RÍO2016Juegos Olímpicos

Natación sincronizada

Ola de aguas dulces

Ona Carbonell confía en alcanzar la gloria en Río de Janeiro junto a Gemma Mengual

Ona Carbonell, en pleno ejercicio.
Ona Carbonell, en pleno ejercicio. - Efe

Ona Carbonell -Barcelona, 5/6/1990- nació para vivir en el agua. Ona -ola en catalán- entendió que su hábitat no estaba en el asfalto, en una pista de parqué o sobre el tartán, aunque antes de zambullirse en el agua se inició en la gimnasia rítmica. La catalana afronta en Río de Janeiro su segunda experiencia olímpica después de Londres 2012. Sobre ella recae la responsabilidad de liderar a un equipo que quiere despejar para siempre el fantasma de Anna Tarrés y de aquellas chicas de la sincronizada que contaban sus actuaciones por medallas.

Ona Carbonell desea el oro olímpico. Sabe que no hay nada como subir a lo más alto del cajón en unos Juegos. De Londres regresó con dos preseas, plata en dúo y bronce por equipos. Quiere más. La nadadora del Sabadell ha sabido reinventarse año tras año y exprimir al máximo el dúo a pesar de sus cambios de compañera. En Río nadará junto a su ídolo y quizás la mejor española de todos los tiempos, Gemma Mengual. Trece años separan sus vidas. Cuando Ona nació, Gemma ya nadaba. Ahora, Ona calcula que ha pasado cuatro años completos, de sus 26, en la piscina.

La salida de Anna Tarrés de España rompió al equipo. Ona no se achicó ante las muchas palabras que generó esa ruptura. «Nunca hemos dejado de trabajar duro», respondió después de clasificarse para Río. Sus palabras sonaban con fuerza ante las acusaciones de Tarrés. «Ona se ha borrado», dijo cuando España quedó fuera de Río en el ejercicio de equipo. «Tengo cierta satisfacción», apuntó. La exseleccionadora siempre estará marcada por sus éxitos y por su salida de la Federación.

Ona es ambiciosa. Aquella es una etapa pasada. Manda el presente y el futuro. Tanto, como para renunciar al Campeonato de Europa para salvaguardar los ejercicios que pondrá en escena en Río junto a Mengual. Quiere sorprender y lo nuevo sorprende. Para bien o para mal, pero sorprende. «Queremos hacer algo grande. Ese es nuestro objetivo. Estamos realizando dos coreografías muy bonitas con músicas muy especiales», dice Carbonell.

Su confianza es total. En Gemma y en ella. Ona ha nadado en las grandes citas de los últimos cuatro años con Andrea Fuentes, Marga Crespi, Paula Klamberg y Clara Camacho. Salvo con la última, siempre ha salido de la piscina con un metal al cuello. Europeo o Mundial. Da lo mismo. Su técnica y su sentimiento le convierten en una nadadora camaleónica, que se adapta a su compañera hasta alcanzar la magia.

Ona y Gemma nadaron juntas en marzo, en el preolímpico de Río de Janeiro. Lideraron la competición tanto en dúo libre como técnico, por delante de italianas y francesas. Oro a cinco meses de la gran cita. ¿Una premonición?

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