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Los jugadores del Cádiz CF se divierten en un entrenamiento.
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Cádiz CF-CD Tenerife: Que no pare la música

El equipo amarillo desea aprovechar el impulso de su mejor momento de la última década y afronta con ilusión el reto del ascenso a Primera

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Los jugadores del Cádiz CF se divierten en un entrenamiento.
Los jugadores del Cádiz CF se divierten en un entrenamiento.

En plena fiesta, la música no debe parar. Es hora de bailar, de danzar, de disfrutar que ya el fútbol, y la vida, ofrecen poderosas razones para torcer a menudo la sonrisa. Pero hoy no será uno de esos días. La desequilibrada balanza amarilla devuelve al Cádiz CF todo lo que le negó en una década procelosa; el presente muta las penurias por alegrías, y la sala de torturas de Carranza se ha remodelado para convertirse en un escenario de celebraciones y festejos.

Con esa idea, radicalmente opuesta a la de esta última época negra, afronta el cuadro gaditano un momento histórico. La obligación perpetua cede el paso a la ilusión renovada. La mochila se descuelga, las piernas se liberan y...

a volar. Porque esa es la diferencia que puede ser clave entre la igualdad del 'play off', y no se ha de desdechar. Mientras Getafe tiene una necesidad imperiosa y el Tenerife una urgencia histórica (y deber presupuestario), los de Cervera son la revelación por delante de un Huesca sorprendente pero ya consolidado en Segunda.

Lo de competir viene en el ADN de este Cádiz CF. Es su origen y destino, principio y final; el círculo se cierra en esa capacidad de ofrecer el máximo esfuerzo, la concentración adecuada y la intensidad idónea para convertir una modesta plantilla en un todopoderoso ejército. Al frente Álvaro Cervera, el hacedor de milagros, el que devolvió la fe al cadismo y una mano experta en este tipo de situaciones (ya suma cuatro ascensos a Segunda y quiere estrenarse con el asalto a los cielos).

El Cádiz CF sólo pierde a Güiza

Cuenta con todos los reclutas menos Güiza, recuperado pero falto de ritmo, a la espera de ver cómo responde el cuerpo. 42 jornadas y nueve meses de extrema competición, de lidiar con un estrés desconocido, han provocado un final donde se advertían claros síntomas de fatiga. Alvarito, Aridane y especialmente Ortuño han enfilado este epílogo de la competición regular con un agotamiento lógico que ha afectado a su rendimiento. Incluso hay quien especula con la ausencia en el titular del delantero, pero cuesta pensarlo de un futbolista que lleva dos meses sin marcar, sí, de la misma manera que suma 17 tantos y es el gran aval ofensivo del Cádiz CF. El descanso de Valladolid tuvo que servir para recargar la batería.

En la otra orilla, la tinerfeña, Pep Martí pierde al 'Choco' Lozano, ariete internacional hondureño que comprará por un millón de euros, y apenas le ha cambiado el gesto. Es lo que pasa cuando recuperas a Amath, el rapidísimo delantero que ya hizo saltar la defensa cadista por los aires en Liga, y por detrás cuentas con Aaron Ñíguez, Aitor Sanz y Gaku Shibasaki. El japonés, estrella en el Mundialito tras su enfrentamiento con el Real Madrid, ha brillado con luz propia en esta segunda vuelta.

Las bajas de Iñaki Sáenz y Rachid tampoco preocupan a un Tenerife de múltiples alternativas, como reconocen ambos técnicos, y que se debate entre el 4-4-2 o el triple pivote en la medular. Una escuadra que pese a su mal inicio tomó la corriente adecuada y dio un golpe en la mesa en el propio coliseo amarillo, inutilizando toda apuesta ofensiva del Cádiz CF. Esos dos encuentros (Heliodoro y Carranza), tan dispares, se antojan como las únicas referencias sin ser demasiado fiables. Igualdad mayúscula y más cómodos los visitantes, lo que demuestra que el factor campo ni es favorable ni decantará la eliminatoria.

Cádiz CF-Tenerife: Dos gotas de agua

Y es que los dos clubes son como dos gotas de agua. Se parecen demasiado. Pasado glorioso en Primera (con más lustre el canario), hinchadas ardientes y pasionales y el gusto por un fútbol alegre y vistoso que parece haber pasado a mejor vida en detrimento del practicismo y la competividad. Comparten hasta a Cervera, villano para muchos en La Isla, héroe absoluto en el istmo gaditano. Anteponen dejar la portería a cero pese a su potencial en vanguardia y se encomiendan a una genialidad. El Tenerife tiene más calidad, músculo y toque, y el Cádiz CF gana a balón parado con Aketxe y es más veloz por bandas. Y los blancos cuentan con una pequeña ventaja: en caso de empate total durante los 180 minutos y la prórroga, no habrá penaltis y clasificarán los tinerfeños al haber quedado por encima en la clasificación.

Esta sí que es una final, o una final a medias (semi) en la que sólo valdrá el triunfo para dar el penúltimo paso hacia Primera. Ascenso a Primera, cuesta decirlo, más asumirlo, pero el Cádiz CF lo va a pelear. Con lucha, garra y compromiso, de la única manera que sabe hacerlo. Con Álvaro Cervera y su brújula infalible. Con una afición que esta noche se entregará de nuevo y rendirá pleitesía a los suyos en el Ramón de Carranza. Con fe y una enorme ilusión, sin obligación. Es el momento del Cádiz Club de Fútbol. Y en el fútbol nunca se puede desaprovechar la oportunidad.

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