LeBron James, en una imagen de pretemporada
LeBron James, en una imagen de pretemporada - AFP

Playoffs NBAEl sueño improbable de LeBron James

Antes de otro verano de incertidumbre alrededor de su futuro, el alero busca lograr al fin el ansiado anillo con los Cavaliers

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Otra vez, como sucediera en 2010 y hace dos temporadas, el futuro de LeBron James volverá a ser el epicentro del verano en la NBA. un futuro que dependerá, en buena parte, de lo que ocurra en estos playoffs de la NBA que comienzan esta noche y en los que los Cavaliers no son favoritos para alzarse con el anillo.

Cuando LeBron regresó a Cleveland en 2013 lo hizo con el convencimiento de llevar el título a su equipo de toda la vida. Tras haber sido campeón con los Heat en dos ocasiones, el reto (más allá de acercarse a la leyenda de Michael Jordan y Kobe Bryant) de ganar el anillo con los Cavaliers era lo que más le atraía.

Volver a casa ya sin la ansiedad de su primer título. Hacer más grande a la franquicia junto a la que creció.

Una de las cosas que aprendió después de abandonar los Cavaliers rumbo a Florida es que ganar el anillo en «soledad» es una tarea muy complicada en la NBA actual. Por eso, diseñó un equipo a su medida, con dos grandes jugadores como Irving y Kevin Love, más un fondo de armario aceptable. Un aspirante en toda regla, que en su primer asalto se topó con las lesiones.

Aún así, sin Irving ni Love en la cancha, los Cavaliers fueron los mejores de la Conferencia Este y compitieron con los Warriors en la final mejor de lo esperado.

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El segundo curso de LeBron en su nueva etapa en los Cavaliers ha sido más placentero. Con el foco mediático trasladado a los récords de los Warriors, la temporada de Cleveland ha sido tranquila y eso que David Blatt tuvo que abanadonar el banquillo a mitad de camino. Un divorcio que se veía venir y que dejó claro que el poder dentro del equipo lo ostenta el propio LeBron.

La marcha del técnico supuso un alivio para el vestuario, pero al mismo tiempo cargó la responsabilidad en los hombros de LeBron. «Te hemos elegido en lugar de Blatt, ahora te toca responder a ti», parecían decir en la directiva con el gesto.

El sueño del anillo, el sueño de LeBron, está hoy más lejos que hace un año y eso que los Cavaliers gozan de salud a día de hoy. Se desvanece a medida que crece el aura de los Warriors, se extiende la leyenda de los Spurs o aumenta el hambre de Durant y Westbrook en los Thunder. Tres ogros que se devorarán entre sí y de los que, salvo milagro, saldrá el rival de Cleveland en la final de la NBA.

El sueño improbable de LeBron dependerá de que su mejor versión, esa que ha estado aletargada durante todo el año, salga a relucir en las próximas semanas. Una versión que no se limite a mirar a la canasta, si no que sepa encontrar a sus compañeros, aprovechando las ayudas defensivas que el rival sitúe sobre él. Sueño construido a partir de la solidaridad. Improbable ante la superioridad mostrada por San Antonio, Oklahoma City y Golden State, aunque tratándose de LeBron, no puede descartarse.

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