Cádiz CF

Cádiz CF-CD Tenerife (Previa) ¿Jugarán bien sin careta?

El once de Cervera busca la victoria hoy para ponerse a cinco puntos del ascenso directo

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El Cádiz buscará la victoria hoy.
El Cádiz buscará la victoria hoy.

¿Jugará este Cádiz CF mejor sin careta? ¿Pesará menos o pesará más la carga de lo nuevo que se presenta? ¿Cambiará la responsabilidad? ¿Y cómo afectará al cadismo la nueva exigencia puesta sobre la mesa? ¿Estará preparado el personal para cambiar con sensatez el motivo del sueño? ¿Estarán preparados los jugadores para soportar la nueva losa que se acaba de autoimponer? De momento, y a falta de que los amarillos pisen su templo abarrotado de fieles, todo parece indicar que sí. Que claro que están preparados. Y lo están porque no engañan a nadie. Nunca lo han hecho. Y nunca lo han hecho porque se les ve en la cara. Están convencidos. Y lo están porque lo tienen escrito en la frente.

Se les ve desde que allá por diciembre pegaran el primer zarpazo en Córdoba. Aún suena en la ciudad de los califas el golpe que dio Ortuño y su cuadrilla en una plaza en la que su anfitrión aún anda grogui por una categoría a la que no se ha amoldado bien desde su caída del paraíso. Claro que están preparados.

Distinto será el personal de la grada. Siendo optimistas, es de esperar que la hinchada esté a la altura de las circunstancias. El camino que se presenta es bello y lo mejor para emprenderlo es empatizar con los que portan el escudo en su camiseta, los que la sudan y los que la están haciendo volar. Vendrán sufrimientos en esta nueva empresa, vendrán momentos para tirarse de los pelos, para maldecir, para agobiarse, para gritar de desesperación por este u otro cambio, por este u otro jugador, por lo que sea, pero no hay que perder de vista de dónde se viene y hacia dónde se quiere ir. Y se viene del lodo y se busca el olimpo de los dioses. Queda todo dicho con eso. Quien no lo entienda, que se baje del barco porque se convertirá en una rémora.

Para colmo de todo, al Girona le dio por perder. Palmó en Oviedo, en el Nuevo Tartiere, un campo donde el Cádiz CF comenzó a soñar pero acabó despertando de la peor forma posible. Pero ayer el Oviedo se puso la amarilla y le hizo palmar a un equipazo que, de buenas a primeras, se ha convertido en un rival directo por un sueño.

Las cosas se han puesto interesantes. Muy interesantes. Demasiado interesantes. El CÁdiz CF se ha labrado un futuro que es maravilloso solo de pensarlo, de imaginarlo, de adorarlo. En la cima de todo lo que está proyectando el once de Cervera está algo tan grande que incluso hay gente que ama el escudo que no quiere ni gozarlo aún. No quiere ni imaginarlo, no. No lo quiere ni ver, ni pensarlo. Aman tanto al escudo, al club, a la historia de un club que se mueve entre oleajes que no quieren montarse en otra montaña rusa. Pero Cádiz, y el Cádiz CF, es así. Aquí las cosas vienen como vienen. Y aquí se ha presentado un catequista con gafas que se ha empeñado en volver loca a una parroquia que ya de por sí no estaba mur cuerda. Es lo que hay. Y lo que hay es soñar. Y no parar.

Y para no parar, lo primero que hay que hacer es creérselo. Hoy llega a Carranza un rival que viene a jugarse los mismos cuartos que se está jugando el Cádiz CF. Es más, si hoy a los de amarillo le da por ganar, los cuartos que comienza a jugarse serán muy distintos a los que ambicionará los isleños. Para ello Cervera confiará en un once ‘made in Cervera’. Es decir, su sistema conservador y que tanto ha dado a un equipo que está deseando de volar a la par de una afición que ya tiró la careta.

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