Especial Liga 2019-20

El once de las otras estrellas de la Liga

Médicos, representantes, locutores, utilleros, analistas... Casi 200.000 profesionales sostienen una industria que hoy vuelve a alzar el telón

Análisis plantilla a plantilla de los veinte equipos de la Liga

Jara Cuenca, utillera del Leganés Matías Nieto Koenig

ABC

La Liga 2019-20 levanta el telón este viernes. El fútbol nacional vuelve a escena y los equipos se preparan para volver a competir. La mejor Liga del mundo afronta una nueva temporada cargada de emoción, de alegrías y de tristezas. Detrás de los rostros conocidos hay miles de trabajadores que, en la sombra, hacen posible el espectáculo. ABC ha hablado con once de ellos y ha formado un equipo titular, el de las otras estrellas de la Liga.

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Ana de la Torre, doctora del Getafe Matías Nieto Koenig

Catorce años cuidando la salud del Getafe

Rubén Cañizarez

Entre los veinte equipos de Primera división, damos con la única médica, sí, en femenino, que trabaja con un club de la élite del fútbol español. Se llama Ana de la Torre y su escudo es el del Getafe C.F. desde hace catorce temporadas: «Sí que es cierto que sigue habiendo algo de discriminación en mi sector si eres mujer, pero hemos mejorado bastante en estos últimos años. Muy orgullosa de haber servido de ejemplo y de la confianza de un club modelo como el Getafe», explica la galena a ABC.

Ana de la Torre es especialista en medicina del deporte y educación física, y doctora del equipo madrileño desde hace catorce temporadas. Entonces, el jefe de los servicios médicos del club azulón cursaba un máster en traumatología del deporte en el que coincidió con ella y con una vacante en el Getafe. Una oportunidad que De La Torre no desaprovechó: «Yo ya había trabajado en el CSD, en el mundo del rugby, el judo... el fútbol era novedad en mi vida laboral pero estoy muy contenta de haber llegado hasta aquí».

Ana confiesa que adora un trabajo que le ha conllevado mucha satisfacción personal a pesar de sacrificar ciertas cosas: «Los futbolistas son pacientes más demandantes porque tienen la facilidad de contar con nosotros las 24 horas del día. Ellos y sus familiares. No es extraño recibir una llamada a las 22.00 horas de un jugador por un problema de salud de su hijo o cualquier otro inconveniente médico que le pueda significar un perjuicio para entrenarse o jugar».

El día a día de la galena De La Torre consiste en estar presente en los entrenamientos y partidos del Getafe, siendo una integrante más del equipo, aunque eso siga siendo extraño para algunos: «Al principio hasta a los propios jugadores les chocaba ver a una mujer en mi cargo, aunque ya están acostumbrados, y en los viajes todavía tengo que dar explicaciones cuando paso con el equipo a un campo rival argumentado que soy la doctora. Es algo que no entiendo. En el fútbol femenino hay preparadores, entrenadores y médicos que son hombres y no se ve con extrañeza».

El trabajo de Ana conlleva sacrificios importantes a nivel familiar y económico. Al fin y al cabo, ella es una más de la dinámica del equipo y los fines de semana y festivos no son para su gente querida, sino para su trabajo: «Es cierto que los servicios médicos de los clubes de Primera aún no están remunerados acorde a lo que se merecen, pero el dinero no lo es todo. También tenemos la suerte de poder combinar esta función con otros trabajos paralelos. En mi caso, con la Clínica Cemtro. El balance general es muy positivo. Soy muy feliz en el Getafe, dándole presencia a la mujer en el mundo de la medicina en el fútbol».

2

Jara Cuenca, utillera del Leganés Matías Nieto Koenig

Hizo de su sueño su auténtica vocación

Pilar L. Arreaza

Al ritmo de «Rayando el sol» de Maná, con trabajo, sacrificio, humildad y una sonrisa, Jara Cuenca se prepara todos los días para servir al Leganés. «Nací en Leganés, he vivido allí siempre y desde muy pequeña iba al antiguo estadio Rodríguez de Miguel con mi padre, para después seguir con la misma rutina en Butarque. Llegué a hacer el saque de honor en un Trofeo Villa de Leganés porque era de las pocas niñas que iban al campo y Jesús Polo me lo ofreció», relata.

Empezó en las categorías inferiores del club de su vida haciendo las prácticas del curso de entrenador. Allí permaneció dos temporadas hasta que comenzó a dirigir al Benjamín A, pero el destino quiso que estuviera ligada al Leganés durante mucho más tiempo. Jara estudió Periodismo y también hizo un máster, pero no encontró trabajo. La vida le tenía preparada una oportunidad mucho más especial.

«Ese mismo año faltaba una persona en utillería en el primer equipo y me lo ofrecieron. Acepté y parece que encajé», relata. Lo que empezó siendo algo puntual se convirtió en una parte fundamental de su vida. Ya son seis temporadas las que Jara, única mujer utillera en Primera división, entra al vestuario pepinero sin llamar. «El primer año que empecé a trabajar no entraba. No por ellos, por mí. Me sentía una molestia. Después entendí que había que hacerlo con naturalidad. Voy a hacer mi trabajo y no hay problema», comenta. También es entrenadora del Infantil B, donde pone en práctica los consejos que toma de Pellegrino. «Hay que aprovechar el momento. Me gusta que los niños valoren no solo el fútbol sino todo lo demás. El esfuerzo que hacen sus padres en recogerles rápido del colegio, llevarles el bocadillo preparado para que en el coche merienden y lleguen a tiempo a entrenar y luego llevarles a casa. También les obligo a que tengan un tiempo de ducha todos los días. Quiero que tengan unos hábitos de disciplina y respeto porque al final son los valores que te inculca el deporte grupal».

Y allí, cerca de su casa, en el club al que tantas veces había acudido como espectadora, sobre el verde, encontró su verdadera vocación. «Me gustaría dedicarme a ser entrenadora, pero sé que es muy difícil que una mujer, a día de hoy, pueda vivir de ello. Al menos ahora estoy entrenando y formándome porque estar aquí con el primer equipo me ayuda para aprender y prepararme como entrenadora. Ojalá mi caso haya servido para algo, sobre todo para gente que viene de abajo o no ha podido tener la oportunidad por el hecho de ser mujer», sentenció.

3

Ramón Vázquez, analista del Sevilla Juan José Úbeda

La inmediatez del dato al servicio del fútbol

Fran Montes de Oca

Nada queda a la suerte en el fútbol de élite. Cualquier detalle se transforma en dato y toda la información recopilada se procesa con las nuevas técnologías en busca del mejor rendimiento de los futbolistas. Es un proceso que se encuentra en pleno desarrollo, si bien en la actualidad la figura del analista ya se ha convertido en pieza fundamental para cualquier entrenador que compita al máximo nivel. «La clave de este trabajo es sin duda la inmediatez. Cualquier cosa que necesite el entrenador se la tienes que dar lo antes posible. Es fundamental. Somos un poco el hilo conductor entre el entrenador y el jugador. Tenemos que ser rápidos para que el técnico, que es el que maneja la idea y los conocimientos, pueda hacer fluir sus conceptos con la mayor eficacia», afirma Ramón Vázquez López, de 29 años y analista de Julen Lopetegui en el Sevilla FC.

Su padre, Ramón Vázquez García, fue internacional y leyenda del sevillismo en la década de los ochenta. Su hermano Javi Vázquez también se abre hueco como futbolista en el Sevilla Atlético como uno de los canteranos con mayor proyección de la factoría hispalense. Él, en cambio, decidió explorar este deporte a través de su perspectiva más analítica y de futuro: «Soy licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Siempre he estado relacionado con el mundo del fútbol, pero por mi manera de entenderlo no quería quedarme como un preparador físico convencional. Así que empecé a meterme un poco en el terreno del análisis de la mano de Víctor Mañas, ayudante de Unai Emery. A partir de ahí también he sido un poco autodidacta. He tenido la suerte de trabajar y formarme junto a entrenadores y futbolistas del máximo nivel. Es un mundo en pleno desarrollo y todo ayuda a crecer. También es recomendable y necesario tener el curso de entrenador para estar bien preparado. Y cada vez hay más cursos de formación específicos porque el mundo del análisis no para de crecer. Esta vía es interesante».

Ramón Vázquez y el resto de analistas del equipo filman y registran hasta el último detalle de cada entrenamiento y partido. También de los rivales. Todo se mete en la coctelera informática, pero con sentido: «Hay datos absolutos en los partidos, como la posesión o el número de tiros realizados, que si no los pones en su contexto adecuado o no sabes relativizarlos, pueden llevar a un análisis erróneo. Vemos en muchas ocasiones equipos que tienen porcentajes de posesión muy altos y acaban perdiendo el partido. Es el clásico ejemplo, pero esto se extiende a todos los ámbitos y variables que tenemos que medir en el fútbol», dijo.

4

José María Calzón, delegado del Espanyol Pep Dalmau

La lenta jubilación del delegado más antiguo

Sergi Font

Tras 40 años en el cargo, José María Calzón, el delegado más antiguo de Primera división, cede el protagonismo a su hijo Guillem. No será un retiro total sino un paso al lado. Dejará de viajar con el equipo, pero seguirá siendo el delegado del RCDE Stadium y encargándose de los temas federativos, arbitrales, recursos, actas y alegaciones. Atrás queda aquel primer partido ante el Mallorca en 1979 en Sarriá. Se emociona al recordar el vetusto estadio que tuvo que ser vendido y demolido para enjugar la deuda del club, sus doce años como inquilino en Montjuic y el nuevo estadio en Cornellá-El Prat. Más de 1.500 partidos de Liga sentado en el banquillo y cuatro choques grabados a fuego en la memoria: «De los que más me acuerdo son de las dos finales de la Copa del Rey, en Valencia y Madrid, y, por desgracia, los dos que perdimos de la UEFA, en Leverkusen y posteriormente en Glasgow».

Ha vivido las dos caras del fútbol, noches de gloria e infaustos descensos pero nada se puede comparar al peor momento sufrido profesional y personalmente. El nombre de Dani Jarque, fallecido en Florencia durante la concentración del equipo en 2009, surge en la conversación como una daga que quiebra la voz del eterno delegado. «Es uno de los peores momentos de mi vida y lo sufrí en primera persona. Tuve que estar con la policía y los doctores en la habitación, desde el inicio hasta el final. Y después cuando trajeron el cadáver a Barcelona», asegura, sin poder olvidar aún el doloroso y terrible silencio de la expedición durante el viaje de regreso a la Ciudad Condal.

Sergio González y Mauricio Pochettino son dos de los jugadores que le han marcado durante su carrera, pero fue Javi García, un jovial y bromista delantero que militó en el Espanyol entre 1995 y 1998 bajo las órdenes de Camacho, el que estuvo a punto de darle un susto. Calzón desgrana la anécdota: «Fuimos a jugar a un país del este y no sé qué le pasó que al aterrizar y pasar la aduana no tenía el pasaporte. Al final no pasó nada. Sobornamos un poquito a la policía y pudo pasar tranquilamente», sonríe divertido.

Poco amigo de los elogios, solo se vanagloria de no haber tenido ningún problema con ningún árbitro. «Procuro dejar los colores a un lado. Al final de temporada hay que mirar la balanza a ver cómo queda y a veces se equivocan en contra y en otras te favorecen. Pero ni ganas una Liga ni desciendes por un error arbitral».

5

Santi Urkiaga, encargado de Lezama Correo

Dos Ligas con Clemente y Lezama en sus manos

Tomás González-Martín

Jugó en Lezama desde «los doce años» y ahora dirige la sede de la cantera rojiblanca «para que todo funcione como en mi época». Militó ocho años en el primer equipo del Athletic y hoy se encarga «de solucionar» todos los avatares de los campos donde crecen los cachorros. Santi Urkiaga es un histórico que no ha dejado de estar ligado al club que hizo su razón de ser. Corría la banda como lateral derecho y ahora corre decenas de bandas para que nada falle.

«Soy el encargado de todas las instalaciones de Lezama, de supervisar los campos, de observar que todo está en condiciones, de comprobar que haya agua caliente, de confirmar que los equipos visitantes lo tienen todo cuando vienen a jugar los fines de semana. Cuidando la cantera también se ganan después los partidos en el primer equipo». Urkiaga ganó aquellas dos Ligas de la gabarra con Clemente. «Fue una gran etapa. Conseguimos también una Copa y una Supercopa». Fue un extremo reconvertido en lateral y subraya que hubo un entrenador, antes de la llegada de «Javi», que marcó el devenir de su carrera: «Sáez. Tuve a Iñaki desde juveniles y fue quien decidió que dejara de ser extremo y me adaptó al lateral. Así lo hice y ascendí al Athletic a los 19 años, dirigido por Koldo (Aguirre), ya como defensa».

Su capacidad, su velocidad para penetrar por la banda y centrar, le llevó a la selección española: «Fui subcampeón de Europa en la Eurocopa 1984 y jugué el Mundial de España 82. Tras dejar el Athletic fiché por el Español, donde estaba Javi, y perdimos aquella famosa final de la UEFA».

Lleva muchos años en Lezama y en su fuero interno valora qué chaval puede llegar a donde él llegó y quien no. «Veo la evolución de los chavales y lo difícil no es llegar, sino mantenerse. El fútbol es muy sacrificado. Hoy se cuida mucho la alimentación y todo se mira con lupa. Yo no era el mejor en mi época, pero llegué por mi constancia, mi voluntad y mi sacrificio».

Su equipo juega, con gente de la tierra, en una Liga española muy internacional. «El Athletic tiene una filosofía especial que mucha gente no entiende y competimos en la Liga española con clubes que realizan muchos fichajes, mientras a nosotros se nos van Kepa, Laporte, Javi Martínez y otros hombres. Hay años que sufrimos, pero en esta década hemos jugado la final de Europa League y varias finales de Copa. ¿Y sabe lo que le digo?: Al final solo gana uno».

6

David Cobeño, director deportivo del Rayo De San Bernardo

De defender la portería de Vallecas a los despachos

Rubén Cañizares

La vida de un futbolista de Primera es un mar de popularidad, fama y dinero, pero también es una vida con un corto recorrido en el tiempo que no es apreciado mientras se está en activo. Algunos tienen la habilidad de darse cuenta antes de llegar a colgar las botas, y ese es el caso de David Cobeño, que a sus 37 años sumará esta temporada su tercer curso como director deportivo del Rayo Vallecano: «En 2016, una lesión en la espalda hizo que el entonces director deportivo del club, Ramón Planes, me acogiera en sus funciones. Él llegaba de nuevas al Rayo, me pidió ayuda y es ahí cuando me picó el gusanillo de este trabajo».

Veinte años como portero profesional, la mayoría de ellos en el club de Vallecas, ahora Cobeño viste americana y camisa mientras su teléfono echa humo. Es agosto y un director deportivo no tiene descanso en su mes estrella del año: «Sinceramente, se duerme mejor siendo jugador. Entrenas, o juegas, pero luego te vas a tu casa a desconectar y descansar. Como director deportivo tienes mucha presión porque estás más expuesto y pendiente de mil frentes».

La vida de David Cobeño mutó de la noche a la mañana. De la portería a los despachos, previo aprendizaje con Planes y curso de director deportivo en la RFEF, y de ahí al cargo que actualmente ocupa en el Rayo: «Ahora en verano, el día a día es una riada de reuniones, viajes y llamadas telefónicas. El resto del año el trabajo consiste en ver mucho fútbol, tanto en directo como por televisión. Controlamos los jugadores que se asemejan a la idea de juego y el proyecto que tiene el club, y si nos encajan, ya miramos con mimo otros detalles como la duración de su contrato, algo importante cuando trabajas en un club con limitaciones económicas».

Cobeño también subraya que la red de ojeadores de una entidad modesta, como el Rayo, no puede asemejarse a la de un grande, por eso aprovecha su pasado en el fútbol para recibir chivatazos: «Excompañeros que están en otros equipos, en España o fuera de aquí, colaboran de vez en cuando haciéndote saber que han dado con un jugador que podría interesarnos»

Tras dos años en el cargo, David se siente cómodo en su nuevo rol y solo tiene palabras de agradecimiento para el resto de compañeros de gremio, sabedor de que entre ellos es mejor no pisarse la manguera: «Negociar implica muchas veces ceder porque en otras ocasiones será la otra parte la que ceda. Hay que tener calma y saber mover tus cartas. También, claro, encontrar un consenso con tu propio entrenador y presidente. Gusto futbolístico y presupuesto deben ir de la mano. Todas las partes tienen que encajar sus piezas para que un club gane en lo deportivo y no pierda en lo económico».

7

Katarzyna Humska, productora de televisión Pep Dalmau

Mil gestiones para dar señal a todo el mundo

Sergi Font

Nadie imagina las gestiones y probaturas que hay detrás de un partido de Liga para que el espectador pueda verlo cómodamente por la televisión desde el sofá de su casa sin perderse ni un detalle. Esa es una de las labores de Katarzyna Humska, productora de Mediapro, que se define como «el intermediario entre la Liga, los clubes y las empresas de explotación, que serían las que llevan las unidades móviles, las cámaras», aunque «también damos servicio a los clientes internacionales que vienen a personalizar los partidos». Kasia, como la conocen sus compañeros, destaca el crecimiento que ha experimentado la Liga en los últimos años: «Hemos pasado de producir los partidos de mayor interés con doce cámaras a producirlos con 22. Es el doble de volumen de cámaras pero también de medios, de personal y de trabajo».

Desde Mediapro se tienen en cuenta algunos detalles que pueden interesar en el mercado internacional. «En un Eibar-Getafe, en el que ambos equipos tienen un jugador japonés, se coloca una cámara adicional que los siga porque en Japón ese encuentro será el clásico de la temporada», explica la productora rodeada de monitores. El último desencuentro entre la Liga y la Federación por los horarios de los partidos es una cuestión que le ha quitado el sueño porque «nos rompe la planificación». Y es que uno de los grandes enemigos de un productor de fútbol son los imprevistos. Relata dos anécdotas para ilustrarlo. «Un sábado me despertó una productora desde la carretera. Estaba yendo de Pamplona a Éibar y no podía seguir por culpa de la nieve. Al final llegó. Tarde, pero llegó», explica. Pero nada comparado con lo que vivió una noche de enero previa a un Getafe-Barcelona: «Resulta que ese año los Reyes Magos llegaban en helicóptero al Coliseum Alfonso Pérez, desde donde se iniciaba la Cabalgata. Nosotros necesitamos siempre dos días para prepararlo todo, es decir, montar y probar. Además, teníamos publicidad virtual y necesitamos hacer muchas calibraciones. Al final nos ajustamos trabajando sin parar toda la noche».

8

M. García Quilón, repersentante de jugadores

El hombre que descifra el valor del futbolista

Tomás González-Martín

Es el griot de los representantes del fútbol. El hombre que ha visto crecer el nivel de nuestro balompié en sus manos, a sus pies, con las mejoras contractuales que han disfrutado entrenadores y jugadores en los últimos treinta años. Ese tiempo lleva Manuel García Quilón en este mundo. Nadie mejor que él para analizar el estado de la nación del fútbol, porque sabe el dinero que se mueve cada minuto, cada semana, cada década.

«La primera gran operación que realizamos fue el traspaso de Aguilera desde el Atlético al Tenerife, a principio de los años noventa, aunque ya habíamos ejecutado otras menos mediáticas antes. Desde entonces no hemos parado de trabajar con entrenadores y jugadores de todos los niveles». El universo popular del fútbol no conoce bien lo que es un apoderado. Muchos piensan que solo negocian los fichajes. No. Su labor es mucho más importante que eso. «Nosotros ponemos en valor al jugador. Explicamos a los clubes que un futbolista tiene un potencial enorme que nadie ha observado como nosotros, porque los vemos constantemente. Y les decimos que aprovechen la oportunidad. Puedo hablarle de muchos dirigentes que se negaban a fichar un jugador, que les hemos explicado que el futbolista era bueno, que se han convencido y que después han reconocido su valía y el gran acierto en contratarlo».

Durante tres décadas ha tratado sobre lo divino y lo humano con toda clase de directivos. Para escribir un libro fueron sus eternos combates de esgrima con Lendoiro: «Le tengo mucho cariño y admiración. Las negociaciones con Augusto César eran maratonianas. Cada operación con un futbolista significaba multitud de reuniones larguísimas. El traspaso de Filipe Luis al Atlético define cómo eran esas conversaciones. Yo hice más de veinte viajes a La Coruña, con negociaciones que duraban muchas horas de madrugada, y mantuve otras veinte reuniones en Madrid, hasta que firmamos a Filipe. Lendoiro te llevaba hasta la extenuación, al límite, manejaba el cansancio».

Quilón enmarca lo que significa trabajar ahora, en pleno mercado de verano, la época fundamental: «Este es el examen final de un trabajo para el que has puesto semillas toda la temporada. Has hablado con muchos clubes de la bondad de fichar a bastantes futbolistas y es la hora de plasmar las operaciones». Mantiene una norma: «Dar el valor objetivo a cada jugador. Pensamos lo que puede aportar en cada equipo. Hay futbolistas que pueden ofrecer mucho más si se les sabe dar su sitio y su importancia en un equipo».

9

Guadalupe Porras Ayuso

El Ejército forjó a la pionera del arbitraje

Manuel Camacho

Guadalupe Porras Ayuso ya es una de esas pioneras que hacen avanzar el mundo. Será la primera mujer que arbitre, como jueza de línea, en la máxima categoría de nuestro fútbol. La extremeña, nacida en Badajoz en 1987, da mañana, en el Mallorca-Eibar, un paso ejemplar para ella y el resto de mujeres en el mundo del balompié.

Su pasión siempre estuvo relacionada con el fútbol. Creció jugando, aunque encontró la motivación y la forma de ganarse la vida en el Ejército. Estuvo diez años combinándolo con el arbitraje, pues este no daba para vivir. Al comienzo lo veía como una afición, pero a medida que iba ascendiendo decidió dedicarse plenamente a ello. No obstante, pese a entrar en Primera división masculina, sigue formándose:estudia el grado de Magisterio en un alarde de cómo no desperdiciar el tiempo ni la disciplina.

Guadalupe comenzó a arbitrar con 16 años y desde entonces no ha parado de crecer como profesional. Debutó en Tercera división, y tras una única temporada ascendió a Segunda B donde permaneció ocho temporadas. Su aprendizaje en esa complicada categoría le otorgó la recompensa del ascenso a Segunda. Y su buen hacer en la división de plata durante dos temporadas la impulsó a Primera masculina. Un hito que casi no se termina de creer: «Estoy muy contenta, en una nube. Todos soñamos con estar en Primera división y, después de mucho trabajo, lo he conseguido. Aún no me lo creo», asegura la árbitra.

No es el primer caso de una mujer en la máxima categoría del fútbol español. Porras Ayuso sigue la estela que abrió María Luisa Villa, árbitra asistente en el año 2007, pero que no consiguió debutar al no superar las pruebas físicas requeridas por la Federación, exigencia que sí ha cumplido la pacense.

Sus 16 años en el mundo del arbitraje y la condición de ser internacional desde 2014 es ya suficiente aval para el salto a Primera, pero a esos datos hay que añadir que fue una de las integrantes del equipo arbitral de la final de la Copa de la Reina del pasado mes de mayo.

La colegiada extremeña ha conseguido la recompensa definitiva a su carrera arbitral gracias a su constancia. Hasta esta temporada combinaba sus actuaciones en la Segunda división con otras designaciones en las ligas femeninas, tanto a nivel nacional, en la Primera Iberdrola, como internacional. Su presencia dentro del fútbol adquiere una nueva dimensión desde mañana, por estar en una de las mejores ligas del mundo y por representar también un determinante cambio social.

10

Giusepe Ricciardi, nutricionista Juan Flores

El guardián que prohibió las pizzas en el Real Betis

Mateo González

«Sí, yo soy el italiano que quitó las pizzas». Con una sonrisa, Giuseppe Ricciardi (Rionero in Vulture, Italia) atiende al paradigma de su tarea en el vestuario del Betis como nutricionista. Su labor es fundamentalmente pedagógica. «Los futbolistas a veces vuelven de un entrenamiento duro y tienen ganas de echarse un platazo de pasta pero ahí estoy yo. El malo de la película. Tienes que ser el pesado que les diga siempre lo que está bien y mal. Les aconsejo hasta qué marca de yogur tomar. Pero es mi trabajo. Al final se dan cuenta porque su rendimiento mejora y el premio está en cuando te lo reconocen», señala este italiano de 31 años que estudió nutrición en la Universidad de Florencia y que llegó a Andalucía vía Jerez de la Frontera y tras un máster en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla se integró a la disciplina del Betis hace cuatro temporadas. Ahora quiere que los de Rubi se tomen un buen plato en esta LaLiga.

La diferencia entre piragüístas y remeros, que principalmente trataba antes, y los futbolistas reside en que los primeros «vienen a ti pidiéndote ayuda, interesándose» y al jugador de fútbol «hay que mimarlo para sacar su máximo rendimiento, convencerlo, llevártelo a tu terreno». De todas formas, distingue y valora la educación con la que llegan las nuevas generaciones. «Es más difícil con los que tienen mayor edad, porque si llevan diez años a ese nivel hay que luchar para ganártelos», pero al haber trabajado con la cantera a veces se ha encontrado con situaciones complejas: «Ahí hablábamos más con las familias para generar hábitos pero a veces... En un torneo con niños de 14-15 años les dábamos frutas varias veces al día y un niño llegó diciendo que no sabía cómo se comía el melocotón. Tuvimos que enseñarles a todos cómo se pelaba y se tomaba». Parte de su trabajo es eludir los mitos con la comida. «A veces se considera veneno algún alimento porque contiene gluten o lactosa y eso no puede ser así. La alimentación correcta para un deportista o para cualquiera tiene que tener comida real: fruta, pasta, proteínas de calidad, pescado, huevos, lácteos... No se pueden generar miedos. El futbolista puede salir, comer fuera en restaurantes de nivel y hasta tomarse una cerveza pero tiene que aprender a elegir bien. Hay que equilibrar. No puedes tomarte varios que no te aporten nada. No existe la dieta perfecta».

11

Manolo Oliveros, locutor de la Cope

Toda una vida cantando los goles del Barça

Sergi Font

Los goles del Barcelona están asociados a la voz de Manolo Oliveros, periodista de la Cope, que lleva locutando los encuentros del equipo azulgrana durante casi cuatro décadas. Concretamente desde que José María García le mandó a Colonia a narrar el duelo de la UEFA que disputaba el equipo de Helenio Herrera. Era octubre de 1980. Habría que sacar la calculadora para saber cuántos partidos acumula porque «no soy de esos que guarda nada ni piensa en los partidos que ha hecho». En casa no le ven los fines de semana, pero Oliveros lo lleva bien. «Tiene sus alicientes porque sabes que te debes a un público y tienes una trayectoria, pero muchas veces prefieres jugar en casa que fuera, sobre todo ahora que no viajas con el equipo».

Asegura que el partido más impactante que ha narrado en Liga fue «el 5-0 de la manita de Bruins Slot», aunque también destaca «el de Urruti en Valladolid, cuando paró el penalti. Yo estaba con el inalámbrico y Héctor del Mar lo narraba». Metódico, Manolo Oliveros se prepara bien los partidos pero matiza: «No hay que llenarse mucho de datos porque eso a la gente no le interesa». No obstante, asegura que «hay que hacer deberes durante toda la semana y saber qué trayectoria llevan los equipos, futbolistas que van a jugar... Es importante para la narración haberte preparado y dar algún dato curioso».

A pesar de su dilatada experiencia reconoce que «existen los nervios antes de empezar el partido y durante toda la jornada. Debes descansar mucho para que la voz esté bien. Cuando estás nervioso o descontento con algo se nota más en la voz que en la cara». Ynos regala unos consejos para cuidarla: «Descansar mucho y no comer tarde ni copiosamente».

Del millar de anécdotas que glosa durante estas cuatro décadas por cientos de estadios se queda con la que vivió cuando liberaron al padre del brasileño Romario. «Me fui al aeropuerto a entrevistarle, pero al llegar estaba pasando ya el control de seguridad. Entonces, bajé y compré un puente aéreo en primera clase. A todo esto, había dejado el coche en doble fila y pensé que lo peor que podía pasar es que se lo llevara la grúa, como así fue. Cuando Romario entró en el avión yo ya estaba sentado dentro. Me dejó entrevistarle en directo a cambio de que le dejara mi teléfono para poder llamar a su familia. Estuvo todo el viaje usando mi Motorola...».

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