Cádiz CF

La mesa del acuerdo, de muy fría a congelada

Las conversaciones entre Vizcaíno y Cervera apenas avanzan a pesar de las buenas intenciones públicas de ambos

Alfonso Carbonell

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No es que la mesa estuviera cálida, nunca lo estuvo. Y es que los que se tienen que sentar alrededor de ella para negociar apenas se dirigen la palabra por cordialidad y educación.

Se veía venir de lejos que la renovación de Álvaro Cervera no iba a ser cuestión de un par de días . Y no lo está siendo. Tanto se está enconando el asunto que la mesa ha pasado de estar fría, muy fría, a congelada. Nada ayuda a que haya un acercamiento y si las palabras de uno y otro ‘dan casi que por hecha’ la renovación lo cierto es que ésta está muy lejos de producirse. Entre otras cosas, porque el presidente no la quiere. Distinto es que las circunstancias le obliguen a ello. Ya saben..., su política populista y tribunera es capaz de cambiar el escenario a golpe de talonario y puede que de la noche a la mañana se presente con una oferta irrechazable para que el bueno de Cervera, que de bueno no tiene todo, no tenga otra que decir que sí.

Ambos son presos de su palabra y ambos están aprovechando las de cada uno para ponerlas cada uno en su balanza. Si por un lado Vizcaíno repite y repite que el técnico estará en el Cádiz CF el tiempo que él quiera; el otro le baila el agua diciendo que siempre escuchará al Cádiz CF por encima de cualquier otro. Es más, aseguró que en el caso de que le llegue alguna oferta –que desde el pasado 1 de enero ya le pueden llegar y hasta firmarla–, siempre se dirigirá a Vizcaíno para que este tenga la última palabra. Y en este diálogo de sordos se encuentran dos personas que se llevan porque se tienen que llevar y que, el cadismo entiende, deben estar obligados a entenderse.

Nada favorece a la interacción. Conocido es que el director deportivo Óscar Arias apenas se habla con Cervera salvo para saludarse y poco más. Hace poco el presidente organizó una cena entre el cuerpo técnico y la directiva para intentar que su entrenador y su director deportivo acercasen posturas. Pero ni por esas. El carácter de Cervera es tan fuerte como discutible y se mantuvo en sus trece. Pura frialdad. Puro autismo.

Lo cierto es que Cervera ya ha tumbado una primera oferta presentada por el club. Irrisoria, a juicio de un entrenador que se siente con el derecho de pedir un suculento contrato después de consolidar de la mejor manera posible al equipo en Segunda tras sacarlo del pozo años atrás.

Vizcaíno juega sus cartas y es ahora cuando le toca su mejor mano. Esa por la que, según todo indica, ha querido esperar a ver cómo se desenvuelve el equipo en la segunda vuelta, esa etapa que desde que a Cervera siempre se le ha atragantado desde que ascendió al Cádiz CF.Y por ahora, hay sensaciones de que la historia se repite.

Es a esa tabla a la que se agarra Vizcaíno para no tener prisas por renovarlo. Y ahí, más allá de querencias y opiniones, el sevillano tiene gran parte de razón después de ver el tremendo esfuerzo económico realizado el año pasado con la adquisición de Darwin Machís para que el equipo después de viniera abajo de mala manera.

Como es obvio, ni que decir tiene que el primer interesado en ascender es Vizcaíno, pero eso no quita para que tanto Arias como él quieran ver evolucionar al equipo en una fase de la temporada que siempre ha despertado dudas la gestión del equipo y del vestuario por parte de su entrenador. Por desgracia, al menos hasta el momento, no se han equivocado. De ahí que si ya la negociación estaba fría ahora haya a un estado de congelación suprema.

El técnico, muy enfadado

En la otra parte, como no puede ser de otra forma, se encuentra Cervera, que no puede esconder su gran enfado por el modo con el que Vizcaíno está llevando una negociación que todo indica sólo acabaría con el ascenso del equipo y la renovación automática, por decreto y por narices de un entrenador que le ha llevado al olimpo desde los infiernos en apenas cuatro años. Pero hay voces que incluso dudan de que Vizcaíno dé su brazo a torcer llegadas a esa hipotética y dulce situación.

Es más, y aunque entra dentro de la normalidad del día a día de cualquier director deportivo, no es menos cierto que Arias maneja una lista de futuribles entrenadores en el caso de que el equipo entrase en barrena en una segunda vuelta donde no se quiere por nada del mundo que pudiera ocurrir como la temporada pasada.

Lo que es evidente es que ambos dicen una cosa en público y dentro la cosa funciona muy distinto. No se entiende que uno diga que su preferencia es el Cádiz CF y el otro le diga que estará aquí el tiempo que quiera. Antes de decir tales simplezas, mejor que hablen más claro porque el cadismo podrá ser muchas cosas, pero tonto desde luego que no lo es.

Este mismo viernes el presidente volvía a evidenciar el diálogo del absurdo y la interpretación. El presidente atendía antes del encuentro ante el Racing de Santander a las cámaras de Gol para volver a repetirse con una frase tan manida como difícil de creer. A preguntas de cómo está la situación de Cervera, el sevillano contestó lo que viene haciendo cada vez que se le interroga por un tema que le incomoda. «He dicho y repito que Álvaro Cervera estará aquí  el tiempo que él quiera», dijo por enésima y cansina vez.

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