Cádiz CF

La sociedad más intrépida al mejor servicio del Cádiz CF

Amigos íntimos, Correa y Aketxe han vuelto por sus fueros y en estos momentos, tras Machís, son el mejor recurso atacante del equipo

Alfonso Carbonell

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Puede que las causas comunes unan. O más fácil que todo, puede también que Dios los cría y ellos solitos se juntan. El caso es que Ager Aketxe y Rober Correa , protagonistas recientemente por estar juntos en la noche en la que el lateral pateó un cajero de un aparcamiento por el que se le acusa de un destrozo por un valor de 5.000 euros, son uña y carne en un vestuario que cuenta con dos chavales que en estos momentos, junto a Machís, son el principal causante de peligro en las defensas rivales.

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Ambos no han tenido unos días fáciles y ambos saben lo que es cargar con el peso público de la culpa. El vasco ya ha pasado por experiencias de acabar en un juzgado por una noche que se le ha ido de las manos. Le ocurrió en Bilbao, en las fiestas de Romo, su barrio. En una gresca callejera, su cuadrilla de amigos, con él presente en la disputa, lanzó al agua del río a una persona que resultó ser ertzaina. Akexte ya fue condenado por ese acto y su amigo Correa va camino del mismo final una vez que comience el juicio por su presunta intervención en el destrozo del parquímetro en la noche posterior al Cádiz CF 1 Lugo 1.

Pero más allá de estas correrías, más propias de la edad y achacables a cualquier devaneo del momento, lo cierto es que ambos futbolistas se llevan muy bien tanto dentro como fuera del campo. Sin ir más lejos, en la noche de autos, Aketxe acompañaba a Correa tras salir de cena. Aquella noche le ha costado caro al jugador extremeño, que nada más conocerse la noticia casi un mes después vio como pasó de titular a ni siquiera entrar en la lista de convocados ante el Zaragoza.

Más allá de que Cervera estuviera castigando o no al jugador, lo cierto es que Correa estuvo en cierta parte sobre el terreno de juego después de que Akexte, su gran amigo, le dedicase –señalándole desde el césped hacia el palco donde estaba viendo el partido– el gol de libre directo con el que el Cádiz CF recortaba distancias para acabar empatando el partido en los últimos minutos con un gol de penalti de Álex.

Pero como en todo, pasada la tormenta llega la calma . Y de qué manera. Dos semanas después, el Cádiz CF retornaba a Carranza y lo hacía con una banda derecha formada por la sociedad más pilla, más traviesa. Y sí, antes de que Machís se inventase una nueva obra de arte al término del partido, el equipo amarillo volcó todo su ataque por el carril diestro, donde Aketxe no paraba de servir balones a un Correa que tocó más la pelota en el campo rival que propio. Hasta que Machís no fue determinante, Correa y Aketxe fueron los más protagonistas en ataque y los que con mayor insistencia se acercaron a las inmediaciones de la portería del Numancia. Y es que de pronto se han convertido en el mejor servicio para Cervera desde el campo.

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