Cádiz CF

Afición entregada

La grada supo estar con sus jugadores en los peores momentos del partido

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La afición del Cádiz CF animando en Carranza
La afición del Cádiz CF animando en Carranza

Tras una temporada repleta de dudas y sinsabores, la mueca feliz de la sonrisa ha encendido de nuevo el rostro del aficionado. Concluido el partido de ida frente al Racing, una ola de optimismo inundaba a la hinchada amarilla que, aunque escarmentada y cautelosa, observa que su Cádiz CF ha encontrado la senda correcta para alcanzar la ansiada meta del ascenso.

Hacía mucho tiempo que el Carranza no vibraba de la manera que lo hizo el pasado domingo y, más tiempo aún, de que equipo y afición configurasen ese binomio pétreo e inquebrantable, esa piña de unión fraguada en el esfuerzo del uno y en el aliento del otro, hasta conseguir que el corazón amarillo marchara impetuoso al ritmo de un solo pálpito.

Se ovacionaban las jugadas, se festejaban los córners, se jaleaban las disputas, se vivía cada segundo del partido como si fuera el último y definitivo y se transmitía, en fin, a los jugadores esa confianza que tan difícil les ha resultado encontrar a lo largo de toda la campaña.

Cuando los locales perdieron en la segunda parte la correcta ubicación en el campo, cediendo incluso el control del juego a un rival que se acercaba con escalofrío y peligro al marco local, el graderío, como un alma que se hiciera corpórea en las voces multiplicadas, se convertía en un unísono clamor en apoyo de su equipo. Momento clave del encuentro, pues a partir de ahí el equipo amarillo pudo enderezar el rumbo, nivelar de nuevo la contienda y encontrar esa jugada que desequilibraría el duelo.

David Sánchez golpeaba el esférico desde el punto de penalti, y lo hacía con tanta contundencia y fe, con tanta convicción y ganas, que pareciera que su lanzamiento fuera empujado por la esperanza, la ilusión y el entusiasmo de toda la afición. Mientras el balón golpeaba la red de manera seca e inapelable, un estallido de alegría hizo rugir al cadismo. Desatado entusiasmo que teñía de amarillo y azul la primaveral tarde gaditana.

Ahíta de decepciones y ávida de triunfos, la afición espera, entre la congoja y la esperanza, una feliz resolución de la eliminatoria el próximo domingo.

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