PSG-Real Madrid

Al-Khelaïfi, el presidente que resucitó a los ultras del PSG

El mandatario del club parisino, responsable del regreso de los radicales al Parque de los Príncipes, vetados desde 2010 tras un asesinato entre las dos facciones ultras del PSG

Pancarta de los ultras del PSG, avisándole al Madrid de lo que le espera AFP
Rubén Cañizares

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Jueves 22 de febrero. Es media tarde y en la ciudad deportiva Le Camp des Loges, ubicada en Saint-Germain-en-Laye (30 kilómetros al noroeste de París), se va a producir una polémica reunión. Quince ultras del conjunto galo se citan con varios jugadores del PSG, entre ellos el capitán Thiago Silva , los también brasileños Dani Alves y Marquinhos y la joven estrella Kylian Mbappé. Departen durante treinta minutos en la zona de invitados especiales, sin pudor ninguno y con trato de aficionados VIP. El PSG, orgulloso de esta comunión entre equipo e hinchada, no solo no esconde el encuentro, sino que lo expone con pelos y señales por sus propios canales oficiales a la vez que los radicales le dan publicidad en medios de calado, como «Le Parisien»: «Hemos venido a recordarle a los jugadores lo mucho que nos jugamos en los dos partidos contra el Olympique de Marsella y el choque frente al Real Madrid. Queremos que los madrileños sientan lo que es venir a París. Invitamos a todos el mundo a que venga temprano al estadio, con su camiseta y su bufanda para montar una gran coreografía e impulsar a nuestros jugadores», detalla uno de los ultras invitados a la reunión.

La escena alarma a toda Europa, pero no tanto a Francia ni a su capital, malacostumbrada a un movimiento ultra con demasiadas prebendas por parte de sus clubes. Entre ellos el PSG, a pesar del veto entre 2010 y 2016. Hace ocho años, el ultra Yann Lorence falleció tras diez días en coma. Había recibido una brutal paliza en una pelea entre miembros de Auteuil y Boulogne , las dos históricas facciones ultras del PSG. Con ideologías políticas opuestas y extremas, aquella batalla mortal provocó medidas de gran magnitud: «Se expulsó a 15.000 aficionados, por mandato de las autoridades francesas. Aquello hizo del Parque de los Príncipes un estadio sin violencia, pero también frío. Y los jugadores se quejaron en repetidas ocasiones», detalla a ABC Carles Viñas, doctor en historia contemporánea y especialista en grupos radicales en el mundo del fútbol.

Con el trampolín de sus propios futbolistas y la compra del club por parte del Emir de Qatar, los ultras del PSG vieron una oportunidad y trazaron un plan para convencer a los nuevos dueños de que su presencia era necesaria en el Parque de los Príncipes. Y lo lograron. Tras cuatro años de muchas conversaciones y reuniones privadas, en octubre de 2016 Nasser Al-Khelaïfi permitió de nuevo la presencia de los ultras en las gradas del mítico estadio parisino. Auteuil y Boulogne dejaron atrás su guerra civil y se unieron en un mismo grupo radical denominado CUP (Collectif Ultras Paris) . Por parte del PSG hubo una importante limpieza de los radicales más peligrosos y se prometió a la Policía gala que este nuevo grupo de aficionados tendrían un comportamientos ejemplar, pero la realidad era que un importante número de violentos volvían a tener barra libre para sus fechorías, con la connivencia de Al-Khelaïfi: «Un presidente apasionado, unos ultras reencontrados: gracias, Nasser», se leía en una gigante pancarta en el Parque de los Príncipes : «Quieren hacer una grada de animación como la del Madrid, con el compromiso de animar al equipo desde un lado sano. Y, de momento, no tienen episodios graves de violencia, pero el peligro está ahí. Por eso la imagen de esa reunión con los jugadores publicitada por el propio club, queriendo mostrar que ahora son chicos buenos y reformados. El PSG quiere hacernos partícipe de esa nueva cara amable de sus ultras y que sus actuaciones pasadas con eso, pasadas», explica Viñas.

Romain Mabille, perdonado

En enero de 2017, en el decisivo partido de la Ligue 1 contra el Mónaco, CUP dio un paso más y logró que el club francés permitiera el acceso al estadio a líderes ultras con un historial delictivo importante, como Romain Mabille, incumpliendo su pacto con las autoridades locales, que desde entonces tienen rotas las relaciones con el PSG sabedores que a pesar de las buenas apariencias la semilla ultra vuelve a crecer con fuerza en el Parque de los Príncipes: «A Al-Khelaïfi lo que le interesa es que el negocio fluya y con los ultras lo consigue. Le cuida con mimo, dándole entradas a muy bajo precio a cambio de que sean educados, no haya incidentes y hagan del campo una caldera, mientras aumenta la cuota a los socios en casi un setenta por ciento a cambio de traerles estrellas mundiales. Y todos contentos».

En los partidos de máxima rivalidad y alto riesgo de la Ligue 1, la Federación Francesa tiene prohibido viajar a las aficiones visitantes, coyuntura que aminora las peleas ultras y evita altercados, pero en las competiciones europeas el renovado grupo ultra del PSG se mueve a sus anchas, con el paraguas del propio club. Hace tres semanas, en el partido de ida entre blancos y parisinos, dejaron claras sus intenciones. Mañana, en París, para voltear el 3-1 del Bernabéu , CUP ya ha avisado lo que le espera al Madrid: «Es la guerra».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación