CÁDIZ CF

Medio millón para comprar a Brian Oliván

El Cádiz CF dispone de esta opción para quedarse con el lateral en propiedad; Tomás, la revelación en el Granada B, en la misma tesitura

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El cadista Brian Oliván, en el partido ante el Córdoba de la temporada pasada.
El cadista Brian Oliván, en el partido ante el Córdoba de la temporada pasada.

El delantero es la estrella en un deporte donde el gol es el fin de cualquier discurso. Sobre él descansan las luces de los focos, los contratos más jugosos, los elogios (y las críticas) más exacerbados. El gol es la máxima del fútbol y ahí Alfredo Ortuño no tiene parangón, al igual que su compañero Alvarito como el provocador de tantas alegrías con su juego y asistencias. Ambos, las rutilantes figuras de un Cádiz CF que se ha revalorizado en cuestión de semanas.

Sin embargo, en el plantel habita un futbolista con menor protagonismo en prensa y conversaciones de barra de bar pero que posiblemente sea quien tenga mayor proyección de todo el grupo. Un jugador joven, que crece con un desarrollo abrumador y que ocupa una demarcación donde no abundan los peloteros de nivel.

Brian Oliván (Barcelona, 1 de abril de 1994) no ha cumplido aún los 23 años de edad y empieza a enseñar todo lo que Cordero y Pina vieron en él cuando lo reclamaron del Valladolid para reforzar al filial del Granada. Canterano del Barça, vivió un paso fugaz por el Sporting de Braga portugués y el CSKA de Sofía búlgaro antes de recalar en Pucela. Los dirigentes nazaríes por aquel entonces, ahora en el Cádiz CF, aprovechaban esa carrera tumultuosa para su corta edad y le amarraron para vestir de rojiblanco.

La llamada de Pina

Brian firmó una buena campaña en el B y este verano realizaba la pretemporada a las órdenes de Paco Jémez en el primer equipo, sin billete de vuelta a una categoría, la de bronce, que se le quedaba pequeña. Juan Carlos Cordero lo tuvo en su lista toda la temporada estival como primera opción para el carril zurdo, esperando a que lo descartaran, y tras una ardua labor lograban la cesión durante un año en el club gaditano.

El lateral ha tardado en arrancar, pues llegó a escasos días del comienzo de competición y cuando se ganó el puesto cayó lesionado durante un mes por una rotura fibrilar. Pero volvió el 25 de noviembre ante el Nàstic de Tarragona y se marcha de vacaciones en un momento de forma espectacular.

Es el compañero idóneo de Álvaro por la banda izquierda. Serio en defensa, se incorpora al ataque con una facilidad pasmosa y ha colaborado incluso dando goles con asistencias a Abdullah (Zaragoza) y Ortuño (Córdoba). Un lujo para un lateral que no sólo defiende, sino que es un peligro por su zona y son constantes los dos contra uno contra el zaguero adversario.

Un lamento: Brian Oliván está cedido por el Granada, no es propiedad del Cádiz CF. Y una esperanza: el club amarillo dispone de una opción de compra para quedarse con el futbolista a partir del mes de julio. La cantidad es alta, pero representa a la vez una oportunidad tanto de crecer deportivamente como de hacer negocio.

Alrededor de 500.000 euros, medio millón por el jugador barcelonés. Una apuesta de consideración para una entidad con diez millones de presupuesto y una gran deuda debido al convenio de acreedores. No obstante, los actuales líderes deportivos ya han demostrado que se aventuran tomando decisiones de calado si tienen confianza en un futbolista concreto.

La opción de Tomás Sánchez

La temporada es larga y estos meses darán mucho de sí, acercarán el sí o el no, la aceptación o el rechazo. Dependerá de su rendimiento de aquí a junio. Pero también de lo que sea capaz de hacer el Cádiz CF de aquí a final de curso (ascenso, permanencia o descenso, como únicas tres opciones) y de lo que ocurra con el Granada, entre los últimos de Primera División.

Además, hay otro lazo en la relación entre ambas entidades. El gaditano Tomás Sánchez recorrió el camino contrario, cedido por los amarillos al filial nazarí. Aterrizó en Los Cármenes el pasado mercado de invierno y esta campaña ha dado un salto en su rendimiento, convirtiéndose en el líder del conjunto granadinista.

Dispone de los minutos que necesitaba para convertirse en ese carrilero llamado a ser el futuro del plantel gaditano: rápido, fuerte, con proyección y ahora con confianza. Ha marcado tres goles al ser el especialista en los penaltis y es quien se encargar de lanzar las faltas y los saques de esquina. Entrena con el primer equipo y el entrenador ha pensado en hacerlo debutar en Primera, pero al ser del año 93 habría que hacerle contrato profesional. El Granada también dispone de una opción de compra para mantenerlo en sus filas, con una cantidad algo menor que la de Brian Oliván.

Dos operaciones abiertas y entrelazadas con dos laterales zurdos jóvenes, con muchísima proyección y que dependen de lo que decidan curiosamente los clubes que no tienen su propiedad. Habrá tiempo para escribir de esta pareja que incluso podría competir en la misma plantilla por un único puesto.

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