Baloncesto

La selección inicia un Eurobasket con doble premio

España persigue una medalla en el torneo que da acceso a los Juegos Olímpicos de Tokio del próximo verano

Xargay, Ndour y Palau posan en una sesión de fotos previa al Europeo FEB

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España inicia hoy su camino en el Europeo de Serbia y Letonia , donde pondrá en juego la corona conquistada hace dos años. Alegría a la que se unió el bronce en el Mundial de 2018 y que confirmaba el buen trabajo del equipo desde aquel infausto Eurobasket de 2011 que les dejó sin ir a los Juegos de Londres. Desde entonces, España no se ha bajado del podio y quiere mantener la racha en este Eurobasket que, además de los metales, da acceso a Tokio 2020 .

De las doce elegidas por Lucas Mondelo para disputar el Europeo, la mitad desarrollan sus carreras fuera de España. Una situación que, lejos de convertirse en un problema de adaptación, se ha convertido en una virtud. La mezcla de culturas, de idiomas, de estilos de baloncesto repercute en un conglomerado multicultural rico y variado que se une, como una gran familia que se echa de menos, para conseguir siempre más.

[ Horario y dónde ver los partidos de España en el Eurobasket ]

Más allá de datos y medallas que ya son pasado, la selección española buscará una plaza en el preolímpico como primer objetivo –las seis primeras clasificadas lo lograrán–, pero sin dejar de mirar al podio. Por eso, es primordial ganar todos los partidos de la primera fase, porque así evitarían los octavos de final y tendrían ya pie y medio en la antesala de los Juegos. «El partido de la muerte es el de octavos, porque si pierdes te quedas fuera de los Juegos y del podio», explica Mondelo.

Ganar. Una palabra que conocen todas, en todos sus idiomas. El único dialecto que comparten: ganar. « Venir a la selección es un reencuentro de compañeras, con el mismo objetivo: competir, aprender y luchar », comenta Laura Nicholls, jugadora del Nadezhda Oremburg ruso. También Anna Cruz, en Rusia, pero en el Dinamo Kursk, comparte esa sensación de que volver al vestuario español es como volver a casa: «Nos apetece más. Muchas estamos fuera; venir aquí y juntarte con las compañeras con las que llevas mucho tiempo jugando, desde las selecciones inferiores incluso… nos lo pasamos muy bien, nos llevamos bien. El hecho de estar fuera nos une más todavía en el vestuario».

Esa multiculturalidad ha hecho más largas las conversaciones en el autobús y en el vestuario. «El jugar fuera es muy bueno porque tienen roles importantes en equipos de alto nivel competitivo. Su respeto a nivel de arbitraje, que también cuenta, también sube. Su experiencia internacional sube. El acoplamiento, que podría ser una duda, se convierte en una ventaja competitiva . Porque nosotros somos más un equipo que una selección por todo el trabajo que llevamos acumulado durante años. Las patas de la mesa están muy bien asentadas. Lo que podría ser un problema no lo es en absoluto», sentencia el seleccionador Lucas Mondelo a ABC. «El baloncesto ya no es solo que sea distinto en cada país, es que cada conjunto intenta hacer su propio estilo. Pero somos jugadoras y nos tenemos que acoplar a todos los estilos, adaptándonos a todas las situaciones. Al final, el baloncesto es solo uno», zanja Nicholls.

La ausencia de Torrens

Ese uno es la filosofía que todas las jugadoras han bebido desde que se iniciaron en el baloncesto, y del que se fueron empapando cada vez más conforme subían de categoría hasta llegar a la excelencia en la absoluta. « Todas las que están aquí han mamado un baloncesto: tienen el gen competitivo, tanto en formación como en estilo; aquí y en sus clubes: el baloncesto español. Es problema casi lo tienen más cuando van al extranjero, cuando tienen que cambiar el estilo y adaptarse. Aquí vuelven a ser ellas mismas», añade Mondelo, que en este Europeo deberá dar una vuelta de tuerca al equipo ante la ausencia de Alba Torrens.

La balear, MVP del torneo en 2017, está lesionada y no ha viajado con el equipo . «Sin ella nos faltan 15 puntos por partido, pero el resto de las jugadoras han dado un paso adelante», explica el seleccionador, acostumbrado a lidiar con alguna ausencia importante cada verano. Es la fuerza del grupo la que hace que esas bajas sean imperceptibles en el resultado final.

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