Baloncesto

La feliz costumbre de cada verano

España alcanza su séptima medalla consecutiva desde que llegó Lucas Mondelo, el segundo oro europeo consecutivo

España, un oro de leyenda tras arrollar a Francia

Emilio V. Escudero

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Se ha habituado España a subir siempre al podio. Costumbre feliz a la que no falta desde que Lucas Mondelo llegó al banquillo de la selección en 2013. Le da igual el rival o el escenario. No importan las ausencias ni las lesiones, porque siempre encuentra el equipo un resquicio para terminar derribando la barrera de cuartos y colarse en la luca por las medallas. En este Europeo de 2019, sin Alba Torrens ni Sancho Lyttle, lo ha vuelto a conseguir con un oro alarga la leyenda de esta generación .

Como cada ciclo glorioso, todo comenzó con una decepción. La de España fue mayúscula, porque además de quedarse muy lejos del triunfo en el Europeo de 2011, la decepción le dejó sin opciones de ir a los Juegos del verano siguiente. Era aquel un equipo lleno de talento en el que brillaban Amaya Valdemoro, Elisa Aguilar o Anna Montañana y en el que empezaban a despuntar jóvenes como Alba Torrens, Anna Cruz o Marta Xargay . De hecho, Londres 2012 debía haber sido el punto perfecto de eclosión entre ambas generaciones, pero la derrota en el Europeo de Polonia trastocó los planes.

Un resbalón que sirvió como cura de humildad y a la vez como cambio de ciclo. La ausencia olímpica, dolorosa, permitó a la federación renovar el vestuario, aunque el cambio más importante llegó en el banquillo con la llegada de Lucas Mondelo. Un entrenador especial que supo transmitir al grupo su ambición y su espíritu de lucha. Exigió solo una cosa. Competir cada encuentro.

La receta desembocó en un oro histórico en Orchies, donde la selección derrotó a Francia en su casa para ganar el Eurobasket por segunda vez en su historia. Aquella victoria sirvió, además, para quitarse los complejos. Solo quedó Estados Unidos por delante en el Mundial del año siguiente . Un bronce en el Eurobasket de 2015 alargó la racha, que tuvo en la plata olímpica de 2016 un hito histórico. La primera para el baloncesto femenino español.

En este periplo que no se agota, España sumó otro oro en el Europeo de 2017 y volvió a tocar metal en el Mundial de Tenerife del verano pasado con un bronce que supo a gloria.

Ayer, ante una Francia que era favorita, España lo hizo de nuevo. Cumplió con su cita veraniega, subiendo otra vez a lo más alto del podio. La historia de nunca acabar.

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