Cádiz CF

¿A qué espera el Cádiz CF?

La buena base de la plantilla, motivo por el que Cordero no tiene prisas

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Juan Carlos Cordero en El Rosal
Juan Carlos Cordero en El Rosal

Vaya por delante que en el Cádiz CF no hay prisas de ningún tipo. Hay confianza. A raudales. Hay paciencia y prudencia. Y la hay porque la columna vertebral del equipo que cerca estuvo de colarse en Primera División sin avisar ya está hecha, aunque con ciertas reservas.

Pero el mercado avanza. Pasan los días y la competencia se refuerza. Los delanteros más brillantes de la pasada campaña ya han resuelto su destino a expensas de que lo haga Alfredo Ortuño, que aún tiene contrato con la UD Las Palmas y desconoce de momento donde prestará sus servicios a partir del próximo mes de agosto tras una brillante temporada en el Cádiz CF, al que sujetó en puestos de ‘play off’ de ascenso gracias a los 17 goles que marcó.

El ritmo no para y el Cádiz CF como si nada. Desde el club se sigue enviando el mismo discurso de serenidad. Y están en el papel porque el papel es de lo más creíble. La plantilla, el entrenador y las renovaciones de Alberto Cifuentes y Rubén Cruz, unida a la apuesta a la hora de comprar a Brian Oliván indican a pensar que la dirección deportiva del conjunto gaditano anda más preocupado de sostener al equipo que de revolucionarlo. Se trabaja, antes incluso de reforzar al equipo, en la prolongación de contrato de Abdullah, un jugador al que hay que seguir limando para que no ‘chifle’ tanto pero en el que se tiene una confianza desmesurada dada la calidad que atesora. También se ha prolongado el contrato del eterno canterano, Tomás Sánchez, que regresa a su casa después de una gran temporada en el Granada B, donde ha marcado siete goles a pesar de su condición de lateral izquierdo.

Toca fichar

Pero ya toca sacar la billetera. Aunque es verdad que se comenzó pronto a firmar con la incorporación del mali procedente del Córdoba, Moha Traoré, no es menos cierto que el ritmo se ha parado en seco. El Cádiz CF no quiere precipitarse y aunque está acudiendo a las pujas, lo hace con suma discreción y con un tope de dinero que no le permite medirse con otros clubes que están tirando la casa por la ventana con tal de cambiar unas plantillas que casi le llevan al desastre de un descenso, caso de Alcorcón o Córdoba, o en el otro caso, clubes que acaban de descender de Primera y LaLiga le ha concedido un dinero extra para afrontar el descenso con más garantías pero que lo están invirtiendo en reforzarse a lo grande con el único fin de volver a la elite cuanto antes.

Ante esto, al Cádiz CF no le queda otra que esperar. No hay ningún tipo de bulla. Pina y Cordero manejan muy bien el mercado africano y llegado el caso no habría inconveniente en centrar el esfuerzo en apuestas del tipo ‘Sankaré o Abdullah’. Pero las miras están puestas en Primera División, algo que no es nuevo. Los descartes de los equipos que militarán este año en LaLiga Santander pueden recalar en un equipo de Segunda con pretensiones. Y aunque el Cádiz CF ha vendido que el objetivo de este año no es otro que la permanencia, en el mundo del fútbol todo el mundo se conoce y se sabe que con Pina al frente, raro es que el murciano se conforme con pasarse una temporada en la zona media de Segunda ahora que el Cádiz CF ha pasado a ser su equipo titular.

Por todo ello, el Cádiz CF sigue esperando a que el mercado se siga moviendo. Ha intentando acercarse a jugadores como Borja Lázaro, Ángel o Joselu pero ha visto que sus rivales llegaban a la puja con varios montoncitos de euros más y no ha hecho más que constatar que la cosa en las negociaciones por esa clase de jugadores que los quiere todo Dios es misión imposible.

La base del equipo teórico titular está hecha solo a falta de la delantera, donde la llegada de Barral dejaría solo el puesto vacante de delantero centro, donde se quiere afinar bien el tiro.

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