Cádiz CF

Matrimonio de conveniencia por el bien del Cádiz CF

Presidente y entrenador hacen por convivir en pos del bien común

Alfonso Carbonell

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No todos los matrimonios de conveniencia tienen porque salir mal, sino que se lo pregunten a los que hayan visto la película que interpretaron en el umbral de los 90 Gérard Depardieu y Andie MacDowell, pero lo más normal es que no haya ‘feeling’. Y en este, en el que ocupa al cadismo, es patente que no lo hay y lo más probable es que tampoco quiera haberlo por parte de ambos bandos. Eso sí, entre ambas figuras hay una imponente y mucho más importante que ambas, el Cádiz CF. Y es por el club precisamente por lo que tanto entrenador como presidente deben unir sus fuerzas en el bien común de una afición que idolatra al técnico por encima de un presidente que comienza a acumular errores en la gestión deportiva desde la marcha del tándem Cordero-Pina, auténticos responsables en mayor medida de los éxitos de estos años. Dicho ha quedado, aunque peores cosas se han visto en este mundo de locos que es el fútbol, que Álvaro Cervera será el entrenador que comience a liderar el Cádiz CF 2019/20. 2020 ya... Qué rapidito va esto...

Bueno, al tema, el pasado martes el director deportivo del Cádiz CF, Óscar Arias ratificaba lo que ya estaba ratificado pero que buena parte de la hinchada esperaba y hasta ansiaba confirmar. El responsable deportivo del conjunto amarillo aclaraba el panorama y confirmaba que el actual entrenador cumplirá su año de contrato al frente del banquillo amarillo. Obviamente, se le preguntó por cómo iba la renovación de su contrato, algo que tanto entrenador como presidente hablaron la pasada campaña sin tapujos ninguno. Pero las cosas han cambiado y como en todo matrimonio de conveniencia que se precie, las relaciones no han ido más que a peor entre ambas personas. Por eso mismo, en un tono serio y sin ambages de ningún tipo, Arias declaró que «ahora mismo no estamos en eso». ‘En eso’ se entiende por la prolongación del contrato de un entrenador que en un principio era idea del presidente realizar una vez que hubiese acabado la temporada. Pero no ha sido así y por algo será.

Ya se conoce los métodos y los golpes de marketing de los que tanto le gusta tirar al presidente del Cádiz CF. Por eso mismo, a nadie le podría sorprender que por muy mal que puedan estar las cosas entre ambos que el Cádiz CF anunciase de la noche a la mañana que Cervera ha renovado puesto que Vizcaíno es sabedor que el entrenador cuenta con el respaldo de la afición, de los resultados y, lo más importante, de la sensatez en una temporada tan delicada como la que se presenta con una exigencia límite y un equipo huérfano de sus jugadores determinantes. Por eso mismo, Vizcaíno es consciente que lo único que le queda para seguir consolidando al equipo en Segunda y con ambiciones de ascenso es la figura y la continuidad de Álvaro Cervera ya que ni Cordero ni Quique Pina, ni buena parte de los jugadores traídos por ellos están operativos.

Pero la cosa se puso muy fea a una semana del final liguero. Cervera, en uno de sus arrebatos de sinceridad, abrió la caja de los truenos divagando si seguiría al frente del banquillo la próxima campaña. Lo dijo tras caer ante el Extremadura y desvanecerse casi por completo el sueño del ‘play off’. Peor momento no pudo elegir para contestar a la magnífica y oportuna pregunta formulada por el periodista Javier Lacave. Como no pudo ser de otro modo, del posible milagro de ganar en Gijón y esperar un tropiezo del Deportivo ante el Córdoba ni se habló un segundo en una semana que el propio Cervera trató de cerrar descartando su posible marcha al tiempo que intentaba ilusionar al personal de cara a la última jornada. Pero ya era tarde. Tanto para una cosa como para la otra.

El club, de forma inexplicable, dejó pasar los días tras la decepción hasta que a comienzos de esta semana por fin salía a la palestra una cara de la directiva (Óscar Arias) para hacer balance de la temporada y, de paso, ratificar en el cargo a Cervera, que, ya puestos, no hubiera estado de más su presencia en la rueda de prensa junto al director deportivo para reforzar un mensaje que no termina de ser creíble por los más escépticos. Ni que decir tiene que la del presidente también.

Cero indemnizaciones

Pero bueno, todo es lógico si se aprecia la voluntad de entendimiento que ya están haciendo y no tendrán más remedio que hacer por el bien del Cádiz CF, que es el primero en haberse ahorrado pagar el año de contrato (alrededor de 250.000 euros) a Cervera en el caso de que se hubiera decidido dejar de contar con él debido a varios motivos de peso. El primero, el derrumbe del equipo en las segundas vueltas. El segundo, la nula relación con el presidente, Y un tercero que no está de más recordarlo, la compleja sintonía que debe de existir entre un director deportivo proclive a cambiar el juego del equipo con futbolistas algo más virtuosos y el encasillamiento de un técnico que se encierra, y con razón, en su método cuadriculado y no menos efectivo que tiene para conseguir resultados casi al mismo tiempo que va durmiendo a parte de su afición.

Todo es difícil en un matrimonio de conveniencia. Y mucho más lo es cuando desde fuera ejerce una presión importante una hinchada que a veces, por no decir siempre, se empeña en regalar los oídos de un entrenador que no siempre contribuye a la paz social que debe reinar dentro de cualquier empresa. Por poner un ejemplo que no gustó nada en la directiva, que pagó un mercado invernal que se fue al millón de euros para darle un impulso de calidad a la plantilla, fueron las palabras, partido tras partido, con las que Cervera se quejaba de esos ‘nuevos’ objetivos de ascenso o parecido sin darse cuenta que el Cádiz CF había traído a un jugador como Machís imponiéndose a otros equipos con superior presupuesto solo y exclusivamente para luchar por un ascenso que en enero estaba tan al alcance de la mano como estuvo en la anterior campaña y también fue arrojado por la borda.

Las cosas no van a ser nada fácil esta pretemporada, aunque entre medias de Vizcaíno y Cervera estará Arias, que deberá mediar –como antes lo hacía Cordero– para que la sangre no llegue al río.

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