Cádiz CF

Hércules - Cádiz CF (PREVIA) Por el camino más duro

El once de Claudio desea recuperar la confianza perdida y volver a ser el que era antes del pasado domingo

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Espinosa, Fran Machado y Airam, de espaldas, antes de emprender viaje a Alicante esta mañana.
Espinosa, Fran Machado y Airam, de espaldas, antes de emprender viaje a Alicante esta mañana.

Veinte minutos. Quizás treinta. O un tiempo entero, ya puestos. Hay que aguantar, muchachos. El varapalo del domingo pasado sigue bien fresco en la mente de todos, en vuestras cabezas, pero ya no hay vuelta atrás. Hoy toca sufrir al Cádiz CF y labrarse un nuevo camino hacia ese mismo objetivo que hace una semana estaba al alcance de la mano y se esfumó como se esfumaron tantos y tantos sueños que han pasado en los últimos años por el Ramón de Carranza dejando un rastro de lamentos y ‘peros’. Al Cádiz CF le toca pelear cada balón, otra vez, como si fuera el último, que lo es. Al Cádiz CF le toca levantarse, salir de la esquina del cuadrilátero, abandonar, con la confianza que aún pueda quedar, las cuerdas del ring y volver a pisar sin tambalearse el centro.

El escenario habrá cambiado para el Cádiz CF, también el rival, pero ojo que pese a su piel de cordero autoimpuesta es o puede ser igual de fiero que el que hace una semana convirtió Carranza en un velatorio.

Porque el Hércules, dicen las estadísticas, ha quedado cuarto de su grupo, pero bien pudo quedar segundo dado lo apretado que quedó el grupo III que lideró con mano de hierro el ya ascendido Nàstic de Tarragona. Por no hablar de su última víctima, todo un Real Murcia que se fue a la lona a dos minutos del pase y en su propio feudo. Por tanto, el Hércules, lastrado por las bajas, llega a la cita con el Cádiz CF en una espiral anímica muy distinta a la del cuadro gaditano, todavía de bajona por el castigo recibido por parte del Oviedo. La euforia anida en el vestuario herculano mientras que en la caseta contraria, la del Cádiz CF, la decepción y el pesimismo ha estado bastante presente esta semana. Un clima nada esperanzador en el Cádiz CF y que tuvo que echar fuera el presidente Manuel Vizcaíno, que se ha volcado con los suyos desde que el pitido final del partido ante el Oviedo sonó como la sirena del final de un recreo en mitad de un Carranza tocado, pero que no hundido.

Por eso hay que aguantar, muchachos. Porque toda una ciudad, después de maldecir vuestro nombres por quedaros dormidos en el examen final ante el Oviedo después de todo un año bien trabajado, ya está de nuevo con vosotros. Sí, es verdad que esta vez no se ha desplazado en masa a Alicante, pero no dudéis ni por un instante que ha dejado de empujaros hacia el destino final. Y además, qué diablos, que ya sois mayorcitos para afrontar el duelo en el Rico Pérez con personalidad y carácter y sin estar tan abrigados como lo estuvísteis en el Tartiere. Una imagen serena, tranquila y confiada sería la mejor manera de des mostrarles a todos que eso del miedo escénico no va con vosotros como todavía se sigue diciendo por todos los rincones de Cádiz, vuestra querida ciudad que os hará un marcaje estrecho gracias a la televisión.

No está permitido rendirse. Sí que lo está fallar, como falló Claudio ante el Oviedo con un planteamiento tan valiente como suicida. Pero Claudio tiene algo que tienen los buenos sargentos. Hace de todos los errores algo colectivo y sabe rectificar. Por eso hoy dará un cambio tremendo a su once. Puede ser una temeridad pero cuanto de importante es que lo haga él, un entrenador que se ha ganado la confianza de los suyos con los ojos cerrados. Por eso, cuando se cree en alguien se es capaz de convertir algo peligroso en una garantía de triunfo. Y lo que plantea el técnico de Manises hoy en Alicante es una revolución en toda regla ya que podrá dar entrada hasta cuatro cambios.

Revolución

Aulestia volverá a mandar bajo palos a una defensa del Cádiz CF que notará muy cambiada. Porque Claudio es muy posible que dé entrada al recuperado Óscar Rubio como lateral derecho y haga debutar a Alberto Prada para sustituir a Tomás, muy señalado tras la eliminatoria ante el Oviedo.Los centrales, intocables, serán Servando y Josete. La revolución puede ir de la mano de Mantecón, que no saldría del once porque Claudio le cedería la batuta que ha terminado por pesarle demasiado a Juanma Espinosa. La briega y la experiencia del alicantino, que juega en su casa, podrán ser vitales para que el Cádiz CF no se venga abajo a las primeras de cambio. Garrido, intocable, será su escudero. Los ‘bandas’ Kike Márquez y Juan Villar deberán recuperar su mejor versión por el bien de un equipo que saludará el regreso a la mediapunta de Fran Machado, que enlazará con Jona en la punta del ataque.

Este once deberá aguantar unos primeros minutos de juego que se antojan cruciales para la eliminatoria. Porque la confianza se gana jugando y el Cádiz CF viene de recibir un baile ante el Oviedo que está muy fresco en el recuerdo. Por eso, a medida que pasen los minutos y se aplaque las embestidas del cuadro local, los hombres de Claudio deben ir sacando las armas que le han valido para liderar con autoridad el grupo IV y que le valieron para silenciar a todo un Carlos Tartiere abarrotado, donde pudo incluso sentenciar si el balón de Servando no se va a la maldita madera cuando el once oviedista más sufría.

Pero el Cádiz CF se enfrentará a otro ejército que está comandado por un gran estratega como es Manolo Herrero, que ya sabe lo que es ascender a Segunda con el Jaén. Pero esta vez las lesiones se han cebado con su equipo, que ha llegado muy justito a esta fase de ascenso. Y es que en el Hércules todo depende de Chechu, un extremo zurdo letal que podría cambiar el dibujo de su equipo en función de cómo llegue a las ocho de la noche de hoy.

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