La selección, a su llegada a Albania
La selección, a su llegada a Albania - SEFútbol

Albania-EspañaLa odisea de la selección española para llegar a Shkodër

Desde Tirana, la capital de Albania, hasta la ciudad del partido se viaja por una ingobernable carretera con todo tipo de trampas

ENVIADO ESPECIAL A SHKODËR (ALBANIA) Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Shkodër es una ciudad del norte de Albania, bañada por el lago Shkodra, a unos 90-100 kilómetros de la capital del país, Tirana. Se sabría poco o menos de ella de no ser porque la selección juega ahí el domingo, un partido que tiene su historia contra Albania y de una repercusión importante en esta fase de clasificación para el Mundial de Rusia. Y se juega ahí porque el campo de Tirana está en obras, o eso dicen.

A Shkodër se tarda media vida en llegar, pero se llega. La selección tenía previsto hacerlo pasadas las 11 de la noche después de pasar buena parte del día en Turín, hasta cierto punto comprensible ya que la cuidad italiana reúne las condiciones necesarias para entrenar y descansar con garantías.

El equipo de Lopetegui se ejercitó por la mañana en el Comunale, comió en el hotel e hizo las maletas cuando caía el sol. Avión de algo más de una hora a Tirana antes de la odisea.

Porque la selección, como todos los mortales, tuvo que coger la indescriptible carretera E762-SH1 para llegar a su hotel de concentración. Y todo con un tormentón apocalíptico, rayos por cien y un océano de lluvia de difícil negociación.

Se conduce por un asfalto impracticable, sin líneas marcadas en el suelo, con todos los coches con las largas puestas porque la iluminación es inexistente (menos las motos, que van a ciegas y con los pilotos sin cascos) y sin que se respeten las rotondas. Bueno, ni las rotondas ni cualquier otra señal.

Según Google, que lo decide casi todo, se tarda una hora y media, quizá algo más, pero esta vez el viaje se hizo más largo. Es todo recto, pero se hace eterno, con un límite de velocidad de 60 kilómetros por hora salvo un tramo final más agradecido.

Y la selección aún, que iba en vuelo directo y con un conductor supuestamente experto que los llevó con el camino ya estudiado. Peor es para cualquier periodista que no viaje en el programa oficial.

Como de Turín a Tirana no hay vuelo directo, hay que ir a Roma y ahí esperar al enlace con la capital albanesa, en donde, casualidades de la vida, esta vez viajaba la Reina Sofía para acudir a una boda real. Se tiene que alquilar un coche, cruzar los dedos y armarse de paciencia. «Aquí no nos gusta respetar las normas», dice el señor que entrega el coche. El GPS se vuelve loco, así que es mejor tirar de intuición. Y, en la radio, música latina con su reggaeton, Nicky Jam y hasta «La bicicleta» de Carlos Vives y Shakira.

Ya en Shkodër, y solventado el entuerto del viaje, la selección se entrenará el sábado por la tarde en el escenario del encuentro, que está deteriorado porque el jueves jugaron Kosovo y Croacia. Comparecencia de Lopetegui junto a dos jugadores y a pensar en el Mundial de Rusia. En Albania hay mucho en juego.

Ver los comentarios