Selección española

Las grietas de una España en construcción

La selección, en Las Palmas para el incómodo amistoso de mañana ante Bosnia, evidencia unos problemas que le convierten en un equipo inestable

Los jugadores de la selección, después de un gol de Croacia/ La selección española pone a punto la maquinaria en el gimnasio AFP/ VÍDEO: ATLAS

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El papelón de España estos días es para analizar, pues de golpe se ve en Las Palmas de Gran Canaria preparando un insulso amistoso con cara de pocos amigos por lo ocurrido en Zagreb. Se perdió en el tiempo extra ante Croacia (3-2) , una derrota que agita el debate por varios motivos y que serán analizados en las próximas líneas, y ese resultado obliga a que la expedición esté pendiente el domingo, a la hora del postre (tres de la tarde), del duelo de Wembley entre Inglaterra y los balcánicos. Si no se produce un empate, la selección española saldrá al campo contra Bosnia (20.45 horas) sabiendo que no estará en la final a cuatro de esta Liga de las Naciones que empezó estupendamente y que ha acabado torcida. Lo dicho, un papelón mientras se trabaja para tapar las grietas de un equipo en construcción.

Portería bajo lupa

Vaya por delante que David de Gea no fue el único culpable del tropiezo del jueves, pero se le señala abiertamente porque el portero ha entrado en una espiral de la que no sabe cómo salir. De Gea no ha tenido nunca una gran noche con España (se entiende por gran noche como un partidazo ante una gran potencia con algo serio en juego), y desde el Mundial, antes incluso, enlaza una serie de actuaciones denunciables porque no cumple con las funciones básicas de un guardameta. Es el mejor en la Premier, eso dicen los premios, pero cuando toca defender bandera se bloquea, muy criticado por jugar siempre debajo del larguero y no beneficiarse de sus 192 centímetros.

Y ya no es tanto un tema de paradas, que también. El principal problema con De Gea es que no transmite la confianza necesaria en un equipo que ya de por sí tiene serios problemas defensivos. Al ex del Atlético se le ha mimado desde que está en la absoluta y Vicente del Bosque le cocinó aquella dulce transición, dándole la portería que había protegido Íker Casillas durante tanto tiempo. También Julen Lopetegui confió a ciegas en él (de hecho, se cargó a Casillas del día a día) y Fernando Hierro mantuvo la idea en el Mundial pese a la aciaga noche ante Portugal. Ahora, con Luis Enrique, más de lo mismo, De Gea y diez más.

Son ya varias tardes de disgustos y no abundan las intervenciones, así que el debate se agita inevitablemente y se mira a un banquillo en el que levanta la mano Kepa Arrizabalaga, al que le faltan horas de vuelo en clave internacional. Cómo estarán las cosas que renace la figura de Íker Casillas, que ya ha dicho, más madera, que estaría encantado de volver a la selección. En el Oporto lo está haciendo otra vez muy bien, todo hay que decirlo.

Ramos y sus socios

Desde hace ya un tiempo, España es un conjunto con importantes desajustes en la retaguardia. Juega siempre Sergio Ramos y nunca se sabe quiénes serán sus socios en una línea inconstante y sin la experiencia del pasado. Sin Piqué, se rastrea el mercado de centrales sin que haya uno que destaque por encima del otro. Puede que Nacho haya sido el más considerado, pero, pese a estar lesionado, su nivel había bajado hasta el punto de quedarse fuera de la última lista.

Se ha probado con Raúl Albiol y también con Íñigo Martínez, mientras que los laterales son, a su vez, de quita y pon. Jonny Otto, Azpilicueta, Sergi Roberto, Marcos Alonso, Gayà, Jordi Alba... Lo suyo es que, estando todos en plenitud y sanos, Carvajal y el indultado Alba sean los titulares, así que faltaría encontrar una pareja de baile para Ramos. Urge trabajar en la zaga y más teniendo en cuenta que en las dos últimas noches la selección ha recibido seis goles, que no es poca cosa.

Busquets se diluye

Sergio Busquets ha sido el termómetro de esta selección, un jugador fundamental que si estaba bien contagiaba al personal. Y la realidad es que ahora, con 30 años y todavía cuerda para rato, no lo está. En este innegociable 4-3-3, Busquets mantiene el equilibrio en la medular, o al menos eso intenta, y reclama más que nunca la ayuda de los volantes, que ahora no mueven la pelota con la misma gracia como lo hacían los Xavi o Iniesta. Busquets ya no roba tanto , comete errores y físicamente no está en su mejor momento, así que España, por obligación y pura lógica, se resiente.

En la recámara, un calco del catalán como Rodrigo Hernández, pero con ocho años menos (22). El centrocampista del Atlético es el futuro de la selección y el cuerpo técnico está enamorado de él. Falta, pues, que vaya entrando paulatinamente en la dinámica del equipo, e incluso hay quien plantea la posibilidad de cambiar el dibujo y probar con un doble pivote, a estudiar y más ahora que la selección es, por momentos, un coladero.

Isco y el problema del «9»

Se le concedió el papel de líder, pero Isco, es evidente, no atraviesa uno de esos momentos dulces que de vez en cuando le encumbran. Es absurdo dudar de su genio, un talento diferente, pero le falta regularidad para ser, ahora mismo, la piedra angular de este proyecto. No juega nada con Solari, o juega muy poco, pero Luis Enrique sí le da en la selección el cariño que no recibe cuando viste de blanco. Debe corresponder.

Mientras, pasan los delanteros, pero ninguno se convierte en imprescindible como lo fueron David Villa o Fernando Torres. La selección lleva demasiado tiempo con el debate del «9» y ahora los que más repiten son Rodrigo (1 gol en toda la temporada con el Valencia) y Iago Aspas. Paco Alcácer tuvo su momento, enchufado en el Borussia, Diego Costa sigue lesionado y Álvaro Morata no tira la puerta cuando va de rojo. Condiciones les sobran.

Asensio y los otros

La gente se enfada y pide cambios, pero hay lo que hay. En el banquillo se ha instalado Marco Asensio por su irrelevancia en el Madrid, pero tampoco con España está entonado, al margen de eludir responsabilidades que se le presuponen por su enorme talento. En la reserva, hay jugadores interesantes, pero no son estrellas de primer nivel ni te cambian un partido con su presencia. El banquillo ante Croacia lo formaban Kepa, Pau López, Jonny, Azpilicueta, Llorente, Hermoso, Gayá, Rodri, Fornals, Suso, Morata y Asensio. Brais Méndez fue el descarte.

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