Cádiz CF

«Solo me he dedicado a dar voz a las alegrías y sufrimientos del cadismo»

Tras toda una vida en la radio, Theo Vargas se marcha «satisfecho por haber llevado al Cádiz a los hogares de los gaditanos»

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Theo Vargas deja las ondas y comparte sus vivencias con Canal Amarillo.
Theo Vargas deja las ondas y comparte sus vivencias con Canal Amarillo.

El narrador de ‘esos campos de Dios’. Theo Vargas acuñó una frase que refleja a buen seguro lo que ha sido el sentir del aficionado cadista durante años de sufrimientos y también de alegrías. Este informador, como a él le gusta llamarse, algecireño de nacimiento pero gaditano de adopción, deja las ondas. Se marcha de lo que ha sido su vida, de lo que le ha hecho ser quien ha sido. Abandona los micrófonos el narrador deportivo del Cádiz CF por excelencia. Amado por muchos, criticado por pocos, Theodosio Vargas-Machuca López llevará siempre a gala ser el locutor que más partidos ha contado del equipo amarillo en su centenaria historia. Casi nada.

–¿En qué cifra se ha parado su cuenta de partidos narrados?

–En más de 3.100, contando desde que empecé en Radio Algeciras hace más de 30 años. Del Cádiz, la cuenta se ha parado en algo más de 1.500, en los que entran los de Liga, Copa del Rey, Trofeo Carranza, amistosos, etc. Para mí será un orgullo que mis nietos puedan decir que su abuelo ha sido el informador que más partidos ha narrado porque dudo mucho que alguien me pueda alcanzar por la situación de los medios de comunicación.

–Sin duda, ello será difícil, ¿echará de menos el micrófono?

–Mucho. Cada domingo sentiré que me falta algo, pero en la vida las cosas hay que debes aceptarlas tal y como vienen. No creo que la Cadena Ser me eche, no lo entiendo así. Vienen tiempos complicados y me han ofrecido abandonar el barco a cambio de unas buenas opciones económicas para que tanto mi familia como yo estemos tranquilos.

–¿Cómo comienza en las ondas?

–A raíz de mi amigo José María Nieto. Él trabajaba en la Ser y yo en casa escuchándolo me comía los uñas de lo que me gustaba la radio. Fue poco a poco metiéndome en el mundo de las ondas. Comencé colaborando en informativos y programas. Incluso viví una experiencia bonita haciendo entrevistas a famosos para un programa nacional que dirigía Joaquín Prat desde Madrid.

–¿Con qué se queda de sus inicios?

–Mi primera gran experiencia fue el Mundial de España en 1982, cubriendo a la Selección en su concentración en Sotogrande. Posteriormente me hicieron jefe de deportes del Campo de Gibraltar y la Costa del Sol con solo 24 años.

–Pero su vida cambia cuando Manolo Lama le ofrece irse a Cádiz…

–Efectivamente. Eran tiempos de cambios en la Ser y él me ofrece irme a Valencia o Cádiz. No me lo pensé y decidí irme con mi mujer a la que ha sido mi ciudad de adopción porque yo me siento gaditano.

–El Nazareno, la Virgen del Rosario y esos campos de Dios…

–Pues sí (sonríe). Cuando llegué a Cádiz tenía miedo de cómo me iban a aceptar y pronto me hice devoto del Nazareno y de la Patrona. Siempre me han acompañado, los he sentido con fervor y me han dado muchas satisfacciones. Por suerte he tenido la fortuna que mi emisora me ha permitido estar en esos campos de Dios en los que el Cádiz ha tenido que jugar por desgracia.

–¿Acierto si digo que Mágico y Víctor Espárrago han sido sus referentes?

–(Risas). El primero ha sido el mejor jugador que he visto en un terreno de juego, aunque como asistente me quedo con Pepe Mejías. Respecto a Espárrago no le puedo decir lo mismo. Muchos me recuerdan que ha sido el técnico que dejó al Cádiz con la mejor clasificación de su historia en Primera y que logró ascender al equipo en Chapín, pero yo les recuerdo que ha sido el único entrenador que descendió dos veces con el Cádiz.

–Su relación con Espárrago y otros entrenadores generó críticas…

–Lo sé, pero nunca entré en el terreno personal. En el caso de Víctor siempre me ha parecido un caballero pero nunca me ha gustado, al igual que Raúl Agné, que no sabía que podía hacer tres cambios en un partido. Con los entrenadores no he tenido demasiada relación y con los jugadores tampoco. Siempre he viajado a parte del equipo, nunca me ha gustado ser amigo de ellos. Ello te permite poder analizar desde la distancia.

–Dígame el partido del Cádiz en el que más alegría sintió…

–En el ascenso en Las Palmas ante el Universidad. Ese día morí de alegría porque eran muchos años en Segunda B y subir en ese momento fue incluso mucho más importante que el de dos años más tarde en Chapín ante el Xerez. Pero para que vea como son las cosas, en el duelo de esta pasada temporada ante el Hércules en Carranza acabé llorando de satisfacción. Viví con tanto sufrimiento los momentos finales que incluso no podía narrar las jugadas. Acabé derrumbado debido a los momentos de tensión que viví durante todo el partido.

–Imagino que para el peor recuerdo hay donde elegir, por desgracia…

–El descenso en Alicante me marcó mucho, lógicamente por como se produjo y lo que suponía. Otros los he intentando llevar lo mejor que he podido, aunque no fuera fácil.

–Y más allá de los momentos deportivos y tras 30 años de profesión, ¿con qué se queda?

–La radio me ha dado mucha vida y momentos inolvidables a la par que duros. El primero que recuerdo es el de Isabel Leiro, que fuera en su día socia número uno del Cádiz. Antes de un Cádiz-Barcelona amistoso me dijo: «No me gustaría morirme sin hacer el saque de honor en Carranza». Ella tenía 80 años y era entrenadora de fútbol y tras hacer unas gestiones lo conseguimos junto con el club. Murió a las 48 horas de aquel partido, me impactó mucho. Y fíjese, tengo otro recuerdo similar, el de Albertito. Un niño de 8 años enfermo que quería ver un partido del Cádiz en la cabina. Finalmente lo logramos y una semana más tarde nos dejó.

–¿Qué ha recibido Theo Vargas de Cádiz y del Cádiz CF?

–Todo. He sido Rey Mago en una cabalgata, he pregonado el Trofeo Carranza, tuve la oportunidad de narrar el homenaje a Mágico en Estados Unidos, incluso existe una peña con mi nombre. Nunca olvidaré esos momentos, son muchas las satisfacciones que me ha dado esta tierra.

–¿Y usted qué le ha dado al cadismo?

–No le he dado nada. Solo he sido la voz de las alegrías y sufrimientos del cadista. He hecho las narraciones a mi forma, cada uno tiene la suya. Dios me ha dado pocos dones y a lo mejor para narrar partidos si me lo ha dado.

–¿Deja más amigos o enemigos?

–Por fortuna muchos más amigos. Estos días me han llamado muchos compañeros que trabajan en otros lugares de España, aunque soy consciente que a todo el mundo no le puedo gustar, incluso pido perdón a aquellos compañeros a los que alguna vez pude ofender.

–¿Cómo le gustaría ser recordado?

–Como un hombre honrado que ha llevado el cadismo a todos los hogares. Si con ello he logrado hacer feliz a la gente, me marcho satisfecho.

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