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Salto de trampolín

Tom Daley, el salto del armario

Es un niño precoz. Entró en una piscina a los tres años y ya no quiso salir de ella. Superado el estrés del reconocimiento de su homosexualidad, busca el oro en Río

Tom Daley, en pleno salto.
Tom Daley, en pleno salto. - Reuters

Deprisa, deprisa. Tom Daley (Plymouth, 21-5-1994) fue un niño precoz. Un adelantado a sus tiempos. Nació para ser saltador de trampolín. Desde que conoció una piscina, a los tres años, se transformó en un pez. Le encantaba estar bajo el agua. Le habría gustado poder vivir bajo ella, como un delfín. Y cuando descubrió el trampolín, se convirtió en un torbellino para sus padres. Siempre quería subirse y tirarse. Y ellos dedicaron su vida a vigilarle. Nada de descansar tumbados. Menudo niño.

Tom comenzó a realizar saltos de trampolín en serio a los seis años. Tenía predisposición natural para hacerlo bien. A los siete años ya supo lo que sería en el futuro. Y se entrenó desde entonces en el Plymouth Diving Club de su ciudad natal. Ganó varios campeonatos infantiles. Tenía talento para ello. Con once años fue invitado a competir en los campeonatos nacionales de Australia. Ganó en plataforma y quedó segundo en trampolín de tres metros frente a muchachos de 14 y 15 años.

Era un prodigio. Con doce años, en 2006, se adjudicó el campeonato británico sub-18 en plataforma y trampolín, además de ser segundo en plataforma de diez metros. Estaba destinado a ser un campeón internacional. A los trece empezó a competir en los circuitos internacionales de la Federación Internacional de Natación. Y en 2008, en el año olímpico, con solo catorce años, estalló todo su potencial. Ganó el campeonato británico absoluto en plataforma de diez metros. Obtuvo dos medallas en el circuito de la Federación Internacional de Natación: bronce en plataforma individual y plata en sincronizado en el Gran Premio de Madrid. En los Mundiales 2008 también fue bronce, junto a Blake Aldridge, en salto sincronizado. Y en el Europeo de Eindhoven demostró su progresión a una edad tan temprana: conquistó el oro en plataforma de diez metros. Siempre le gustaban las alturas y ahí brillaba todavía más. Era el triunfador más joven de la historia en un campeonato internacional. Y llegó el gran objetivo: los Juegos Olímpicos de Pekín. Fue octavo en salto sincronizado y séptimo en individual. Tenía solo catorce años.

Con quince se proclamó campeón mundial, con 539.85 puntos. Al año siguiente, 2010, consiguió la medalla de oro en plataforma de diez metros y en sincronizado, junto a Max Brick, en los Juegos de la Mancomunidad. Y se centró en el año olímpico, en los Juegos Olímpicos de su país, en Londres 2012. Thomas Daley celebró como aperitivo el oro en diez metros plataforma del Europeo 2012. Y en los Juegos Olímpicos de su país alcanzó su primera medalla olímpica, el bronce, en la misma especialidad, la de altura, la que le priva.

Un año después saltó del armario. Hizo pública su relación con el guionista Dustin Lance Black, ganador de un Óscar. Añadió que todavía le gustaban las chicas. Su mensaje dejaba entrever que era bisexual. Pidió apoyo y comprensión. El 3 de abril de 2014 admitió que no era bisexual, sino que era homosexual. Ese año se colgó la medalla de plata en diez metros plataforma en el Europeo de Natación. Dicen que le afectó toda la repercusión social de su salida del armario. Superado todo el salto de repercusión social, ahora persigue su primer oro olímpico en Río 2016.

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