PSG-Real Madrid

Fiesta o funeral en París

El Madrid, alentado por el 3-1 de la ida, se juega mantener vivo el curso ante un PSG que caldea el ambiente agitando a los ultras y presionando al árbitro

Los jugadores del Real Madrid en el entrenamiento de este lunes en París Reuters
Rubén Cañizares

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El 6 de marzo siempre es un día especial para el Real Madrid . Como lo es para cualquier ser humano la fecha de su cumpleaños. El club blanco llega hoy a los 116 años de vida y quiere celebrarlo con una fiesta en París que le coloque entre los ocho mejores de Europa por octava temporada consecutiva. Lo contrario sería dramático. Casi tres meses de competición por delante sin nada en juego, solo el pobre consuelo de ser subcampeón de Liga. Destino demasiado cruel para un equipo que con Zidan e ha alcanzado su mejor versión en lo que va de siglo. Por eso, ni él ni nadie en el Real Madrid piensa en otra cosa que no sea confeti y piñata esta noche en el Parque de los Príncipes: «Será un día complicado para uno de los dos equipos. Lo sabemos. y estamos mentalizados. Lo que tenemos que hacer es sufrir y jugar al fútbol. El resto ahora no interesa», reflexiona el técnico blanco. [Dónde ver el PSG-Madrid]

La expedición del Real Madrid llegó ayer a las 13.00 horas a París con dos gratas novedades. Kroos y Modric , ausentes desde el partido de ida, están recuperados de sus distintas lesiones. En su hotel de concentración poco más de cincuenta personas esperaban a dar la bienvenida al equipo blanco. Un cariñoso recibimiento que será una excepción. Hoy habrá encerrona en el Parque de los Príncipes, como vienen avisando los ultras del PSG desde hace dos semanas, y ayer volvieron a escenificar con una pancarta grosera en el hotel donde se hospeda su equipo: «Puta Madrid».

Su mensaje se une al de «es la guerra» mostrado la semana pasada en el encuentro de Liga ante el Olympique de Marsella en referencia al duelo de hoy ante los blancos. Demasiado ruido en la atmósfera radical local, algo que no preocupa a Zidane, por muchos insultos y avisos fuera de tono que se produzcan: «Esto es once contra once y un árbitro que hará su trabajo. El ambiente será caliente, sí, pero eso siempre pasa con el Real Madrid».

lamentos arbitrales

El entrenador francés también hizo mención al colegiado, otro de los temas favoritos del PSG durante estas largas tres semanas entre el partido de ida y vuelta. Empezó Unai Emery en la sala de prensa del Bernabéu, cargando con dureza contra Rocchi por decisiones que él consideraba injustas, en un arrebato quizás más congruente en el entierro del Camp Nou (6-1) de los octavos del pasado año, cosa que no fue así. El técnico vasco insistió en sus quejas durante varios días, exigiendo a la UEFA un colegiado de nivel tirando de ironía: «Quiero, si es posible, que pite el mismo árbitro. El mismo árbitro, pero con el mismo criterio a favor del equipo local. Si se repite, con este árbitro aquí, estaré contento».

Mientras tanto, en los despachos el PSG también movía ficha presentando una queja a la UEFA por el arbitraje del Bernabéu y mandando a su director deportivo, Antero Henri que, a sollozar públicamente en una entrevista que ocupó la portada de «L’Equipe» el pasado domingo: «No fue un partido de jugadores contra jugadores. Hubo influencias del exterior. No quiero seguir porque no quiero que se tome como una excusa, pero todos los sintieron así. Para mí es una falta de respeto para París y para Francia. Tuvimos un árbitro de 44 años, sin experiencia. Queremos tener un árbitro de un nivel excepcional, eso es justo lo que pedimos».

Ayer, tras conocerse la designación de Félix Brych , colegiado mundialista y árbitro de la última final de Champions, Emery se transformó y cambió de discurso, sabedor de que el juego del lamento ya había tocado techo y era hora de centrarse en lo deportivo: «Confío en el gran árbitro de mañana, estoy en la certeza de que va a decidir en el terreno de juego y el árbitro verá lo que pueda con acierto».

En el Madrid, el asunto arbitral pasa de soslayo . El club blanco está acostumbrado a que sus rivales justifiquen derrotas continentales echándole el peso de la responsabilidad al colegiado. A diferencia del PSG, en estas tres semanas las declaraciones desde el bando merengue han sido modélicas y ayer Ramos volvió a mostrar una postura bastante sensata: «El protagonismo en el partido no lo debería tener en ningún caso el árbitro», respondió ante la presión que ha ejercido el PSG. «Hay dos grandes equipos, cada uno con sus intereses, y esperamos que lo haga lo mejor posible, que no nos ayude ni nos perjudique. No he conocido ningún árbitro que se equivoque aposta», añadió.

Sobre el verde, excepto la consabida y significativa baja de Neymar, todos estarán disponibles para Emery y Zidane, buena noticia para el fútbol. En el equipo francés, Mbappé y Marquinhos se ejercitaron ayer con normalidad y serán de la partida. Y en el conjunto blanco, Kroos y Modric completaron su segunda sesión de trabajo junto al resto de sus compañeros, situación algo límite para un partido de tanta entidad, aunque Zidane aseguro que están al cien por cien, lo que hace indicar que estarán en el once inicial, junto a Casemiro. El cuarto componente del medio del campo saldrá entre Isco, Asensio y Lucas, en un 6 de marzo de 2018 sin gris para el Real Madrid. Será cumpleaños feliz o funeral en París.

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