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Cádiz CF-Almería B (3-0): El mayor pega más fuerte

Kike Márquez toma las riendas de un equipo que tumba al rival por ko

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Kike Márquez coincidirá con Güiza en el Cádiz CF
Kike Márquez coincidirá con Güiza en el Cádiz CF

El pequeño es rápido, escurridizo, habilidoso, pero el mayor pega más fuerte. En Carranza se fajaban dos contendientes de diferentes edades y condición, con la única similitud de que anidan en la parte alta de la clasificación y por ende poseen una calidad por encima de la media del grupo.

Se adivinaba un encuentro emocionante, competido, con el Cádiz CF como favorito y el Almería como firme aspirante, garante del buen fútbol. El marcador (3-0) refleja un cómodo triunfo amarillo que solo se correspondía con la realidad merced a la pegada local y a la aparición de dos figuras, Villar y Kike, que serían protagonistas de una tarde tan fructífera como aburrida.

Especialmente decisivo sería el sanluqueño, participando en el primer y el tercer gol y sesgando la esperanza rojiblanca con un segundo golpe definitivo que terminaba de hundir a los visitantes justo cuando amenazaban con salir a flote.

Kike ponía la calidad y la clase, permitiendo descansar a Machado al menos durante una jornada, y dejando al Cádiz CF durmiendo el sábado en un mullido colchón de nueve puntos con respecto al UCAM Murcia. La temporada llega a su fin, al momento clave, y este plantel no flaquea. Soñar está más permitido que nunca,

El duelo ‘arrancaba’ con diez minutos de retraso, porque a la huelga de gargantas silenciosas de Brigadas Amarillas se unían dos equipos que tardaban en entrar en calor. En el Cádiz CF se atisbaba un vacío enorme en esa zona de influencia de Fran Machado, por motivos tácticos (política de rotaciones) en el banquillo.

También se perdía el choque Espinosa, así que Claudio apostaba por un once menos técnico y más físico, con Navarrete y Mantecón en mediocampo, Kike pegado a la izquierda y recuperando a los dos delanteros arriba, sin coincidir en el último mes por sanciones y lesiones. El de Sanlúcar tomaba el testigo del granadino.

Al igual que ante el Sevilla Atlético, el míster de Manises prefiere que sus pupilos no se precipiten con un arranque frenético y vayan masticando el partido, lentamente, hasta aplastar al rival por la diferencia de potencial y de pegada. Sólo las arrancadas de Villar desde la diestra ofrecían algo de peligro, si bien los amarillos iban comiendo terreno a su adversario, con lagunas de concentración en la retaguardia.

Rubio probaba desde lejos sin puntería y los centros sobrevolaban sin que ningún ariete cadista los cazara. Detrás, Aulestia vivía una tarde plácida. El Cádiz CF iniciaba el asedio, y en un pestañeo Airam se inventaba un centro raso y fuerte al corazón del área que nadie olía salvo Juan Villar. El onubense esperaba en la cola al fallo y pegado al palo la empujaba con fuerza a la red.

Así se marcaba la distancia con la derrota ante el Sevilla, que cogía a contrapié con un gol inesperado. Ahora el Cádiz CF golpeaba primero y así manejaba con tranquilidad el choque hasta la llegada de la tregua. Los chicos de Claudio neutralizaban la calidad de los cachorros rojiblancos, reducidos a la mínima expresión, y aparecían con peligro por la meta de Gianfranco, con más presencia que peligro real.

 Con nuevos bríos saltaba el Almería en la reanudación, hiriente por su derecha con Akrong e Iván Sánchez. Rubio solventaba la papeleta de Josete en un mal despeje, y los albirrojos dominaban el esférico y el tempo del choque.

Para colmo, Villar, el mejor como casi siempre, se retiraba por unas molestías físicas dejando su plaza a Migue García, con la necesidad imperiosa de rebelarse cuanto antes para no quedarse atrás esta temporada. Los jóvenes del Almería B se asomaban por el balcón del área con demasiada comodidad, aún sin pegar pero generando cierta crispación en la grada.

Cada vez con más descaro asediaban al Cádiz CF, totalmente perdido, con un oasis en la medular (Mantecón-Navarrete no toman las riendas). Puertas rozaba el empate con un cabezazo ligeramente desviado con Aulestia ya vencido. Carranza resoplaba.

Entonces el Cádiz CF demostraba su veteranía, su pegada, su oficio, esas virtudes que marcan con frecuencia los partidos ante equipos filiales. En un contragolpe de manual, de banda a banda con la participación de Migue y Airam, el canario cedía a Kike que desde atrás la colocaba pegadita al palo, inalcanzable para Gianfranco.

El segundo tanto caía como una losa a un Almería B que no merecía tal castigo. Rivera pretendía solucionar el estropicio con dos cambios, introduciendo a Selfa y Rubén, Claudio amarraba retirando a Airam y rescatando a Garrido para la medular, actuando con un trivote en mediocampo.

Con el adversario a merced, tocado y sin fuerzas, Jona lo apuntillaba a pase, como no, de un genial Kike. La última cachetada, ni dolorosa porque ya casi ni sentía uno de los equipos más fuertes que podía pasar por Carranza, y que también sería atropellado. Después de superar tantas etapas de alta montaña, sólo queda esperar y confiar en que este Cádiz CF no se estrelle en la bajada. Porque ya el ‘play off’, se ve, peligrosamente, demasiada cerca.

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