Rennes-PSG

Neymar y Mbappé pierden los papeles en la derrota del PSG en la final de Copa

Los parisinos cayeron en los penaltis después de tener un 2-0 a favor

Los futbolistas del Rennes celebran la victoria en la tanda de penaltis AFP

EFE | S.D.

El Rennes dio la sorpresa y se adjudicó este sábado la Copa francesa por tercera vez en su historia al superar en la tanda de penaltis al París Saint Germain (6-5) después de equilibrar un 0-2 con el que se había situado el equipo capitalino en la fase inicial de la final.

El conjunto bretón puso así fin a una travesía por el desierto de 48 años. Desde 1971, cuando ganó su segunda Copa (la primera fue en 1965), no había conseguido título alguno y puso fin al reinado del PSG, que buscaba su quinta corona consecutiva en esta competición.

La reacción del cuadro de Julien Stephan y el error definitivo, en el duodécimo tiro de los penaltis, de Christopher Nkunku (disparó alto), firmaron un nuevo mazazo para los hombres del germano Thomas Tuchel esta temporada, salvada con la consecución de la Liga, pero agitada por la prematura eliminación en la Champions y en la Copa de la Liga.

El modesto pero atrevido Rennes, que encandiló y sorprendió en la Liga Europa, en la que, por ejemplo, eliminó al Betis, se hizo acreedor al éxito por esfuerzo, trabajo de equipo y fe.

Y la necesitaba. Porque el PSG comenzó pletórico. Pareció que se iba a pasear. Dani Alves, con una magnífica volea a un saque de esquina de Neymar, y éste, con un precioso disparo picado por encima del meta Tomas Koubek, situaron un contundente 0-2 en tan solo 21 minutos de juego.

No se hundió el Rennes, que encontró oxígeno con un autogol antes del descanso (m.40) de Presnel Kimpembe. Alimentó su sueño y frenó al PSG.

Pese a la superioridad de los de Tuchel, la osadía del Rennes encontró la recompensa con el empate gracias a un magnífico remate de cabeza de Edson Mexer tras un saque de esquina botado por Clement Grenier.

No aprovechó el PSG sus oportunidades. Kylyan Mbappe, que definitivamente pudo jugar tras ser duda por un problema de gemelo, no tuvo su noche. Neymar ya no volvió a ser decisivo y la vuelta a los terrenos del uruguayo Edinson Cavani, en el comienzo de la prórroga, tampoco desequilibró el choque de nuevo.

Mbappe tuvo alguna que otra ocasión en un partido gris, que se tornó en negro cuando el colegiado le mostró tarjeta roja a dos minutos del final por una dura entrada sobre Damien da Silva en plena frustración.

La tanda de penaltis, no obstante, era inevitable. Todos los lanzadores aprovecharon su tiro hasta que llegó el turno de Nkunku, que suplió a Moussa Diaby en la prolongación de la prórroga. Su tiro se marchó alto y supuso el nuevo mazazo para el millonario proyecto del PSG y la gloria al Rennes.

Como broche a una noche aciaga para los parisinos, Neymar tuvo un feo gesto con un aficionado en la grada. Subía el brasileño a recoger la medalla de subcampeón con sus compañeros cuando golpeó a un espectador que se dirigió a él en términos que no parecieron gustar al ex del Barcelona, que dejó una nueva estridencia en su ya gruesa galería extradeportiva.

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