Real Madrid

El complejo laberinto para la salida de Keylor Navas

Quiere cobrar los 10 millones que le tiene que pagar el Madrid, y quiere fichar por un club grande de Europa que le pague 8 millones de euros netos anuales y le proponga un contrato de cuatro temporadas

Rubén Cañizares

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Keylor Navas es uno de los mejores porteros de la historia del Real Madrid. Seguramente, tras Casillas, el más laureado y querido por la grada del Bernabéu. Sereno, felino en el mano a mano, rápido de reflejos, con muchas personalidad y muy seguro de sí mismo. Virtudes todas ellas que le han llevado a lo más alto en el fútbol de élite, pero el Keylor Navas persona peca en ocasiones de una impaciencia y un carácter impulsivo que le hace más perjuicio que bien.

En mayo de 2014, cuando todavía era portero del Levante y antes de marcharse con Costa Rica al Mundial de Brasil, Keylor decidió dejar la casa en la que vivía de alquiler en Valencia sin ni siquiera haber firmado por otro equipo. No fue hasta el 3 de agosto cuando el Madrid pagó los 10 millones de su cláusula de rescisión, pero aquel hecho ejemplifica esos arrebatos que a veces sufre Keylor en su afán por conseguir las cosas cómo él quiere y cuanto antes, y que le llevan a cometer errores de cálculo en la gestión de ciertos asuntos.

La filtración de su conversación con Zidane no ha gustado nada en el Real Madrid ni al técnico, que creen que debía de haber asimilado la noticia de otra manera. Si Keylor va a exigir en su adiós los 10 millones de euros netos (20 brutos) que tiene firmados hasta 2021 más la carta de libertad para poder salir gratis, la negociación no empieza por el buen camino. Tampoco creen que exponerse de esa manera le ayude a conseguir sus exigentes pretensiones, por mucho que sea Jorge Mendes quién le esté buscando equipo.

Quiere galones

Como ya contábamos en este periódico la pasada semana, Navas solo saldrá a un club grande de Europa en el que entrenador y presidente le aseguren la titularidad, se le haga un contrato de cuatro años y se le pague una ficha anual de ocho millones limpios, una cantidad que a día de hoy cobran porteros contados con los dedos de una mano. Todo ello sumado a que no tiene intención de perdonarle ni un solo céntimo al Real Madrid . Un laberinto de difícil salida si el jugador no rebaja sus pretensiones, por mucho que en la Premier pueda encontrar algún candidato que tenga finanzas para cumplir sus deseos.

De momento, la realidad es que no tiene oferta ninguna sobre su mesa y que el Madrid tampoco ha recibido propuestas por él. Por eso, se le ha aconsejado que se calme y que vea en Casilla un ejemplo a seguir. Kiko quedó relegado este curso al ostracismo de ser el tercer portero y, aún así, no se dejó llevar por la impaciencia. En invierno, tras no recibir ofertas en verano de su agrado, el Leeds llamó a su puerta ofreciéndole cuatro millones, el doble de lo que cobraba en el Madrid. No es el caché ni los números que maneja Keylor, claro, pero las prisas y los malos modos no parecen la mejor elección para su futuro.

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