Cádiz CF

Servando siempre se agarra a todo

El defensa isleño nunca ha sido considerado clave pero siempre ha conseguido serlo

Alfonso Carbonell

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Servando lleva con orgullo el peso del brazalete.

Lleva el ‘3’ a la espalda aunque no es lateral zurdo. Bueno, cuando se le necesita actúa donde sea. Porque, ante todo, a Servando lo que le interesa es aportar allí donde se requieran sus servicios. El actual capitán del Cádiz CF es un jugador que llegó sin ruido, que sigue sin hacerlo pero hace que sus logros resuenen con estruendo. Así es Servando, un futbolista ya veterano (33 años) que pese a ser de San Fernando y cadista no vistió los colores de la camiseta del Cádiz CF hasta que fue fichado del Jaén en la temporada 2014/15.

Llegó a Carranza junto a Juanma Espinosa y Fran Machado, todos, procedentes del Jaén, equipo con el que ascendieron a Segunda y volvieron a descender un año después. Sobre este trío, Locos por el Balón puso las bases de su primer proyecto por derecho en el Cádiz CF. Casi se logra en una temporada que empezó Calderón en el banquillo y acabó Claudio. De no ser por el encuentro en el primer ‘play off’ de ascenso ante el Oviedo en Carranza, el Cádiz CF hubiera vuelto mucho antes a la categoría de plata. Precisamente, en el encuentro de ida Servando estrelló un cabezazo en la madera de Esteban minutos antes que Cervero nivelase la balanza llegándose a Carranza con un empate a un gol que bastó al once asturiano para ganar por la mínima en la vuelta y ‘robarle’ un ascenso que tampoco llegó en el último duelo a doble partido ante el Bilbao Athletic.

Gran mazazo, sin duda para Servando, en su primer año como cadista. No obstante, fue un aprendizaje para lo mucho que le llegaría más tarde. Al siguiente año se sufrió bastante a pesar de que se acabó ascendiendo. Servando, como todos sus compañeros, mantuvieron una trayectoria muy irregular en la temporada y aunque los puestos de ‘play off’ apenas corrieron peligro sí que se perdió la posibilidad del primer puesto. A falta de cuatro jornadas, el club despidió a Claudio y contrató a Cervera en lo que sería un impulso definitivo para el Cádiz CF y para la carrera de Servando.

Desde muy pronto, el actual entrenador del Cádiz CF vio que Servando debía estar entre su guardia pretoriana dada la condición de veterano y la voz autorizada con la que contaba. Antes ya, Claudio lo puso de mediocentro pero el experimento no salió bien. Cervera tenía a otros dos hombres de confianza como eran Aridane y Migue González, los centrales que jugaron el ‘play off’ de ascenso. Pero no sabía qué hacer con Servando. Solo sabía que tenía que jugar. Y así, con esa idea, Cervera decidía cargarse al lateral Andrés Sánchez para colocar en el carril zurdo a un Servando que cumplió con creces durante la fase de ascenso.

Se ascendió y la plantilla cambió. Ya en Segunda, la dirección deportiva remodeló la defensa y a Servando se le veía como uno más de la reserva. Comenzó jugando, siempre cumpliendo, pero con el tiempo Aridane y Sankaré se hicieron con las riendas de la zaga. Y Servando, siempre, cumpliendo cuando le tocaba y dando lecciones de profesionalidad en cada entrenamiento.

La temporada terminó en Tenerife y de nuevo el club intentó buscar la manera de mejorar la defensa. Y otra vez, el nombre de Servando aparecía en la bandeja de salida ante el ‘overbooking’ existente.

No fue un verano cómodo para el isleño, que veía como Aridane se iba a Pamplona pero llegaban Kecojevic, Villanueva y Marcos Mauro. Además, se contaba con Sankaré, aunque al final sus molestias le han impedido competir. A todo esto, en la prensa se especulaba con su salida debido a la saturación de centrales. Sabido es que esa información le hirió mucho, pero no por ello tiró la toalla y volvió a convencer al entrenador de que le volvería a ser útil.

Y no se equivocó porque de hecho lo está siendo. Aunque en un principio podía partir en las quinielas como uno de los centrales suplentes, lo cierto es que es defensa con más minutos disputados (2.619). Además, sus contribuciones al ataque han sido claves. Fue el encargado de rematar la remontada en Carranza ante el Oviedo con el 2-1 a diez minutos del final después del empate conseguido por Alberto Perea.

No solo se ha quedado ahí. El pasado Lunes Santo, ante el Huesca en Carranza, Servando tiraba del olfato de un goleador para aparecer sobre la línea de gol para aprovechar el error del portero y conseguir el 1-1.

Sin embargo, y a pesar de su buen rendimiento, Servando veía como ante el Sporting perdía la titularidad y Cervera la ponía en manos de Marcos Mauro y Kecojevic, muy acertados también en sus comparecencias.

Pues bien, una lesión del montenegrino le volvía a abrir la puerta del once a un Servando que, por enésima vez, ha sabido agarrarrse bien al clavo que se ha presentado para seguir siendo importante. Su gol en Valladolid no es más que el fruto de la fe.

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