Mundial Rusia 2018

Un español en semifinales

Roberto Martínez logra explotar todo el potencial de Bélgica y la lleva a igualar la mejor actuación de su historia en un Mundial

Javier Asprón

Bélgica hace historia de la mano de un entrenador español. 32 años después de la sorprendente clasificación para semifinales de los Scifo, Ceulemans y compañía en México 86, tras superar a España en cuartos en la tanda de penaltis, el talento de los «diablos rojos» repite la gesta más importante de su historia dirigidos por Roberto Martínez . Este ilerdense de 44 años emigró hace más de dos décadas a Inglaterra. Allí hizo carrera primero como jugador y luego como entrenador (Swansea, Wigan y Everton), ganándose el prestigio del siempre exigente fútbol inglés. Al modesto Wigan le dio el título más importante de su historia, la FA Cup, imponiéndose al todopoderoso Manchester City.

Con todo, siempre se mantuvo fuera del área de interés de los grandes clubes españoles, recelosos de un técnico al que no tenían controlado. No ha sido hasta ahora cuando su nombre ha empezado a sonar con fuerza en su tierra natal, tanto como para convertirle en uno de los principales candidatos para dirigir a la selección española a partir de agosto. Así de caprichoso es el mundo del fútbol.

El debut como seleccionador de Martínez fue hace dos años, en un amistoso en el Rey Balduino de Bruselas ante España, en el que también fue el primer partido de Lopetegui . España ganó con una notable superioridad y Martínez se estrenó entre pitos y cánticos de la grada a favor de su predecesor en el cargo, Marc Wilmots . Solo dos años después «Bob», como se le conoce en Inglaterra, ha sabido cambiar las críticas por alabanzas. Bélgica fue la mejor selección europea en la fase de clasificación. Sumó nueve victorias y un solo empate, con 43 goles a favor y 6 en contra, hasta convertirse en la primera selección en sellar su billete para Rusia. También supo imponer su criterio al dejar fuera de la lista a Nainggolan en contra de la presión mediática. Hoy los hechos le dan la razón.

Ayer, Brasil sucumbió ante el libreto que Martínez ha ido perfeccionando en sus trece años como entrenador. Desde el principio supo de los extraordinarios mimbres con los que contaba, y ha sabido aprovecharlos. Su estilo de juego, donde prima el primer toque, el dominio de la posesión y la velocidad en las transiciones ha conjugado a la perfección con la calidad indiscutible de sus jugadores. Beneficiados ante Brasil por el fallo de Fernandinho en el primer gol, y apoyados en el extraordinario momento de forma de Lukaku, Bélgica dio una auténtica exhibición al contragolpe, especialmente en el primer tiempo. Martínez había prescindido de Carrasco y Mertens, dos habituales en el once, para meter más músculo en el centro del campo con Fellaini y Chadli, un movimiento que ya resultó fundamental para remontar ante Japón. Aún así el historial de Brasil no le intimidó. Valiente como es, no renunció a su tridente ofensivo. Hazard, De Bruyne y, sobre todo, el mencionado Lukaku, se convirtieron en una pesadilla para la defensa «canarinha», en especial para Fagner, un lateral que parece un extraterrestre en el once brasileño y que fue atropellado durante todo el partido.

«Nunca he perdido o ganado un partido en la pizarra», explicaba Martínez. «Es la ejecución de las órdenes lo que determina el resultado, y la ejecución esta vez fue magnífica». Luego, con el arreón final de Brasil, Bélgica y Martínez tuvieron también la pizca de suerte necesaria, y el talento de Courtois bajo palos, para mantener el marcador favorable. «Mis chicos estuvieron increíbles», decía un emocionado Martínez nada más acabar el partido. «Ni por un momento pensaron en rendirse. Estos chicos se merecen ser reconocidos en Bélgica. Espero que todos estén muy orgullosos de ellos».

Altos y bajos

Suele decirse que las selecciones que arrancan fuertes en un Mundial pierden pronto el fuelle. Bélgica se convirtió en la selección más goleadora de la primera fase (doce tantos) y una de las tres, junto a Uruguay y Croacia, en ganar los tres partidos. La famosa crisis le llegó en los octavos de final, donde el carácter que ha sabido imprimir Martínez a este equipo y su acierto con los cambios resultaron fundamentales para que Bélgica derrotara a Japón y se convirtiera en la primera selección en casi cincuenta años en remontar un 0-2 en contra durante una fase final mundialista.

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