La lucha de Amelia del Castillo, la primera entrenadora de un equipo español

La madrileña, que fundó el Atlético de Pinto, se echó el equipo a la espalda y lo dirigió en su totalidad haciendo frente a infinidad hostilidades

Pablo M. Campaña

Con la creciente presencia femenina en el fútbol español es imposible no pararse a pensar en la mujer que rompió con los estándares de la época al entrar en un mundo tradicionalmente masculino. Pionera como pocas, Amelia del Castillo fundó el Club Atlético de Pinto en 1963, convirtiéndose en la primera presidenta de un club del deporte rey en España. Algo que se antojaba impensable por aquel entonces, pues las mujeres ni siquiera podían firmar un contrato, conducir o sacar dinero sin previa autorización de su marido. Una falta de derechos que no evitaron que cumpliese su sueño, aunque tampoco se encontró con un camino de rosas.

Desarrolló su afición por el fútbol en las calles de Pinto junto al resto de muchachos. Su hazaña no comenzaría hasta el 15 de octubre del 63, cuando propuso federar a los jugadores del Pinto tras un buen torneo en Getafe. Todo gracias a que ella misma pagó las fichas y la inscripción, pues los chicos de Pinto querían ir a un torneo en Getafe y no tenían a nadie que se encargase de pagar. Desde ese momento tomó la presidencia del club, entrenó a los jugadores e incluso ejerció de utillera. Y todo ello con tan solo 20 años.

La decisión de incorporar «Atlético» al nombre del club surgió tras la enorme ayuda económica ofrecida por el Atlético de Madrid, entonces presidido por Vicente Calderón . El club colchonero no se conformó con la financiación el equipo, sino que donó pelotas, camisetas y materiales de su empresa de construcción para mejorar el campo. Incluso permitió a los jugadores del Pinto utilizar los servicios médicos del Atlético. Y no fue el único club del que recibió ayudas económicas, pues el Real Madrid , el Rayo Vallecano y el Consejo Superior de Deportes también se mostraron solidarios con su causa.

«La cortesía del presidente rojiblanco fue prácticamente única y tuve que aguantar todo tipo de comentarios en los estadios, donde lo menos que me decía la gente era bonita » afirmó Del Castillo a los medios deportivos. Su imagen en el municipio era tan nefasta que las madres de sus amigas no permitían que salieran con ella y, aunque «fue algo duro», para ella mereció la pena. El equipo consiguió varios trofeos a nivel local y ella se convirtió en una celebridad del mundo del fútbol, llegando a ser entrevistada por la cadena neoyorquina de televisión «CBS».

Su peor momento fue, sin duda alguna, cuando le llegó una carta del alcalde de Pinto. En ella le pedía su dimisión porque «aquello no era cosa de mujeres», a lo que la dirigente se negó rotundamente. Pero el alcalde no cesaría en su capricho y amenazó con crear un equipo patrocinado por el ayuntamiento, lo que desencadenaría en un gran detrimento para el Atlético de Pinto. Fue entonces cuando ella decidió apartarse por el bien del club, pues en esos momentos pertenecía a muchas personas que no querían verse involucradas en conflictos con el consistorio.

A pesar de lo ocurrido, su lucha y su perseverancia no fueron olvidadas. Desde el año 2000, el estadio del Atlético de Pinto luce con orgullo el nombre de su fundadora y, desde 2012, es presidenta de honor. El auge del deporte femenino despierta sentimientos pocas veces vividos por Amelia del Castillo. «Para mí, esta explosión supone una alegría especial porque me tildaron de loca». Una adelantada a su tiempo, valiente y sin complejos. Un ejemplo no solo para las mujeres, sino para todo el mundo del deporte.

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