Quedaban apenas dos segundos para el final y el Valencia Basket perdía por un punto. El balón le cayó en las manos a Guillem Vives , bien defendido por Nocioni y con el aro lejos de su punto de mira. El base amagó con pasar la pelota. Se agachó y esquivó como pudo los brazos del argentino para lanzar a la desesperada. Un lanzamiento complicado, casi imposible, que acabó dentro para desgracia de los madridistas.
Un triunfo que había tenido en la mano por minutos, pero que se le había escapado en la prórroga, donde un gran Rudy Fernández había dejado a los blancos casi en la final de la ACB.
Esa donde hoy podría estar el Barcelona si vence al Caja Laboral en Vitoria, en el otro duelo de semifinales que camina 2-0 para los azulgranas.
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