatoria gracias a la victoria de Tommy Robredo, que superó a Andrey Rublev por 6-2, 6-3 y 6-3. La cosa va bien. [En directo, Rublev-Robredo]

En el Fetisov Arena, escenario poco acostumbrado al tenis, pista menos lenta de lo esperada en un principio, Robredo impuso galones ante un joven irreverente del que se habla muy bien.

Rublev, con 17 años, es el 194 del mundo y tiene golpazos, pero es inconsistente y vive de los momentos, capaz de firmar un punto genial y estropearlo en un periquete.

Enfrente, además, tenía a Robredo, perro viejo que sabe gestionar a las mil maravillas estos escenarios. El catalán, 21 del mundo, cuenta 33 primaveras (16 años mayor que su rival) y 19 encuentros a sus espaldas en la Davis, un tenista con un espíritu de supervivencia difícilmente igualable. Aunque este no sea su mejor año, aceptó la propuesta de Conchita y se puso la bandera para defender a España, comprometido en esta nueva era de ilusión.

La sobremesa rusa (ocho horas de diferencia entre la Península y Vladivostok) tuvo un despertar algo extraño, un carrusel de alternativas sin aparente dominador. Robredo prefirió tentar a Rublev desde la prudencia, jugando más a la contra, y dejó que fuera el ruso el que decidiera tanto para bien como para mal. Ya se sabe, y no por lo que se dice, que Rublev, campeón de Roland Garros junior en 2014, va a llegar, pero aún le queda un trecho.

Su problema, que a la vez es una virtud, es que es demasiado joven y no controla bien sus emociones. Regala muecas y gestos, lanza la raqueta si la cosa no le gusta, maltrata la bola cuando la ira se apodera de él y desconecta con frecuencia. Empezó con un 2-0 en contra, fue capaz de recuperar la desventaja y luego se perdió en un mar de errores no forzados. Robredo, que es todo lo contrario, aguantó con la dosis de paciencia necesaria y se apuntó el primer set por 6-2, finiquitado el trabajo con un precioso revés paralelo.

La segunda manga tuvo un escenario similar, igualadas las fuerzas hasta que en el quinto juego se disparó el español. Quebró para ponerse 3-2 y luego salvó dos bolas de break gracias al acierto con su servicio. Punto a punto, fue desquiciando a su indolente enemigo, que agachó la cabeza para no levantarla nunca más. El destino estaba escrito.

Por pura lógica, ganó Robredo, victoria sencilla para ahorrarse problemas en esta serie. Siempre es importante el primer punto y España va por buen camino en esta Davis. Y al margen de las formas, que fueron las básicas y las que exigía la pelea, destaca el entusiasmo de Conchita Martínez en cada punto, complicidad absoluta con su jugadora en cada charla y a cada consejo.

El epílogo siguió los cauces de los capítulos anteriores. Rublev, que llevaba cuatro triunfos de cuatro en la Davis ante oponentes sin pedigrí, entendió la magnitud de la competición al enfrentarse a un jugador como Robredo, ausente desde 2010 en este evento. Ahora, sin embargo, vuelve en el Grupo I, una historia muy distinta a los tiempos de gloria, pero es lo que toca. De momento, el regreso a la elite queda un poco más cerca con esta victoria rutinaria y sin más brillo del necesario. En Rusia se trata de ganar y pensar en la definitiva serie de septiembre. Es una cuestión de galones, como los que exhibió Robredo ante un chaval que acabó tieso.

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