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La pizarra del Cádiz CF-Girona: Fútbol para implementar el plan A

El equipo amarillo elabora más su juego gracias a las novedades en la medular y sorprende con Calvo y los extremos a pierna cambiada

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Carlos Calvo, la gran sorpresa en el equipo titular ante el Girona.
Carlos Calvo, la gran sorpresa en el equipo titular ante el Girona.

El Cádiz CF recupera su identidad tras perderla en Vallecas. Más cuestión mental que táctica. Cervera tocó piezas pero no el dibujo, salvo esa primera media hora con los interiores a pierna cambiada. La idea del míster es absolutamente clara y simple, y su ejecución depende de que los jugadores confíen en ella y aporten la intensidad y la concentración necesarias para llevarla a cabo y que funcione.

Los futbolistas no corrieron más, porque no pueden, pero sí mejor, y terminaron fundidos. Los amarillos fueron de menos a más, a medida que desaparecían las dudas iniciales y se aumentaba la confianza en las posibilidades. La hoja de ruta de Cervera está marcada y sólo queda que la interpreten bien sus alumnos...

y que el adversario no te arrolle con su estrategia. Que en el fútbol no juega sólo uno.

1.- Apuesta por el fútbol

El principal cambio del entrenador con respecto a compromisos precedentes. José Mari, Abdullah y Rubén Cruz en el centro del campo tienen mucho más fútbol que Garrido, Mantecón y Abel Gómez. Indiscutible. El Cádiz CF, salvo la primera media hora en la que mandó el Girona con su excelente juego combinativo, elaboró mucho más su juego en la medular, sin recurrir siempre a la salida rápida por banda y el desplazamiento largo.

Ayudó también la sorprendente e inesperada alineación de Carlos Calvo, pues apoya más en la circulación de balón al acudir a zonas interiores que Salvi y Nico, extremos puros. Con respecto a una posible pugna por el puesto con Aitor, le ganó la batalla por experiencia pero no por calidad o estado de forma.

Más fútbol, más juego combinativo. ¿Un plan B? No, el plan A que confecciona Cervera para Carranza y que dependía de que peloteros en baja forma como José Mari, Rubén y Abdullah empezaran a carburar y digirieran las lecciones de su guía.

2.- Calvo y el cambio en las bandas

La gran variación de Cervera en un once con cuatro caras nuevas. Sankaré reemplazaba a Servando para aumentar el nivel en el juego aéreo, José Mari suplía al lesionado Garrido y Rubén Cruz entraba en la mediapunta. Dentro de la lógica. Pero sorprendía incluso la convocatoria de Calvo, cuanto más su entrada en el titular.

En tiempos de crisis, los entrenadores tienden a unir más al equipo, hacerlo menos largo, coser las líneas, estar más juntitos. Durante la primera media hora, desaparecía el Cádiz CF profundo por banda y con los extremos abiertos, provocando acumulación en la mediapunta. Funcionó a medias. El equipo se sintió más seguro pero incapaz de generar ocasiones, con Alvarito incomodísimo. Al final de ese primer asalto, 'cada mochuelo a su olivo', y el de Utrera comenzó a ser una pesadilla para su lateral, Cifu, que se cortó mucho a la hora de subir tras las primeras internadas.

3.- El progreso desde atrás

Poco se puede inventar ya en el fútbol. Todo equipo crece desde atrás. El Cádiz CF había encajado cinco goles en dos partidos, y la inseguridad mostrada en Vallecas hacía temer lo peor. Este equipo está confeccionado para ganar con marcadores ajustados en partidos cerrados, así que esa fragilidad suponía la tumba.

Para taponar la hemorragia Cervera rescató a Sankaré, sentando a Servando, pero necesitaba del compromiso de todo el grupo; de mantener la intensidad y la solidaridad en los apoyos. Aridane estuvo imperial y los laterales, más Brian que Carpio, cerraron sus bandas. La portería quedó inmaculada, y eso ya es un motivo para estar más que satisfecho.

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