Mallorca-Formentera, el derbi que parecía imposible

La Segunda división B vivirá la próxima temporada un partido que muy pocos aficionados, probablemente ninguno, se hubiera atrevido a afirmar que podría jugarse en la categoría de bronce del fútbol español. En la campaña 2017-18, el Mallorca, el conjunto de la isla más poblada de Baleares (860.000 habitantes), se medirá al Formentera, el club de la isla más pequeña de esta Comunidad (menos de 12.000 habitantes). El descenso de los bermellones, consumado este domingo con un insuficiente empate en Miranda de Ebro, y el éxito de sus vecinos, campeones de su Grupo de Tercera división, provocará un derbi de liga inédito hasta el momento. El Mallorca pasa a la historia del fútbol español como el primer equipo que cayó a Segunda B después de disputar la Champions.

[ Entre la indignación y la melancolía]

No hubo milagro y un mal sueño acabó en pesadilla para la hinchada del cuadro bermellón. El Mallorca, ese mismo club que en 2003 fue campeón de la Copa del Rey, certificaba esta jornada el descenso a Segunda B después de una campaña nefasta. La próxima campaña volverá al fútbol de bronce, donde coincidirá con el Formentera, que, de la mano de Tito García Sanjuán, ha logrado un ascenso histórico al tercer escalón del fútbol español. El equipo que representa a la isla más pequeña de Baleares, y a la que solo se puede llegar en barco, se ha convertido en una de las grandes revelaciones de la Tercera división.

El equipo balear ascendió a Segunda división en 1981 y desde entonces permaneció en esa categoría que alternó con ascensos a Primera división, el último de ellos, en 1997 que le condujeron a su etapa más brillante en la que conquistó una Copa del Rey (2003), disputó la Liga de Campeones (2001-2002) y fue subcampeón de la Recopa de Europa 1999-2000.

El Mallorca regresa a la Segunda B 36 años después tras una temporada aciaga que culminaba este domingo con el empate en el campo del Mirandés (2-2), que le deja sin opciones en la última jornada en la que se despedirá de la Liga recibiendo al Getafe en el estadio Son Moix.

En 41 partidos, los mallorquinistas solo fueron capaces de sumar 44 puntos, pese a que contaban con uno de los presupuestos más altos de la categoría (11 millones de euros), jugadores de un nivel contrastado, con experiencia, y que fueron dirigidos por tres entrenadores: Fernando Vázquez, Javier Olaizolay Sergi Barjuan.

La Segunda división fue un calvario desde el principio para el conjunto balear, que desde su descenso, en 2013, permaneció más jornadas en la zona roja de la tabla que en posiciones de ascenso, que nunca llegó a vislumbrar. El año pasado ya se salvó en la última jornada derrotando al Real Valladolid (1-3) en un partido dramático.

Esa experiencia no fue suficiente para enmendar el rumbo de un equipo que está temporada estuvo quince jornadas en zona de descenso. Los propietarios del club desde enero de 2016, un grupo de inversores estadounidenses encabezados por Robert Sarver, dueño de los Phoenix Suns de la NBA, han anunciado, en principio, que no renunciarán al proyecto, pese al descenso, aunque tendrán que adecuar al estructura financiera y deportiva de la entidad a la nueva categoría. [ Bienvenido Mister Sarver]

El Mallorca de sus mejores años ya es historia y afronta una etapa plagada de incertidumbre con el reto principal de que su paso por el pozo de la Segunda B sea lo más efímero posible. La caída al pozo, que arrastra al filial mallorquinista a la Tercera división, se registra un año y tres meses después de que el club celebrase por todo lo alto el centenario de su fundación.