CÁDIZ CF

Balona-Cádiz CF (2-1): Y el Cádiz se despeñó

Segunda remontada y segunda derrota para un equipo amarillo indolente y conformista que se despide del campeonato en La Línea

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Álvaro no puede superar a Palancar.
Álvaro no puede superar a Palancar.

Sin empeño ni desempeño el Cádiz CF se despeña. Durante varias semanas se encaramaba a esa última piedra, se aferraba al clavo ardiendo con las manos del añorado Salvi, pero su ausencia ha provocado el resbalón definitivo para que el plantel de Claudio ejerza la caída libre y se estrelle con la mediocridad que ha marcado su curso.

El equipo de la tercera edad futbolística, el del once treintañero que alardeaba de oficio y experiencia, sufría en sus carnes la dureza que merece quien se niega a aprender la lección. Semana ha una escuadra de pibitos se reía de la cacareada veteranía y en La Línea le repetían el bochorno a los cadistas desplazados, que ha comprobado en sus dos últimos viajes como sus ídolos han estado de vacaciones.

La derrota es posible en fútbol, como se refería la pasada jornada, pero es inexplicable que de nuevo se fragüe con la remontada de un adversario que estaba clínicamente muerto. A los treinta minutos, Ximo se retorcía de dolor en el suelo pidiendo el cambio mientras Güiza adelantaba a los suyos. Una hora después, la Balona celebraba el triunfo merced a los tantos de Stoichkov y Juampe, quienes desarbolaban a los visitantes en todas sus acciones.

El liderato queda lejísimos en cuanto a números e inalcanzable si se analiza futbolísticamente a un Cádiz CF que, asegurado el 'play off', ha de tomar conciencia de su severa crisis t hacer examen de conciencia para la futura promoción de ascenso. Porque con esta actitud, mejor ni presentarse.

Advertía cambios el míster y se producían los cantados de Servando y Pavez más la inclusión de Jandro en el medio por Abel Gómez. El sevillano ni tocaba banquillo. Variaciones con el fin de reactivar a un Cádiz CF tocado por la debacle impermisible de Heliópolis. Con esos temores de arrastra saltaba el conjunto amarillo a tierra gibraltareña, indeciso en los pases y con resbalones continuos sobre el césped artificial linense.

La película se anticipaba en los primeros compases. Los visitantes se adueñaban de la bola y los albinegros, juntitos y arropados, se lanzaban con velocidad al contragolpe, impulsados por Juampe. Con los minutos crecían los pupilos de Claudio, dominadores del escenario, del ritmo y del esférico. Aún sin ocasiones claras, el peligro rondaba por las cercanías de Mateo.

En la banda derecha, huérfana de Salvi, percutían tanto Lolo Plá como Güiza, con el permiso para Jandro para moverse con libertad por detrás de los puntas. Mientras Claudio se desesperaba en banda con las malas decisiones de sus jugadores a balón parado, Álvaro erraba siempre los centros pese a desbordar con facilidad a Palancar en cada intento.

Güiza topaba con el arquero en el área pequeña en un servicio de Jandro, a un metro de la portería. El Cádiz CF ofrecía misericordia a su hermana Balona en un duelo disputado y emocionante, a la espera de que saltara la chispa.

Y superada la media hora, el choque enloquecía. Ximo, tocado y duda durante toda la semana, se rompía en una acción en la que perdía la pelota en mediocampo y terminaba con un tanto del jerezano cadista. Jugada desgraciada para los balonos, que reaccionaban con rabia y orgullo riéndose de ese supuesto oficio de los cadistas.

Por detrás en el marcador y uno de sus líderes en el vestuario, arrinconaban al Cádiz CF, igualaban la contienda y hasta merecían más antes de que llegara el descanso como una tregua para el equipo de Claudio, que mostraba esa desconexión fatal de Sevilla.

El intermedio no cambiaba el panorama. La Balona se crecía y bailaba a su adversario cuando tenía el esférico, defendiendo muy unida con la bola en posesión visitante. Servando disponía de una buena opción en la estrategia y su remate casi acaba en el Mediterráneo. Para evitar el desastre que se avecinaba, Claudio movía piezas y retiraba a Güiza, de lo poco destacable, para dar entrada a Calvo y recolocar a Plá en punta de vanguardia.

Pero ni por esas. El Cádiz CF andaba lento con la pelota y nervioso sin ella, superado en las distintas facetas. La imagen que ha acostumbrado a dar esta mediocre temporada, maquillada en el último mes por la pujanza de Salvi y Lolo Plá. Porque mucha veteranía, experiencia, oficio... pero por enésima vez le remontaban un encuentro controlado.

La Recia, absolutamente mermada con seis lesionados, merecía el triunfo y lo acercaba Juampe, ese menudo futbolista que siempre vuelve loco a los cadistas en La Línea. Stoichkov se lucía con un tacón, Gallardo centraba y el goleador remachaba con clase para superar a la zaga y a Cifuentes.

Restaban muchos minutos para el final pero el Cádiz CF ya se había suicidado. Entregaba la cuchara, se rendía. El primer objetivo, el campeonato, se ha vuelto a escapar y parece que definitivamente. Ahora, queda la duda de si podrán levantar esto, o también tirarán la toalla.

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