Albania-EspañaEspaña tramita la clasificación

La clasificación para el Mundial de Rusia está tramitada y Lopetegui ha insistido en las viejas ideas, ejecutadas quizás con una nueva tensión. Una buena semana.

Innovó en la alineación con tres defensas: Piqué, Monreal y Ramos, que volvía así a pisar el lateral derecho.

El comienzo era sorprendente porque además Monreal subía en ataque y Piqué aparecía en el remate. Era una sinfonía ofensiva aquello, aunque ocasiones no hubiera muchas. La primera fue de Koke, tras gran jugada de Costa, que quizás estuviera menos torpe, y un poco después otro tiro de Vitolo, bien parado por Berisha.

A Albanía se le veía una perfecta línea de seis en defensa. La clásica expresión “embotellados” es hasta generosa. España, con tres defensas “a la Cruyff”, tenía en esos minutos un perfecto ejercicio de estilo. Estos partidos son para la selección como las acrobacias aéreas o las simulaciones específicas de un ejército: ejercicios extremos de posesión.

España la tenía en un 75% y atacaba todo el tiempo. Todo era, técnicamente, “tiempo de ataque”, aunque casi no se tirara a puerta.

Durante las horas previas se hablaba de la posibilidad de una “encerrona” albanesa, que fue total, completa, pero a la inversa, a sí misma. Albania se encerró y el problema fue que por las bandas España no apareció demasiado. No había extremos claros y la concentración de jugadores en el centro a veces era casi cómica. Albania era una única defensa y España varios centros del campo. Para lo bueno y para lo malo. Se adivinaba uno con Busquets, otro con Koke y Thiago, y luego otra instancia con Iniesta. Se diría que tenía varios mediocampos de la misma forma que los rumiantes tienen vario estómagos. La vaca tiene rumen, retículo, omaso y abomaso, y España era parecida. Al final la pelota más que pelota era bolo.

Ramos le metió un buen centro desde la banda que Costa no acertó a rematar y poco más. Los últimos minutos de la primera parte fueron de empeño personal de Iniesta, un poco con ese ahínco terminal de “buscador de espacios” que ya le vimos en la Eurocopa. España vuelve a sí misma inevitablemente. Al último Iniesta.

La actitud era buena, y el peligro local escaso: una llegada cada quince minutos, a pesar del riesgo de claros por la banda derecha entre Thiago y Ramos. El toque era abusivo y los espacios se agotaban. Lopetegui lo empezaba a mirar con esa cara un poco descompuesta que a veces se le pone de imitador de Stallone en Rambo, cara de “que vienen los charlies”.

Un error definitivo

La segunda parte comenzó igual, pero con el agravante de la lluvia, que parece que siempre nos perjudica. Todo era muy similar hasta que llegó el error del portero Berisha. Una mala cesión que dejó a Silva solo al borde del gol. Aún tuvo el zurdo la sangre fría de pasar la pelota a Diego Costa para que marcara el gol. En España el último pase parece que siempre es el penúltimo. Quizás sea porque lo que se busca no es el gol, sino eso precisamente: el último pase.

El gol aclaró el partido y la clasificación, por momentos, se abría como un cielo bíblico con las vacilaciones de Italia en Macedonia. España se quedaba líder de grupo.

Entró Nolito por Vitolo y al poco marcó el segundo, un gran gol penetrando por la izquierda con regate y disparo.

Su regate y verticalidad desmoronaba una línea de siete defensas albaneses o albanos (aunque parece que decir albano exige una Romina).

Con Nolito y Silva, España tiene un ramalazo a lo de Pep Guardiola en el City. Su entrada era lo que le faltaba a España: el alfilerazo desde el extremo.

En el gol había otro detalle. Ramos esperaba en el área el hipotético rechace. Nótese la posición del defensa para hacerse una idea de la forma abrumadora del ataque y dominio de España, desplegada por completo en campo ajeno. Busquets sujetaba a la media, pero también a los defensas convertido en escoba de todos.

España continuó con su presión elevada a Albania, incapaz de pasar de su campo y alejadísima, no solo del área de De Gea, sino de cualquier posibilidad de llegar a ella.

España tampoco provocó peligro. Fue un fútbol control, que adormeció completamente el juego. Lo más reseñable ya pasó sin balón.

Iniesta recibió una ovación de los albanos, que no iban a ser menos; y Ramos se retiró con molestias en la rodilla izquierda. El césped estaba blando, irregular y propenso al destrozo articular. Se fue Ramos, salió en su lugar Íñigo Martínez y el partido se cloroformizó definitivamente.

España había hecho su trabajo y además un curioso ejercicio de estilo.

¡COMIENZA EL PARTIDO!

Arbitra el holandés Bas Nijhuis.

Suenan los himnos. España jugará de blanco, un color con no muy buenos recuerdos para la selección. El último, sin ir más lejos, la derrota ante Italia en la pasada Eurocopa.

Saltan ya los jugadores al terreno de juego. Partido a punto de comenzar.

Once de Albania: Berisha; Hysaj, Xhimshiti, Mavraj, Agolli; Lila, Xhaka, Memushaj; Roshi, Lenjani y Balaj.

Muy buen ambiente en Shkoder.

📷 ¡El Loro Boriçi,prácticamente lleno a 40 minutos del comienzo! #LaPanorámicaDeSeFutbol#ALBESP#VamosEspañapic.twitter.com/DEGVIpoNVO

— Selección Española (@SeFutbol) 9 de octubre de 2016

Y también la previa de este encuentro más trascendental de lo que parece: España, ganar o sufrir.

Antes de que empiece el partido te da tiempo a leer la entrevista que le hemos hecho a Dani Carvajal: «Soy lo que soy gracias al barrio».

Así está la clasificación del grupo de España tras las dos primeras jornadas.

Monreal y Thiago son las grandes novedades respecto al equipo que jugó ante Italia.

Once de España oficial: De Gea, Pique, Ramos Monrreal; Busquets, Koke , Thiago ,Iniesta; Vitolo, Costa, Silva. Lopetegui sale con solo tres teóricos defensas.