Real Madrid

La falta de gol del Real Madrid, un problema de ansiedad

El análisis del cuerpo técnico indica que «no falta puntería, hay precipitación». El equipo marca gol en uno de cada 5,1 remates

Vídeo: Así fue el partido de Vinicius contra el Barcelona

Tomás González-Martín

Los grandes equipos han mantenido históricamente su nivel por marcar un gol de cada tres ocasiones como promedio mínimo. El Real Madrid del último lustro ha escrito su leyenda en Europa con esa media de acierto. Incluso, en los momentos más excelsos alcanzó los dos tantos de cada tres oportunidades creadas, como hacía el Bayern de Muller y Beckenbauer en los años setenta. El problema del Real Madrid actual es que su porcentaje de gol es mucho menor. Esta temporada ha anotado 87 dianas en 424 remates, un blance de un tanto cada 4,8 disparos. Frente al Barcelona no marcó en seis claras ocasiones de hacerlo, tres de Vinicius y otras tres de Benzema, de Reguilón y de Lucas. El cuerpo técnico de Solari ha presenciado por vídeo todos los partidos y las jugadas de ataque del Real Madrid y ha visionado el clásico de Copa. Posee todos los datos «telemétricos» de los goles, las ocasiones, las asistencias y los remates de cada futbolista a lo largo de la temporada y la conclusión es clara: «No es una cuestión de falta de puntería, sino de precipitación a la hora de rematar y de dar el pase decisivo».

El estudio interno concreta que no es un problema de calidad, porque Bale, Benzema y Vinicius la tienen, sino de confianza y de serenidad en las dos acciones finales, el pase y el remate. Es el mensaje que el argentino ha trasladado al equipo antes de la disputa del segundo clásico y con el Ajax en la recámara.

Vinicius: trabajo específico

El cuadro técnico reflexiona que los futbolistas crean muchas ocasiones y no deben obsesionarse por no acertar, porque es esa ansiedad la que les traiciona. La han sufrido Cristiano, Raúl y todos los grandes artilleros del club.

Y ahora la sienten Vinicius, Benzema y Bale, que juega media hora y sabe que debe marcar diferencias. La valoración interna ante la plantilla es que se han fallado goles por las prisas en rematar de todos, de los jugadores noveles y de los curtidos.

A rebufo de los resultados, el madridismo subraya que se acusa la ausencia de Cristiano. Es cierto que el Real Madrid no fichó un ariete en sustitución, pero hay que advertir que el Real Madrid de la última campaña de Ronaldo acabó a 17 puntos del Barcelona en la Liga, cayó también en la Copa y salvó la temporada con la conquista de la cuarta Champions en cinco años, un título que, destacando la chilena del portugués en Turín, se ganó principalmente con los goles de Bale, Lucas y Asensio, que hoy continúan.

Los datos no son opinables. Benzema y Bale debían coger el testigo abandonado por Cristiano y no lo han hecho al mismo nivel porque no son artilleros puros. Benzema ha firmado 20 goles y ha realizado 93 remates, con un promedio de un acierto cada 4,6 disparos. Bale ha rubricado 13 dianas en 87 remates, una media de un acierto cada 6,6 intentos. Vinicius suma cuatro tantos en 54 remates, un porcentaje de un gol cada trece intentos. Y Lucas lleva cinco goles en 31 remates, una media de un tanto de cada seis.

El segundo dilema del Real Madrid es que llega constantemente al área, genera muchas oportunidades y las desperdicia. El caso de Vinicius es sintomático. Ha dado siete asistencias y ha llevado a cabo otros dieciséis pases buenos que no fueron definidos. En el balance general del equipo constan 91 pases óptimos que no finalizaron en gol.

Analizado el balance total de la campaña, el estudio de los goles desaprovechados concretamente frente al Barcelona, un espejo de lo sucedido a lo largo del curso, no incide ya en Vinicius, cuya mejoría es una cuestión de entrenamiento, sino en la precipitación de dos veteranos, Benzema y Lucas, en remates claros. Solari pide a sus pupilos que disparen con tranquilidad, sin nervios. Para Vinicius se ha planificado un trabajo especial.

El brasileño ya realizaba sesiones de tiro diariamente, pero ahora se intensificará ese cometido para mejorar la precisión y la potencia. El problema actual del chaval es que tras regatear a medio mundo con su velocidad y su clase, cuando llega la hora de la verdad no chuta con fuerza sino que imprime a la pelota la misma suavidad que ejerce cuando centra. No cambia la rotundidad de su golpe sobre el balón. La labor que ejecutará desde hoy el cuerpo técnico buscará que Vinicius asimile que el disparo a portería es la secuencia determinante de todas sus jugadas, no el regate, y ahí deber imprimir todo su potencial. De la misma manera, los técnicos trabajarán con el extremo para que sus pases de la muerte sean concisos, pues sus internadas espectaculares se desvanecen demasiadas veces con centros imprecisos que complican el remate. Sucedió en campo del Levante con una asistencia a Lucas y se repitió en el clásico en el centro a Benzema, presionado Vinicius al fallar segundos antes el mano a mano con Ter Stegen.

Dicen que con el gol se nace, pero también es verdad que el acierto se entrena. Raúl nació con el gol, pero debutó con Valdano en Zaragoza y falló dos. El técnico cogió al madrileño y le puso a disparar en porterías muy pequeñas, para precisar el tiro. El resto de la historia ya la conocen. Vinicius quiere emular ese mismo camino.

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