Cádiz CF

¿Cómo y dónde fue la fiesta del Cádiz CF?

La plantilla vio el Zaragoza-Oviedo en El Rosal, donde comenzó una celebración que se alargó hasta altas horas de la madrugada

Alfonso Carbonell

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Después del sábado, en el que muchos cadistas, los jugadores fueron los primeros, acabaron con la cara partida después de perder ante el Fuenlabrada en Carranza, llegó el domingo. Pero nadie descansó ni falta que hizo. Y como dice la canción esa del Chipirón, 'todos los días sale el sol'. Y en Cádiz, si cabe, salió con más fuerza. Por eso mismo, todos los cadistas, y los jugadores también los primeros, se despertaron ilusionados a pesar del pésimo encuentro ante el Fuenlabrada del día anterior que no había hecho más que aplazar lo que, como bien decía Cala, era "imparable".

Y como nacía un nuevo día, el cadismo pronto comenzó a ilusionarse de nuevo y se ponía en manos del Oviedo, ese equipo al que muchos echaron la cruz después de aquel ascenso frustrado en aquel 'play off' de ascenso donde pasaron tantas cosas y no buenas y que no vale la pena ni recordar.

A medida que se iba acercando las 21.45 horas de la noche, los cadistas comenzaron a tomar posesión de un sitio donde ver el Zaragoza-Oviedo. El equipo, por su parte, lo tuvo claro desde el principio pese a que desde el club no se quiso dar oficialidad a la reunión organizada en la cafetería de la ciudad deportiva del Rosal, donde la plantilla del primer equipo íntegra vio el encuentro.

Poco a poco, los jugadores fueron llegando al Rosal. Nervios, esperanzas e ilusión a partes iguales. No era para menos. Una victoria del conjunto asturiano podía hacer cambiar el día de mañana. No era lo mismo despertarse para volver al currelo que hacerlo con resaca y olvidándose de él. Afortunadamente, tocó lo segundo.

Pese al repaso del Oviedo al Zaragoza, la plantilla del Cádiz CF no comenzó a celebrar el ascenso hasta el 0-3 y fue ya con el cuarto gol, obra del excadista Ortuño, cuando ya se comenzaron a descorchar las botellas con el permiso del mister y todo su cuerpo técnico, que como todos los presentes, sufrieron con el partido como el que más.

Un asado para llevar mejor los nervios

El horario del partido coincidió con el de la cena, y qué mejor que ver el encuentro con un asado 'made in Espino' que ya desde el pasado verano deleita a sus compañeros con el plato tradicional uruguayo y que tan bien cocinaba también su compatriota y mito del cadismo, Víctor Espárrago.

Algunas viandas para acompañar al asado uruguayo y todos centrados en un partido que una vez concluido desataría la fiesta. Fue allí precisamente, en El Rosal, donde los jugadores estallaron de alegría y donde comenzó la noche a 'complicarse'. Mientras todos disfrutaban, se iban sumando a la celebración alrededor de 20 hinchas que se acercaron a la ciudad deportiva.

Jugadores y técnicos bajaron al césped del campo principal para inmortalizar la foto de familia del ascenso para, al rato, mantear a Cervera entre todos.

Una vez cenados y ambientados, la expedición puso rumbo al Phi Phi Beach, un idílico chiringuito situado en la calita de Puerto Sherry donde la fiesta ya se alargó hasta altas horas de la madrugada. Y se desconoce si de la mañanita... Bien que hacen. O hicieron.

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