Diego Costa, en un lance con el italiano Bonucci en el partido del pasado jueves en Turín
Diego Costa, en un lance con el italiano Bonucci en el partido del pasado jueves en Turín - Reuters
Mundial 2018 | Fase de clasificación

Las asignaturas pendientes de la selección española

A pesar de la gran primera parte completada ante Italia, la falta de gol continúa siendo un lastre para el equipo nacional

Shkodër (Albania) Actualizado: Guardar
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A pesar de los claros síntomas de mejoría del juego desplegado por la selección española en el duelo ante Italia, el combinado que entrena Julen Lopetegui tiene también asignaturas pendientes que deberá pulir en próximos partidos, el primero este domingo ante Albania:

1. Costa, delantero volcánico

Este viernes, en el Olímpico de Turín, los jugadores jalearon a Diego Costa por su cumpleaños. Son 28 años y los mismos fallos de siempre, imposible esperar un cambio de un jugador tan volcánico. Parecía algo más sensato después de sus buenos encuentros ante Bélgica y Liechtenstein, pero en Italia volvió su peor versión. Se pegó todo lo que pudo con Bonucci, cayó en la trampa del central y vio una amarilla, y justo cuando iba a ser sustituido lanzó el balón a la grada para mostrar su disconformidad por un fuera de juego bien señalado.

Brych, el árbitro, le perdonó la expulsión.

Desde su estreno, en marzo de 2014 contra Italia precisamente, únicamente ha logrado tres tantos en trece internacionalidades, números muy pobres para un atacante que en el Chelsea ha empezado muy bien y que gusta mucho a Lopetegui. Le puede su temperamento, el chico no aprende.

2. El problema permanente del gol

Es un mal crónico en España e importa poco quién esté en el banquillo. España domina hasta la saciedad, pero no genera ocasiones y así es muy difícil marcar, tan lógica la afirmación que suena a perogrullada. De hecho, el gol llega porque Buffon hizo el ridículo con una patada al aire, pues apenas se probó al mito italiano. Por mucho que se imponga el juego de toque, muy bonito en según que fases, es fundamental trabajar los metros finales para poder vivir con mayor tranquilidad.

En el primer acto apenas hubo dos o tres aproximaciones y después del tanto llegó la más clara de la noche, cuando Vitolo dispuso de un mano a mano que cruzó en exceso. Poco bagaje para un dominio tan abrumador tanto en posesión como en las formas.

3. Ramos, disperso y con fallos en el área

El central del Real Madrid salió a la zona mixta con el discurso en la cabeza y empezó a soltar dardos contra sus críticos. «Que disfruten los que me tengan que rajar, que luego tendrán que estar callados como en estos años», soltó con toda la intención del mundo. Ramos, autor de cuatro penaltis ya este curso (mes y medio de competición), cree que hay una campaña, aunque la realidad es que está lejos de su mejor momento, por mucho que se atreva a desafiar a los que juzgan su rendimiento. Contra Italia cometió una inocente infracción dentro del área que propicio del empate de De Rossi desde los once metros.

Además, lleva ya una serie de partidos algo disperso y suma también muchas tarjetas amarillas por entradas a destiempo.

4. Desconexión y lagunas en los últimos minutos

La primera hora fue magnífica, sobre todo los 20 minutos iniciales. Sin embargo, fue el gol lo que despertó a Italia, que hasta entonces había vivido encerrada en su propio campo. Con el juego vertical de los locales, a España le entraron las dudas y perdió el control de la pelea. Con todo, pudo haber resuelto con ese mano a mano de Vitolo y le dio para aguantar hasta pasado el minuto 80, cuando el penalti evitable de Sergio Ramos. En ese sentido, a la selección se le percibe algo más vulnerable, incapaz de reponerse a estas alturas de aquel tanto de Van Persie en Salvador de Bahía. Al mínimo contratiempo, se transmite cierto pesimismo y Lopetegui tiene la misión de volver a dotar a la absoluta de la confianza de antes.

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