Río 2016 | Piragüismo

El «hermanastro» de David Cal que escapó tres veces a la muerte se convierte en leyenda brasileña

Isaquías Queiroz, que dejó sin podio a Benavides ayer, creció con los consejos del máximo medallista olímpico español

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando Río fue elegida capital de los Juegos para 2016 las autoridades brasileñas se pusieron manos a la obra para tratar de elevar el nivel deportivo del país. Querían brillar en su cita olímpica y por eso reclutaron a los mejores entrenadores, sobre todo en los deportes en los que no había tradición como el piragüismo. Suso Morlán, el técnico gallego que había elevado a leyenda a David Cal en España, fue tentado y decidió trasladarse a Brasil junto al deportista español, que por entonces aún tenía en la cabeza el sueño olímpico de Río.

Esos meses de intensa actividad para Morlán fueron una condena para Cal, que decidió colgar la pala y dar por terminaba su carrera.

La decisión sorprendió a muchos, incluidos los jóvenes palistas brasileños que le tenían en un pedestal. Deportistas como Isaquías Queiroz, un joven de solo 18 años, que entonces absorbía los conocimientos del español, al que veía como su hermano mayor.

Queiroz nació en un pequeño pueblo brasileño donde ahora es un héroe. Ningún otro atleta brasileño ha sumado tantas medallas como él en los Juegos (2) y aún luchará por una más de aquí a la clausura.

Queiroz es especial desde que nació. Hasta tres veces ha escapado de la muerte antes de ser un héroe para su país. Cuando tenía tres años se le derramó encima agua hirviendo; a los cinco fue raptado y a los diez se cayó desde un árbol sobre una roca. Como consecuencia perdió un riñón, pero eso no le impidió seguir con su afición a la piragua. A las órdenes de Morlán y con el ejemplo de Cal, Isaquías fue a más. Un diamante en bruto pulido para estos Juegos.

La marcha de Cal permitió a Morlán dedicar todos sus esfuerzos en el brasileño, al que ha llevado a ganar dos medallas en estos Juegos. La segunda, la conseguida ayer en C1 200, privó al español Sete Benavides de subir al podio. Cuarto como en Londres, el balear repitió amargura en Río tras una llegada ajustadísima que se tuvo que decidir con la «foto finish». Una decepción nacional que permite a Isaquías mantener su idilio con el podio, donde este sábado podría volver a subir para lucir su tercera medalla olímpica, en la senda de su «hermanastro» David Cal.

Ver los comentarios