almer y Magnussen, los pilotos de Renault, destapan el nuevo coche
almer y Magnussen, los pilotos de Renault, destapan el nuevo coche - Reuters
Fórmula 1

Vuelve el exequipo de Alonso

Renault, que brilló con el piloto español, regresa al Mundial con el espíritu de «ganar otra vez»

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En el centro tecnológico de Renault, un mastodonte de hormigón y agua a las afueras de París, la imagen del Renault azul que revolucionó la Fórmula 1 en España supone apenas una cita de un par de segundos en recuerdo de la gloria para un marca histórica. Es aquel coche de Fernando Alonso que transformó las sobremesas españolas: en vez de siesta, cambio de neumáticos, difusores soplados y pit stops. Con él conquistó el piloto de Oviedo dos campeonatos del mundo y generó la marea azul, coincidencia de colores asturianos con la tonalidad del patrocinador, la tabaquera japonesa Mild Seven. Renault vuelve a la F1. No está Flavio Briatore, el bon vivant italiano, sino un alto ejecutivo serio y concreto llamado Jerome Stoll.

Tampoco Alonso, joven campeón, y su compañero Fisichella, sino el británico Jolyon Palmer y el danés Kevin Magnussen. En realidad, no queda casi nada de la escudería que elevó la F1 a los altares. Solo el sello de calidad de la casa.

La marca gala, ganadora de 12 Mundiales en sus diversas modalidades (individual y de constructores), realizó una fastuosa puesta de largo en su sede parisina y declaró su propósito de «volver a ganar». Lo hará sin la inversión del venezolano Pastor Maldonado, a quien la caída del régimen de Maduro le ha penalizado seriamente. Ya no tiene el dinero del petróleo para correr en la F1.

Renault se adelantó a todos sus adversarios con la pretensión de ser el foco mediático. Es el primer coche que se presenta este año. Colores negro y amarillo, los tradicionales de la multinacional, y un solo patrocinador, Jack&Jones. El proceso ha sido el siguiente. Briatore fue sancionado a perpetuidad por el «autoaccidente» de Nelsinho Piquet en Singapur. Desapareció de la escena el magnate italiano, mánager de Alonso, y Renault derivó con el tiempo en un nuevo propietario, el luxemburgués de origen español Gerard López, cofundador de Skype y de otras empresas de éxito. López transformó al equipo en Lotus, denominación con la que ha estado compitiendo durante los últimos años. Ahora Renault recompra la estructura y retorna a la Fórmula 1. Ingeniería financiera de altos vuelos y muchos millones en el proceso.

El presidente de la compañía, el brasileño Carlos Ghosn, explicó los argumentos del regreso a la máxima categoría del automovilismo. «Nuestro objetivo es llegar al gran público, sobre todo en los países emergentes como China, India o Brasil. Y nuestra idea no es volver para competir, sino para ganar».

Alguien recordó durante la presentación a Fernando Alonso y a Ayrton Senna, también campeón del mundo con el Williams Renault en los noventa. «No nos pidáis milagros», se apresuró a frenar el director de competición Jerome Stoll. Sin embargo, Renault es una casa con larga tradición en la F1, en la que Alain Prost, presente en la sala y vitoreado en el acto de presentación, siempre ha sido un personaje activo.

Era triunfal de Alonso

De la era triunfal de Alonso en 2005 y 2006 apenas quedan rescoldos. El ingeniero Remi Taffin, íntimo amigo del asturiano, será el responsable del motor. Bob Bell, antiguo capataz en el equipo gobernado por Flavio Briatore, es ahora el director técnico de la escudería. Los coches y el soporte estructural seguirán con base en Enstone, un pequeño pueblo de la campiña inglesa próximo al circuito de Silverstone.

El resto de las particularidades del equipo tienen que ver con lo francés. El chasis del monoplaza es galo, como el motor, y también el tercer piloto, Esteban Ocon, piloto destacado de la GP3.

El primer coche de la temporada de la F1 se destapó entre un «oooohhh» de admiración, como es costumbre cuando los bólidos se muestran en público. Tiene algo de adoración ese momento, como una llamada del muecín a la oración. Era el día de las caras amables en Renault y el presidente de la compañía tiró de ironía al explicar los problemas que ha vivido el propulsor francés con Red Bull durante los últimos años de dominio de Mercedes. «Ya he aprendido que en la Fórmula 1 cuando se gana, es el coche el que gana, y cuando se pierde, es el motor el que pierde», declaro Carlos Ghosn.

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