Cádiz CF

Almería-Cádiz CF Un empate para bendecir (1-1)

Ortuño adelantó a los amarillos en la segunda mitad para ser empatados a los siete minutos en el regreso a Segunda seis años después

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El Cádiz CF comenzó la pasada temporada en Almería.
El Cádiz CF comenzó la pasada temporada en Almería.

Un empate para celebrar. Para celebrar por la vuelta a un escenario precioso  y al que ha costado un mundo llegar. Pero unas tablas que contiene cantidad de matices. Los prometedores, claro que sí, pero también sin obviar aquellos que señalan que esto no será nada fácil, porque el Almería le negó el balón en todo momento a un Cádiz CF levemente inferior a los puntos. Eso sí, lo conseguido ayer por el Cádiz CF se fundamentó en el mismo trabajo que valió un ascenso. Y con muchas bajas. Todo sea dicho.

Álvaro Cervera subió con sentido común y con sentido común saltó a la categoría soñada durante seis años por el cadismo. Al técnico le sobraban las bajas y optó por asentar las bases del equipo con el clásico sistema del 4-2-3-1 con Abel enganchando con Ortuño pero con la vista atrás para ayudar a Garrido y Mantecón, un doble pivote tan conservador como lógico dada las circunstancias.

Muy pronto se coscó el Cádiz CF de que el césped que estaba pisando era de plata. Tras un córner mal ejecutado por el Cádiz CF, el lateral zurdo Durbarbier salió como un cohete hacia campo amarillo para mandar un balón peligroso a Jonathan Zongo, que en su intento de asistir de tacón a Chuli acabó desperdiciando la magnífica ocasión brindada por el zurdo.

A su estilo, a su bendito estilo, el Cádiz CF esperó sin complejo alguno a un Almería obligado a llevar el peso del partido. Pasaban los minutos y el Cádiz CF mantenía el tipo ante un equipo, a simple vista, superior. Como superior se creyó el argentino Dubarbier para explicarle a Salvi como se las gastan por esta categoría, donde se marca el terreno con galones y con dureza. El sanluqueño salió volando tras controlar tras chocar ante el muro almeriense. La falta, a la que se llegaron para rematar las torres cadistas -que son muchas- se sacó sin más importancia.

Y si a Salvi le costó tomar las medidas a la Segunda, más aún le costó a Garrido, demasiado lento para un centro del campo donde los espacios no eran muchos como para largas posesiones. Suerte que Aridane sigue estando de dulce. El canario envió a córner un centro envenenado y en el que Cifuentes andaba muy tapado por la aglomeración de jugadores en el área pequeña.

Pasados los primeros veinte minutos, el Cádiz CF resistía las embestidas de un Almería dominante. Los de Cervera apenas inquietaban al pacense Casto y si es verdad que los almerienses no tuvieron claras ocasiones sí que ofrecían la sensación de estar más cerca de llevarse el partido que un timorato y débil Cádiz CF.

Tuvieron que pasar veinticuatro minutos para que llegase el primer disparo del Cádiz CF. Pero la mejor noticia no fue el flojo disparo raso de Álvaro García, sino la lesión muscular de Dubarbier, que en su intento de detener la internada del utrerano se rompió yéndose al suelo y pidiendo el cambio.

El imprevisto en el banquillo almeriense animó, levemente, al Cádiz CF, que se atrevió a ganar metros aunque sin la profundidad deseada. Poco a poco, se comenzó a ver más a Ortuño y a Álvaro García a la vez que Mantecón se atrevía a mover con criterio el juego de su equipo. Esto no quito para que Jonathan Zongo siguiese, una y otra vez, ganándole todas las partidas a Luis Ruiz, que si bien sufría en defensa, también lo intentaba en ataque, donde forzó una falta al negrito que sacó Abel Gómez con peligro para que Casto enviase a córner.

Como el que coge confianza a un sitio y a unas amistades diferentes, el Cádiz CF se fue soltando. Ortuño abrió con acierto a la banda de Alvarito y este se sacó un centro al punto de penalti y que no pudo rematar con precisión Salvi. El Cádiz Cf, una vez tocada la puerta con educación, se presentaba en LaLiga123. Habían pasado treinta minutos.

Definitivamente, el Cádiz CF se desmelenó en casa ajena. Y otra vez lo hizo casi que de la misma manera. Álvaro García recibía en banda izquierda, encaraba a su par, lo dejaba atrás y centraba al corazón del área para que Ortuño, llegando con potencia, cabeceara fuera en lo que era el primer aviso medio serio de un Cádiz CF que olvidaba su condición de recién ascendido.

Estas acometidas amarillas abrieron el partido. Eso lo aprovechó el local Chuli, que se hizo un hueco en la media luna para probar fortuna con un zurdazo que se estrelló en la muralla canaria, en la muralla de Aridane.

Para no ser menos, Álvaro García volvió a encarar a su par para forzar el cuarto saque de esquina para el Cádiz CF, con el que se llegó al descanso.

La reanudación comenzó como en su primera mitad, El Almería cogió la batuta y el Cádiz CF volvió a replegarse. En un primer acercamiento, tuvo que ser Migue el que metiese la cabeza para enviar a saque de esquina un centro peligroso de Fidel. Los almerienses siguieron exigiendo al Cádiz CF. Y lo siguieron intentando por la banza izquierda de Fidel, que en una de esas se vio solo dentro del área amarilla y cuando se preparó el balón para fusilar vio como aparecía la pierna de Salvi para desbaratar la ocasión.

Seguía el Almería inquietando al Cádiz CF. Hasta en dos ocasiones tuvo que intervenir Cifuentes para alejar, con los puños, el peligro de su área. El conjunto local se fue decididamente al ataque y los amarillos comenzaron a verse sobrepasados tal y como se comprobó con una falta al borde del área de Mantecón. De nuevo Cifuentes tuvo que responder magníficamente a un centro chut de Azeez que se colaba en la portería, Los ataques almerienses se acumulaban, pero el Cádiz CF parecía seguir teniendo de su lado a ese ángel que le persiguió desde Ferrol a Alicante.

Gol de Ortuño

Un cuarto de hora supo aguantar el Cádiz CF los arreones almerienses. Y ese guante le valió seguir vivo en el partido para, cuando menos lo merecía, dar un hachazo a su rival gracias a una prolongación de Ortuño para Abel, que en su intento de llegar al balón consiguió que un defensa se lo enviase a Salvi. El sanluqueño supo aparecer para, con el exterior, enviar el balón a la cepa del palo. El balón salió escupido en dirección del '9' amarillo, que con tremenda eficacia alojó el esférico en la portería de Casto para adelantar al Cádiz CF.

El gol del Cádiz CF hizo mover los banquillos. Bueno, el gol y la inoportuna  lesión de Migue, que dio entrada al cedido al Cartagena Alberto Quintana para que Garrido retrasase su posición. También Soriano varió su ataque y sentó a Jonathan Gonzo para dar entrada a Quique. Entre cambios y asistencias médicas, el partido quedó congelado. A priori podría haber favorecido al Cádiz CF pero en la práctica fue que no. Porque, una vez que el encuentro cogió ritmo, el Almería volvió a buscar el gol hasta encontrarlo en un saque de esquina que en un principio despejó la zaga amarilla aunque sin la fuerza necesaria para que el balón no le llegase al nigeriano Azeez, que con un buen control se acomodó la pelota para fusilar con su izquierda a Cifuentes para sorprenderlo por debajo de su palo corto. El empate hacía justicia en el marcador y el encuentro volvió a los poderes del equipo anfitrión.

A falta de un cuarto de hora, Cervera tiró de desparpajo y quitó a un veteranísimo como Abel para meter al canterano Juampe, que ni debutó en Segunda B para debutar ayer en la A.

Pudo adelantarse de nuevo el Cádiz CF de no ser porque el asistente no anulara la dudosa posición de Álvaro García, que incrustado en la defensa se aprovechó de un rechace al lanzamiento duro de una falta de Ortuño para batir por bajo a Casto en fuera de juego muy justo. Tan justo que hasta el ojo de halcón debiera haberse presentado en el Juegos Mediterráneos. Reaccionó el Almería por mediación de Chuli, pero su zurdazo centrado fue repelido por Cifuentes, muy bien colocado.

Pudo ser peor para el Cádiz CF, que se salvó del 2-1 a cuatro minutos del final después de un córner voleado por Diamanka que fue peinado por Chuli en la boca de gol y repelido por Cifuentes. El rechace, bajo palos, le llegó a Quique, que se encontró con la pierna prodigiosa de Garrido, en la línea de gol, para ver como su disparo no encontraba puerta.

Llegados ambos equipos al descuento, parecieron sacar bandera blanca. Una bandera bendecida por seis años de pesadilla y que ayer, con un empate en Almería, se convirtió en una sonrisa placentera propia del que vuelve a un territorio deseado y añorado.

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