Eurocopa 2016

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Yugoslavia 1976

Eurocopa 1976: Panenka, o cómo reinventar un penalti

El futbolista checoslovaco dio el título a su país con un lanzamiento desde los once metros que marcó la historia

Panenka besa el trofeo. - uefa.com

Un penalti. Por eso se recuerda este campeonato. Y no por uno pitado injustamente por el árbitro o no señalado pese a su claridad, que de esos cada torneo ha estado, está y estará plagado, sino por la forma de lanzarlo. Fue algo tan extraordinario y único que recibió el nombre de su artífice: Panenka.

La Eurocopa de Yugoslavia fue la última edición en la que solo participaron cuatro equipos en la fase final. En este caso, Checoslovaquia, Países Bajos, Alemania Federal y Yugoslavia. El favorito para la victoria era Alemania, vigente campeona del mundo y defensora del título continental.

Pero las sorpresas comenzarían pronto. En la primera semifinal, Checoslovaquia se impuso por 3-1 a la Holanda de Johan Cruyff. La estrella del Barcelona estuvo muy marcada durante todo el encuentro y apenas pudo participar en el juego combinativo y de posesión característico de la Naranja Mecánica. El partido se resolvió en la prórroga tras terminar el choque en empate a uno. En el tiempo extra, los checoslovacos aprovecharon sus oportunidades y marcaron dos goles que les clasificó para la final.

En la otra semifinal, los anfitriones, Yugoslavia, se midieron a los defensores del título, la Alemania Federal del mítico Beckenbauer. Tras adelantarse los locales con dos tantos, la selección germana fue capaz de remontar y forzar la prórroga gracias a un gol de Dieter Muller en los últimos minutos. En el tiempo extra, el mismo delantero marcó otros dos tantos que le convirtieron en el héroe del partido.

En el choque por el tercer y cuarto puesto Holanda se resarció de la derrota anterior y se impuso a Yugoslavia por 3-2 en la prórroga. De esta forma los anfitriones se tuvieron que conformar con un agrio cuarto puesto mientras que la Naranja Mecánica maquilló su participación.

La final se disputó el 20 de junio en el estadio Estrella Roja de Belgrado ante 30.000 espectadores. Alemania era la gran favorita en todas las apuestas para revalidar el título. Enfrente tenía a Checoslovaquia, la revelación del torneo. Del lado alemán, una plantilla de estrellas experimentadas y acostumbradas a jugar partidos de esa magnitud. Del lado checoslovaco, unos jugadores casi desconocidos que militaban en la liga de su país, pero sobrados de motivación.

Y el ímpetu de los jugadores de Checoslovaquia se notó desde el principio. En el minuto 25 ya ganaban por 2-0 a su todopoderoso rival. Sin embargo, Muller salió al rescate de Alemania y marcó para acortar distancias y de paso sumar cuatro goles en su casillero particular que le convirtieron en el máximo goleador del torneo.

Los minutos pasaban y la selección germana era incapaz de lograr el empate. Los checoslovacos acariciaban el título cuando Hölzenbein marcó en el minuto 90 y forzó la prórroga. En el tiempo extra nada cambió. El campeón se iba a decidir en los penaltis. Alemania confiaba en su portero Sepp Maier, uno de los mejores de la historia del fútbol. El mítico guardameta del Bayern de Múnich contaba ya con cuatro Bundesligas a sus espaldas y tres Copas de Europa. Era el baluarte de la selección. Además, tenía a su favor la experiencia del campeonato del Mundo de 1974.

La tanda de penaltis comenzó y ninguno de los dos equipos erró su lanzamiento. Hasta que el delantero alemán Hoeneb falló el cuarto tiro. Llegó el momento decisivo. El encargado de ejecutar el quinto penalti en Checoslovaquia fue Antonin Panenka. Un título dependía de sus botas. Enfrente, Maier, el mejor portero del mundo en ese momento. El jugador checoslovaco tomó carrerilla y golpeó suavemente con la punta de la bota la parte inferior de la pelota que se elevó ligeramente y entró por el centro de la portería. Maier, ya vencido en el suelo, solo pudo observar cómo entraba el esférico. La manera de lanzar ese penalti fue tan arriesgada en un momento tan crucial, que el fútbol le reconoció la patente. Desde entonces, muchos jugadores se han atrevido a imitar el ‘estilo Panenka’ desde los once metros.

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