CÁDIZ CF

Identidad perdida

"Nos hemos convertido en un equipo frágil y vulnerable, con una defensa insegura y descolocada"

Pepe Reyes

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Salvi ya no es titular indiscutible en este Cádiz CF.

Incrédula y estupefacta pero, en parte, aliviada al final con el sabor agridulce del resultado, la afición volvía a asumir la nueva decepción que su equipo le brindaba. Expectativas frustradas que, lejos de constituir un episodio aislado, configuran ya un enojoso cúmulo de vicisitudes que, por sucesivas e inesperadas, han provocado honda mella en la ilusión del cadismo.

Una afición que ha contemplado, atónita, cómo los amarillos se mostraban incapaces de alcanzar la victoria en ninguno de los tres duelos consecutivos que ejercía como local, y desaprovechaban así una ocasión pintiparada para auparse a la cúspide de la tabla. Y, lo peor, también ha podido confirmar algo que ya se advertía de manera paulatina en jornadas precedentes, que el Cádiz CF ha perdido su propia identidad , que ya dejó de ser aquel conjunto sólido, aguerrido y organizado que ahogaba a sus rivales y los sorprendía con salidas raudas al contragolpe.

Lo vivido el pasado lunes frente al Zaragoza evidencia justamente las antípodas de todo ello: nos hemos convertido en un equipo frágil y vulnerable , cuyo centro del campo es un pasillo abierto a las penetraciones contrarias y cuya defensa, insegura y descolocada, nada tiene que ver con su anterior carácter solvente y expeditivo. Tal vez, éste no sea sino el lógico resultado de intentar mantener un sistema de juego para el que ya no se cuenta con los elementos apropiados para desarrollarlo.

Ausentes, por distintos motivos, Álvaro y Salvi, el equipo carece ahora de la verticalidad y el proverbial repliegue que éstos aportaban. La incorporación de Machís en la banda izquierda, que tantísimo suma en ataque, ha provocado, en cambio, un evidente desajuste, hasta ahora no resuelto, en la organización de la presión y en la ayuda defensiva.

Por otro lado, el extraño caso de los laterales y sus inexplicables ostracismos  adquiere ya rango de galimatías indescifrable, de arcano esoterismo. Si a ello se suma la prolongada lesión de un baluarte del sistema, como es Garrido, se puede entender cómo éste empieza a hacer aguas. Urge, pues, la búsqueda de nuevas alternativas.

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