CÁDIZ CF

Nuestro camino

El Cádiz CF se halla en las mejores manos posibles para liderar tan difícil cometido, que no son otras que las de su entrenador Álvaro Cervera

Pepe Reyes

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Tras tan atípico fin de temporada, aún inconclusa, y a la espera del inicio de una nueva competición, aún no precisado en el calendario, la afición cadista se mantiene ilusionada ante el inminente  retorno de su equipo en la máxima categoría.  15 años de vaivenes, fracasos, alegrías, ascensos, descensos, vicisitudes y sobresaltos para, al fin, volver a ocupar un sitio entre los grandes. Tanto cuesta llegar hasta aquí, tan fresco queda el recuerdo de las tinieblas de la Segunda B, tan reciente tenemos la terrible exigencia e igualdad de la Segunda División, que sería una lástima que se volviese a escapar este nuevo tren de la gloria que el fútbol nos presenta.

Ardua y complicada se antoja la empresa, pero cunde el razonado convencimiento de que el Cádiz CF se halla en las mejores manos posibles para liderar tan difícil cometido, que no son otras que las de Álvaro Cervera . Él y su forma de concebir el juego nos rescataron del pozo, nos consolidaron en la categoría de plata y, finalmente, nos auparon al oro de la máxima división. Conceder la iniciativa al rival, cederle el manejo del balón en zonas no comprometidas y aprovechar cualquier imprecisión de aquel para sorprenderlo al contragolpe, constituye todo un sencillo y certero manual de cómo se han de afrontar los duelos ante los grandes.

Resultaría tan bonito para el espectador como suicida para nuestros intereses que el equipo saltara a los campos a jugar con alegría y desparpajo, a abrir los partidos y a que los gane el mejor… que casi nunca sería el Cádiz CF. Descartada esta posibilidad, que Cervera no la contempló ni ante oponentes menores, nos queda asumir que viviremos una temporada de fútbol físico, disciplnado y competitivo , con escaso margen para los arrebatos individuales de genialidad. En la que volveremos a alarmarnos por el escaso porcentaje de posesión que corresponderá a los amarillos, en la que casi nunca se asumirá la iniciativa, en la que todo se cimentará en la máxima concentración de los jugadores. Pero sólo ese es el camino de nuestro triunfo.

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