Cádiz CF

Perea, el oasis de Cervera

El Cádiz CF vuelca la mayoría de sus ataques por la banda izquierda del interior manchego

Alfonso Carbonell

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"Partamos de la base que este tipo de Liga me parece que no son partidos de fútbol y no se parecen en nada a lo que solemos jugar. Son partidos locos que duran una eternidad y que se paran cada dos por tres. Es difícil ver superioridad de une equipo sobre el otro, lo que vale es el resultado". Estas palabras pertenecen a Álvaro Cervera, un técnico que está como loco porquer acabe esta temporada y acabe bien. Él, lo ha dicho desde un principio, se sabe con poco protagonismo en este desenlace y solo hay que echar un vistazo a todas sus comparecencias para entender que ahora más que nunca son los jugadores y no los entrenadores los que tienen más predominancia en los partidos que las pizarras, el juego colectivo y la táctica que tanto debe entrenarse cada semana. No hay tiempo más que para descansar y llegar a cada envite con el tono físico menos malo para poder hacer frente a otros 90 minutos cargados de incertidumbre pues son pocos o ninguno los partidos en los que no cae alguien lesionado.

Por todo ello, el entrenador del Cádiz CF es de los pocos entrenadores en considerar, poco más, poco menos, que ellos no son más que un convidado de piedra a una recta final liguera donde son los futbolistas los que decidirán más que nunca las pautas  y desenlace de cada encuentro.

Repetir once en esta miniliga de la post-pandemia es muy inverosímil. De hecho, en Almendralejo este martes tampoco podrá hacerlo debido a la sanción que arrastra Álex y a la más que posible ausencia de Salvi, que tuvo que ser cambiado al tener una molestia muscular en su enésima galopada.

Lo que sí parece claro, y más con el partidazo que hizo más la sanción a Álex, el bajo rendimiento de Edu Ramos o Bodiger y el delicado estado de forma de Augusto Fernández, es que el canterano Sergio volverá a repetir ante el Extremadura, un equipo que conoce muy bien otro de los hombres en los que seguramente Cervera intentará volcar su juego de ataque, Alberto Perea.

Fue con esta conexión, unida a la participación inconmensurable del Pacha Espino, donde se forjó el primer y valioso gol del Choco Lozano. Y es que Cervera lo tiene claro. Tan claro lo tiene que no ha dudado en sacar del ostracismo a Jurado durante las jornadas que tuvo sancionado a Perea, al que se le cruzaron los cables en el partido frente al Numancia donde fue expulsado por agredir en el suelo a un rival.

Hombres como Perea y Jurado están siendo, o están tratando de ser, el sustento ofensivo de un Cádiz CF que más que nunca está apostando en este post-confinamiento por el fútbol arte antes que por la velocidad, que también, pero menos.

Con equipos cerrados y juntos atrás, una de las bazas de Cervera está siendo la de darle mayor protagonismo a jugadores que encaran con salida al centro para buscar la pegada como modo más directo de acercarse a la portería contraria. Perea, Jurado o el mismo Pombo han sido hombres que partiendo desde la izquierda han hecho daño a los rivales y es por ello que el técnico cadista inste a sus hombres de creación a buscar a estos falsos extremos.

De ahí nació la jugada del primer gol del Choco Lozano, que viene precedida de un cambio de juego portentoso de Sergio hacia la banda de Perea, donde en asociación con el Pacha Espino desarticulan en apenas tres toques la poblada defensa del Oviedo, que se vio sorprendida en apenas dos segundos por una jugada automática originada en el centro, con soporte en la banda izquierda de Perea y concluida en donde los goleadores acuden a su llamada con el gol.

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