Cádiz CF

Ya queda poco

El cadismo está loco por ver a su equipo en la categoría de plata de nuestro fútbol

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Un aficionado disfruta en la grada de Carranza con el Cádiz CF durante el Trofeo.
Un aficionado disfruta en la grada de Carranza con el Cádiz CF durante el Trofeo.

Más allá de la celebración del Carranza, que sirve para que Cervera saque conclusiones respecto al equipo que iniciará la Liga en Almería, el cadismo está loco por ver a su equipo en la categoría de plata de nuestro fútbol. Los más jovencitos, porque posiblemente nunca hayan visto a nuestro submarino navegar por aguas profesionales; los otros, los más adultos, porque estamos hartos de tanto sufrimiento y despropósitos año tras año, sin que nadie nos sacara del ostracismo de una categoría impropia para una entidad como la nuestra. En cualquiera de los casos, la singladura 16/17 llega con salud y prosperidad. Aumentarán los ingresos procedentes de los entes federativos, televisiones, recursos publicitarios y hasta de los abonados, aunque en este sentido las diferencias no serán pronunciadas porque se respetaron los precios de la pasada temporada a quienes mostraron su fidelidad al equipo tal y como el presidente había prometido.

Por tanto, y aun pendientes de pagos importantes a Hacienda y Seguridad Social, entre otros, la situación económica para el club se lleva un ligero respiro que no viene mal a nuestro Cádiz CF.

Pero al margen del asunto monetario cuenta y mucho el deportivo. Salimos de donde nunca debimos estar, y lo hicimos contra todo pronóstico y ante la incredulidad de muchos que no daban un mínimo latido de vida a un equipo al que creían muerto. Pero el Cádiz, emulando al mejor submarino que surque nuestros mares, emergió en el momento menos esperado y de qué forma. Salió vencedor en cinco partidos de fase de ascenso y empató el otro. Bofetón sin mano para más de uno, que no sabe donde meterse y que ya empieza a hacerse notar dudando absolutamente de todo. Y fíjense a donde llega la sinrazón de algunos, que hasta se atreven a vaticinar ruina deportiva cuando aún restan días para el inicio de la competición liguera. Pero esto es Cádiz, y en Cádiz siempre destacan algunos por ser más papistas que el Papa, pese a que el inexorable transcurrir del tiempo termine poniéndoles en su sitio.

Y en consecuencia a todo lo expuesto llegan nuevos tiempos a un club muy necesitado de trabajar en equipo con el reto que supone para todos el regreso al fútbol profesional. Y por ello que Vizcaíno y Pina vayan de la mano, cada uno en su parcela, pero de la mano. Como también el cuerpo técnico encabezado por Juan Carlos Cordero, que llega con la ilusión de repetir lo que anteriormente hizo en el Granada, que con sus errores y aciertos terminó ascendiendo y dejando al equipo en la élite de nuestro fútbol, que no es poca gesta. Sin embargo, no puedo mentir si digo que dudé mucho que los vecinos de la Alhambra terminaran tan exitosamente la temporada, de lo que terminé alegrándome por los muchos amigos que tengo allá, porque además parte de culpa fue de José González, y porque tuve el honor de ser el único gaditano con el que se contó para dar una conferencia en la Facultad de Derecho de la capital granadina rodeado de primeras figuras del periodismo nacional. Dicho lo dicho, me reitero en lo comentado al principio, el cadismo está loco e ilusionado por ver a los nuestros en la categoría de plata. Ya queda poco.

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