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Tenis

¿Por qué en Wimbledon se viste de blanco?

El tercer Grand Slam del año cumple con unas estrictas normas de vestimenta en la que no se permite el color

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Wimbledon, que mezcla colores imposibles para su logotipo (verde y morado), restringe la creatividad para los tenistas. Impecable el blanco para todos los que quieran participar en su prestigioso torneo. Hasta Andre Agassi claudicó después de tres ediciones sin participar por no querer cumplir la normativa. Al final, el estadounidense aceptó la norma, aunque a su manera, porque conservó sus pantalones vaqueros, aunque blancos.

De hecho, fue él quien hizo pensar a la organización que, si dejaban a los tenistas vestir como quisieran se perdería una tradición más que centenaria. Y el motivo por el que el tenis se tildó de «deporte blanco». Antes de Agassi pocos eran los jugadores que elegían otros colores, porque también pocos eran los patrocinadores que querían lucir sus logotipos en la ropa.

No obstante, en los últimos años se ha extremado el uso del blanco, hasta el punto de que a Roger Federer, en 2013, le dijeron que las suelas de sus zapatillas eran demasiado llamativas y tuvo que cambiárselas.

En las normas, que deben seguirse tanto para los partidos como en los entrenamientos, se establece que: «el blanco no incluye el color crema o el blanco sucio», «se permite una línea de color en el cuello o en las mangas que no supere el centímetro de grosor, también en las gorras o en el logotipo del patrocinador», «también las zapatillas deben ser enteramente blancas, incluidas las suelas».

En la edición del pasado curso la rigurosidad con el blanco avanzó un paso y se midió con lupa hasta debajo de la ropa. Marc López fue advertido sobre los calzoncillos, negros, que asomaron bajo su pantalón. Y se inició la guerra de los sujetadores, que también debían ser blancos para que no se transparentaran bajo la camiseta.

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