Cádiz CF

(VÍDEO) Domingo extraño en La Laguna

Los aledaños de Carranza vivieron los momentos previos a un partido del Cádiz CF más raros y tristes de toda su historia

Alfonso Carbonell

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Iba a ser un día extraño de fútbol en el barrio de La Laguna, y en efecto, lo fue. Las sensaciones que se vivieron en los prolegómenos del encuentro, para todos los amantes del fútbol y sus idílicos momentos previos, fueron lo más parecido a un entierro. Qué tristeza todo, qué pena, qué atronador silencio. Algunos bares míticos de los días de fútbol como La Escalerilla cerrados a cal y canto. La muchedumbre amarilla apenas se dejaba notar en algunos aficionados que deambulaban por los aledaños del estadio en busca de más parroquianos para al menos meterse en un bar a ver el fútbol juntos. Las barracas de chucherías y demás 'pasarratos' sin su habitual clientela futbolera. ninguna cola para pedir refresco, las barras desiertas, sin noticias de los kioskos de banderas y bufandas...

Silencio y más silencio que solo se rompió por la visita al estadio de varios Brigadas Amarillas que no pudieron reprimir sus ganas de alentar a los suyos aunque fuera antes del partido y coincidiendo con la entrada de los autobuses de los equipos en el estadio. De ahí en adelante, más sopor en unas calles vacías en un día de partido que los vecinos del barrio no podían recordar.

Los empleados del Cádiz CF trabajaban a destajo para que no fallara nada en un "día extraño y triste que esperemos pase rápido", decía un miembro del departamento de comunicación del club gaditano. La entrada en el estadio de los periodistas estuvo minuciosamente organizada y tanto prensa escrita como reporteros gráficos y de radio entraron e hicieron su trabajo sin saltarse ninguna de las muchas normas de cumplimiento con el protocolo de seguridad.

Ya dentro del Carranza, más sepulcro que nunca, las imágenes que salían al exterior parecían más propias de la serie 'El cuento de la criada' que de un partido de fútbol. De la megafonía salían sicofonías y más que animar a los de amarillo, les recordaba el infierno que van a pasar en esta recta final de Liga sin el acompañamiento de su afición.

Esos cánticos reproducidos por los bafles del estadio se salvaron todos los hinchas que vieron el partido desde un bar o desde sus casas. Y fueron las pantallas de la televisión las que llevaron la imagen de un equipo contra las cuerdas que supo salir de ellas para no solo empatar sino para poder haber ganado incluso el encuentro. Al final, algo es algo, La Laguna gritó gol aunque fuera con la boca tapada salvo para beber.

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