CÁDIZ CF

'La liguilla de la muerte' resucita en Santander

El cruce entre Cádiz y Racing ha reabierto viejas heridas en los aficionados más veteranos de la capital montañesa; aún se indignan, pero no hablan de venganza

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José Manuel Barla, en un partido de aquella temporada, marcó el gol ante el Racing en el Sardinero.
José Manuel Barla, en un partido de aquella temporada, marcó el gol ante el Racing en el Sardinero.

«El emparejamiento con el Cádiz CF ha reavivado el polémico ‘play off’ que envió a los verdiblancos a Segunda División pese a no haber terminado en la última plaza Santander». Así empieza su crónica El Diario Montañés, haciéndose eco del sentimiento de todos esos racinguistas curtidos a los que el sorteo del martes les ha reabierto viejas heridas.

«Debía descender el Cádiz, último clasificado, mientras que Racing y Osasuna salvaban, presuntamente, la categoría. Fue entonces cuando Irigoyen demostró su mano en la Federación». Así lo entienden en la capital cántabra.

La historia ya ha tomado cuerpo y sabor pues 29 años la contemplan. Esa temporada, la 86-87, se implantaba por primera (y última vez) la fórmula del ‘play off’ no sólo para decidir el campeón, sino también los clasificados para la UEFA y hasta el descenso.

Al estilo de la actual ACB. En la liga de 18 equipos, seis lucharían por el cetro, otros tantos por Europa y los últimos por evitar la catástrofe. Experimento fallido que sólo duró un año.

El Cádiz CF quedaba último tanto en la liga regular como en el siguiente ‘play off’. Un desastre desde el inicio, lo que desembocó en un descenso más que anunciado y asumido, pero no por todos. Especialmente no por su presidente, Manuel Irigoyen. Racing de Santander, Osasuna y Cádiz CF estaban oficialmente descendidos, pero la Federación decidió ampliar la competición a 20 equipos y entonces dos de ellos permanecerían en la primera categoría.

Lo lógico hubiera sido la caída del Cádiz CF como colista. Pero Irigoyen, hombre fuerte en la Federación Española de Fútbol, utilizó un argumento con el que volteó todas las expectativas. ‘Si el Cádiz CF hubiera sabido que la penúltima posición otorgaba la salvación, habría peleado hasta el final, sin bajar los brazos’. Sorprendentemente la idea cuajó y el presidente del Racing, José Luis Cagigas, aceptó la propuesta con un sentimiento general de que había recibido muchas presiones.

Aprovechando el desastre organizativo, su poder y la aceptación de sus rivales conseguía su propósito y se disputaba la conocida ‘liguilla de la muerte’. Lo goloso de una taquilla más parecía compensar el agravio a un Racing que afrontó el partido con bastante seguridad, confiado en ser superior a un Cádiz CF que había dado grandes síntomas de debilidad durante toda la temporada.

Racing de Santander, Osasuna y el club de Carranza jugaban entre ellos a un solo partido, tirando incluso penaltis al final de cada choque para decidir en caso de empate. El equipo que entrenaba por entonces David Vidal empataba en el Sardinero con gol de Barla (1-1) a pase de Mágico González.

Los navarros doblegaban a los montañeses (2-0), así que en Carranza se disputaba el último choque entre amarillos y rojillos. Y sí, el empate les valía a ambos, un ‘biscotto’ que terminó por indignar a los santanderinos.

El Cádiz CF, último casi todo el curso y sin ganar un sólo encuentro del ‘play off’, mantenía la categoría e iniciaría la época dorada de su historia con seis años consecutivos en la élite. El caso es que el Racing inauguró un gris sexenio durante el que no solo bajó a Segunda, sino que cayó por primera vez en su historia a Segunda B, una categoría que se había creado pocos años antes.

Santander todavía se recuerda aquella ‘Liguilla de la muerte’; un playoff que aún indigna a los aficionados de más edad y que incluso suena lejanamente a los jóvenes. «No es en absoluto una venganza. Son otras circunstancias y otros equipos, y lo de ahora o tiene nada que ver», reflexiona Pedro Alba casi tres décadas después de aquellos últimos partidos que disputó en la máxima categoría. Pero si algo diferencia aquel enfrentamiento del actual es que esos equipos pugnaban por seguir en la élite, mientras que ahora lo hacen por abandonar la categoría de bronce y regresar al fútbol profesional.

Barla: «El razonamiento de Irigoyen era muy lógico»

José Manuel Barla se convertía en el héroe de aquel partido ante el Racing de Santander. «Recuerdo el gol como si fuera ayer. Paso en largo de Jaro, el Mago regatea y me asiste para que marque». El gaditano entiende que «el razonamiento de Irigoyen era lógico. No se pueden cambiar normas tan importantes a mitad de temporada. Nosotros hacemos un equipo para quedar el cuarto por la cola, para mantener la categoría. Es lo mismo ser último que penúltimo o antepenúltimo. Y cuando ya estás descendido no juegan con la misma tensión».

«Además, tanto Racing como Osasuna también estaban en Segunda», confirma Barla. «Cuando recibimos la noticia nos agarramos a ese clavo ardiendo. El presidente estuvo listo y fue el artífice de nuestra permanencia. Ellos se lo tomaron mal, protestaron, pero me parece totalmente lógico», sentencia.

Pedro Alba: «Aún siento indignación, nos bajaron a Segunda»

«Lo que sigo sintiendo hoy en día, casi treinta años después es indignación. Lo que ganamos en el campo nos lo quitaron entre el presidente de la Federación y el del Cádiz CF con la ayuda del Barcelona, que les apoyó . Así nos descendieron a Segunda y aún siento vergüenza», reconoce el entonces portero del Racing.

«Ya ni recuerdo las tandas de penaltis. No llegábamos en muy buenas condiciones físicas y eso, ayudado por otras circunstancias, nos descendió», recuerda el mítico arquero racinguista.

Aún así Alba, una persona clave en el club santanderino, no quiere hablar de venganza porque "son otras circunstancias y otros equipos, y lo de ahora o tiene nada que ver». Por supuesto, tampoco olvida el gol que le metió Mágico González en el Ramón de Carranza, en una estupenda vaselina. Hasta fue a darle la mano y felicitarle en pleno partido.

David Vidal: «Me contrataron sólo para jugar ese ‘play off’»

Después de una temporada muy movida en los banquillos, con Manolo Cardo y Dragoljub Milosevic como sustituto, el Cádiz llegaba desahuciado al final de la temporada. Pero Irigoyen encendió la luz. Y dio un golpe de efecto en lo deportivo. «Me contrataron sólo para jugar el ‘play off’. e subieron al primer equipo para lograr la permanencia y luego me volvieron a bajar al filial», recuerda David Vidal.

El gallego comenta que el Racing de Santander tuvo «la mala suerte de encontrar con la Armada invencible: un equipo de Primera formado casi exclusivamente por canteranos», apunta el míster.

«Ahora ha cambiado mucho la cosa», comenta Vidal, que prefiere no recordar aquella fecha y centrarse en el presente. «El Cádiz CF es el equiop con la afición más cariñosa de España, y tiene que pasar ante el Racing».

Sañudo: «Irigoyen estaba en la Federación y nos engañaron»

«No informaron como debían al presidente y se aprovecharon de las circunstancias», recuerda Tuto Sañudo, central de aquel equipo que no pudo salvar la categoría y uno de los jugadores destacados en la historia de la entidad montañesa.

«Habíamos quedado mejor en la Liga, pero nos echaron abajo a nosotros», se lamenta el actual presidente honorario, que recuerda la «mala suerte» de los suyos.

«Irigoyen era vicepresidente de la Federación Española y nos engañaron. Fue una temporada muy injusta para el Racing de Santander», comenta todavía tocado.

No sólo fue la derrota y el descenso, sino que después de ello el Racing encadenaría otro desastre que acabaría con sus huesos en Segunda B. Ahora, ambos clubes militan en la división de bronce soñando con volver a la Liga de Fútbol Profesional. Pero tras el sorteo de este martes, sólo uno podrá hacerlo esta campaña.

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